Rocío Sicre, presidenta de la Asociación Empresarial Eólica (AEE): «Solucionar la judicialización de los proyectos en Galicia es una prioridad»

Beatriz García Couce
beatriz couce REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Rocío Sicre, presidenta de la Asociación Empresarial Eólica (AEE)
Rocío Sicre, presidenta de la Asociación Empresarial Eólica (AEE) Cedida

La responsable de la entidad espera que este sea el año de la eólica marina

20 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Rocío Sicre (Madrid, 1973), nueva presidenta de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), defiende el papel de esta tecnología renovable en la producción verde del país, pero advierte de que el sector no se puede dormirse en los laureles y tiene muchos retos por delante para seguir ganando presencia en una economía descarbonizada. Sicre, directora general de EDPR España, es licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales, y una activista en la promoción del talento femenino y la incorporación de las niñas a los estudios tecnológicos.

—Alcanzado el podio en el mix de generación, ¿qué retos tiene la eólica a corto y medio plazo?

—Acelerar la política de electrificación de la economía en general; aumentar la demanda, y ordenar la penetración de las renovables sincronizando el crecimiento con el consumo, de forma que tengamos una eólica que ayude al sistema. Ahora estamos viviendo precios negativos que no son los mejores para el sistema desde el punto de vista de la inversión, por lo que necesitamos unas herramientas para gestionar esos escenarios. También tenemos que trabajar para solucionar la judicialización de los proyectos en los territorios y específicamente en Galicia, activando medidas para que no se pierdan las inversiones asociadas. Es una prioridad.

—¿Se puede hacer algo para revertir ese parón?

—Las paralizaciones que se están produciendo en Galicia lo que están poniendo en cuestión es la interpretación y la aplicación de una ley que se viene aplicando desde hace más de 10 años. Afectan además a proyectos muy avanzados en su tramitación. Esa interpretación podría llegar a afectar a cualquier proyecto, no solo de energía, y no solo en Galicia. Lo que está produciendo en el sector es una pérdida de confianza. Hay un riesgo de que los inversores no elijan Galicia para invertir, lo cual no es bueno para el territorio y más teniendo en cuenta que tiene muchos proyectos estratégicos que necesitan energía competitiva y limpia. Además, no se va a poder desarrollar la cadena de valor. No nos podemos permitir esta situación.

—¿Puede afectar a la transición energética en el país?

—Evidentemente tiene mayor repercusión en Galicia pero también tiene implicación en el ámbito nacional, por el papel importante que tiene la eólica gallega para el conjunto del país. Está afectando a objetivos de electrificación de la economía y también a la cadena de valor.

—¿Qué le falta a esa cadena de valor de la eólica en España?

—Ha generado mucha inversión y nos ha hecho ser un referente internacional. Por eso, yo creo que tanto la regulación como la planificación de los procedimientos, y el enfoque de todas las actuaciones de la transición energética tienen que tener en consideración la autonomía industrial y tecnológica. Estamos en un período en el que necesitamos defensa industrial tecnológica de Europa. Por otro lado, como en España el desarrollo eólico va por hitos, también se está produciendo un atasco y también se pierde la flexibilidad que a veces necesitan las industrias o las empresas con los contratos. Además, no podemos permitirnos una tecnología que incremente los costes, necesitamos una que nos haga tener una cadena de suministro líder que tenga una capacidad de resiliencia ante las crisis globales y que mantengan sus centros de producción en España.

—La sociedad quiere ser menos contaminante, pero pocos quieren un aerogenerador cerca de casa. ¿Cómo se puede mejorar la aceptación social de los proyectos?

—La eólica está ampliamente apoyada por la sociedad; como sector nos preocupamos por conseguir el apoyo de la población en general. Cuando llegamos a un territorio, somos un vecino más y un vecino querido. Movilizarse contra algo es más fácil que hacerlo a favor. Como sector debemos ser los primeros en dar ejemplo y trabajar con sensibilidad social, pedagogía, ser rigurosos, informar y divulgar. Actuar con transparencia y cumplir lo que decimos, pero eso es algo que la eólica ha venido haciendo hasta ahora. Debemos estar más cerca de los vecinos para que esa transición energética nos permita tener foros de encuentro y de diálogo social, en los que estén todos los sectores, la comunidad local, la administración y las asociaciones. Los proyectos se ubican en el territorio rural y son una oportunidad para la España vaciada. Además de inversión, es una actividad que repercute en impuestos, somos un vecino comprometido con un territorio, generando empleo directo y actividad. También da la posibilidad de que la gente joven pueda trabajar cerca de su casa en una tecnología puntera.

—¿Qué elementos introduciría en las subastas de proyectos renovables para mejorarlas?

—Las subastas tienen que ser una herramienta para poder asegurar un equilibrio en el sistema y un avance sostenible hacia el cumplimiento de los objetivos marcados. Tienen que recoger cómo van a evolucionar los precios cuando los promotores pongan en marcha los proyectos, tres o cuatro años después de adjudicados. También deben tener en cuenta posibles prórrogas, introducir algunos criterios no económicos y la precalificación de actores.

—¿Qué hitos cree que pueden ser posibles este año en el ámbito de la eólica marina?

—Creo que este año debe ser el del empuje. Actualmente el proceso está en el marco normativo, y este mismo 2024 se podrían dar las soluciones regulatorias para disponer del anuncio oficial de la primera subasta. No deberíamos quedarnos atrás con respecto a países de nuestro entorno, hay que hacerlo bien para conseguir el objetivo y tiene que haber una colaboración entre todos los sectores: la administración, el territorio y los actores o inversores que van a desarrollar los parques. Tenemos una oportunidad de desarrollar una energía que nos va a generar inversiones, y que puede convivir con sectores como la pesca, porque ya lo está haciendo en otros países.

—Galicia tiene un recurso eólico marino de primer nivel, pero parece que los primeros parques se implementarán en Canarias.

—Es importante no equivocarse, empezar con algo pequeño en donde todos los sectores estén a favor y que no asuste la potencia que se vaya a instalar. Canarias representa una oportunidad, es un sitio donde el sobrecoste de generación de electricidad en las islas es mucho mayor que en la Península con lo cual la implantación de esa energía estaría generando ahorros para todos. Y es bueno que esta zona sirva también un poco de ejemplo para el resto.