La cotización de la mantequilla sube más que la del oro y alcanza máximos históricos
ECONOMÍA
La mantequilla se ha convertido en los últimos años en la reina de las commodities. Ni el oro, ni el petróleo, ni siquiera otros minerales tan apreciados como el rodio o el paladio, se han revalorizado tanto durante el último lustro como la grasa de la leche. Mientras el oro, refugio tradicional de los inversores, ha aumentado su cotización más de un 60 % en los últimos cinco años, pasando de los 1.337 euros a los que se pagaba la onza a finales del mes de junio del 2019 a los casi 2.200 euros actuales, la mantequilla ha aumentado su precio en más de un 70 % durante este mismo período.
Así quedó de manifiesto en las últimas subastas realizadas a través de Global Dairy Trade, la mayor plataforma comercial de productos lácteos del mundo, operada por la cooperativa neozelandesa Fonterra, donde la tonelada de mantequilla alcanzó precios históricos superiores a los 6.500 dólares (6.045 euros), 3.000 dólares por encima de las cotizaciones registradas hace justamente un lustro.
Esta espectacular evolución al alza la confirman los últimos datos publicados por el Observatorio Lácteo de la Unión Europea, que fija en 6.333 euros el precio de referencia para la tonelada de mantequilla durante esta semana, un 15 % más que a principios de año y un 35 % por encima de la cotización que registraba hace doce meses.
Las causas
Varios son los factores que, según los entendidos, justifican la importante revalorización experimentada por la grasa láctea en los últimos años. Entre los más determinantes se encuentra la caída de la producción láctea a nivel global, provocada tanto por el incremento de los costes de producción de la leche derivado de la guerra de Ucrania como por fenómenos climáticos extremos que han empujado al alza los precios de la leche y sus derivados en origen, como el aumento de la demanda de a nivel global. Porque con la caída en desgracia del aceite de palma y la recuperación frente a grasas vegetales de mercados como el anglosajón, la mantequilla vuelve a estar cada vez más presente en los hogares. En este sentido, ha influido la publicación de varios estudios que apuntan a que, lejos de ser una fuente de grasas saturadas, se trata de un producto de alta calidad, que incluso puede prevenir enfermedades como la diabetes tipo 2.