El pequeño comercio estima que la reducción de la jornada laboral costará al sector hasta 3.866 millones

Europa Press MADRID

ECONOMÍA

JOSÉ ALONSO

Reclama mayor flexibilidad de los tiempos de trabajo, planes de formación y que fomenten la transformación e inmersión digital del comercio

29 may 2024 . Actualizado a las 17:12 h.

El pequeño comercio español estima que la reducción de la jornada laboral tendrá un impacto en el sector de hasta 3.866 millones de euros, según ha cifrado el presidente de la Confederación Española de Comercio (CEC), Rafael Torres, que ha advertido que esta medida afectará directamente a la competitividad del sector.

En concreto, Torres ha mostrado su preocupación por los efectos que la reducción horaria pueden tener sobre el comercio, que es estratégico para la economía, y que está formado por 393.287 empresas que representan el 12,3 % del total del tejido empresarial a nivel nacional, dan empleo a 1.911.329 personas por cuenta propia y ajena (10% del total) y generan el 4,9% del PIB nacional.

«Estimamos que el coste laboral total anual para las empresas de comercio minorista española será de 3.866 millones de euros, como consecuencia de la necesidad de suplir las horas reducidas en las posiciones donde no es posible compensarlas», ha señalado el presidente de CEC.

Además, en contra de lo que desde el Gobierno central se afirma, el sector ha señalado que el comercio minorista «no va como un cohete, pero sí tiene en cambio uno apuntando a su línea de flotación y es la reducción de la jornada laboral».

En España hay 1.431.974 trabajadores por cuenta ajena en el comercio minorista, que verán recortada su jornada laboral en 2,5 horas semanales una vez aprobada la reforma del Gobierno central, lo que supondrá una reducción de 44,7 millones de horas al año.

El presidente de la CEC ha advertido de que hay que tener en cuenta que este es uno de los sectores donde la presencia física de personas en el punto de venta es más necesaria para ofrecer una adecuada atención al cliente que se traduzca en ventas, «afectando por tanto de manera directa a la competitividad y productividad del sector, ampliamente dañada ya debido a los muy escasos márgenes con los que trabaja».

De esta forma, recuerda que el 46 % de las empresas de comercio son unipersonales (autónomos sin asalariados), y casi el 83 % tienen hasta dos trabajadores, siendo más del 95% las que tienen hasta cinco empleados.

«Este es el tejido comercial que existe en nuestro país, y que correrá un alto riesgo de desaparición si se le aplican unas medidas que solo podrían cumplir su fin en otros sectores y tamaños de empresa, pero jamás en un debilitado comercio de proximidad que da empleo de calidad, vertebra nuestros pueblos y ciudades y es el más sostenible de todos los formatos comerciales», ha subrayado Torres.

La patronal ha advertido de que especialmente gravosa resultará esta medida para el cerca de medio millón de trabajadores por cuenta propia, que tras la última reforma de la Seguridad Social referida al régimen de autónomos ha visto encarecidos sus costes, lo que agrava todavía más el problema si ahora se aplica la reducción de jornada.

Torres ha subrayado que en el 2023 el incremento medio de los costes laborales totales de los comercios minorista españoles ya fue del 5,9 %, por encima de la media del conjunto de la economía. «Sin medidas compensatorias que alivien el aumento estimado de los costes laborales, el recorte del tiempo de trabajo restaría en torno a seis décimas al crecimiento medio anual del PIB durante el próximo bienio y ocho décimas al del empleo», ha añadido.

La CEC alerta de que esta medida afectará de una manera incluso más grave a las zonas rurales y a la España vaciada, con el consiguiente riesgo de cierres de comercios y perdida aún mayor de un tejido comercial vital para la subsistencia de estas áreas, mientras que reclama que estas zonas deberían contar con exenciones impositivas y ayudas directas para la implantación de comercios que favoreciera un imprescindible fortalecimiento de su tejido comercial.

Ante este contexto, el comercio minorista propone políticas para reducir los costes no salariales, como las cotizaciones sociales, e incentivar la cooperación entre empresas y trabajadores, que contribuirá a acentuar los efectos positivos de la reforma, mitigar los negativos y mejorar la posición competitiva de la economía española.

También reclaman mayor flexibilidad de la jornada laboral base en su cómputo anual, frente al módulo semanal, permitiendo modificar hasta un 10 % de la jornada anual con cinco días de antelación y la regulación del contrato a tiempo parcial con horas complementarias, como ocurre en los muchos de los convenios sectoriales negociados en España a través de organizaciones miembro de la Confederación Española de Comercio.

La CEC solicita planes de formación continua para promover mejoras en capital humano, que ayuden a mejorar la competitividad e incrementar el valor añadido de los servicios prestados y que se fomente la transformación e inmersión digital del comercio minorista, especialmente el comercio de proximidad, así como la mejora de la gestión y los procesos de venta.