Los altos precios llevan al 12 % de los españoles a pedir un préstamo para sus vacaciones
ECONOMÍA
Tres de cada diez viajeros se plantean fórmulas de financiación de su tiempo de ocio estival
06 jul 2024 . Actualizado a las 13:32 h.Las vacaciones son un momento especial para relajarse y disfrutar, pero cada vez más españoles se endeudan para financiarlas ante el encarecimiento de los precios y ello, a largo plazo, puede traer consecuencias negativas, especialmente para más del 12 % de la población que pediría incluso un préstamo.
La oferta de financiación al consumo resulta muy accesible, más aun con opciones como los préstamos preconcedidos, y los datos desvelan el tirón de este tipo de créditos entre los consumidores españoles, que recurren también a ellos para irse de vacaciones.
Una urgencia económica, refinanciar deudas, comprar un coche o pagar los estudios suelen ser los principales motivos de la población a la hora de pedir uno de estos préstamos, pero la categoría de viajes y vacaciones ha ido ganando protagonismo con el paso del tiempo.
Según una encuesta reciente de la asociación de usuarios financieros Asufin, en el 2023, menos del 10 % de quienes pedían un préstamo lo hacían para financiar sus vacaciones, porcentaje que ahora se ha elevado al 12,2 %, previsiblemente por el incremento de los precios de alojamientos y transportes.
Sin embargo, la tendencia de viajar cada vez más y a destinos lejanos aumenta también la probabilidad de financiar parte de los gastos, como por ejemplo, los vuelos en avión.
Pero más allá de pedir un préstamo, hay otras formas de endeudarse para hacer frente a las vacaciones, como tirar de tarjeta o aplazar los pagos, lo que explicaría que, según datos de Observatur, hasta 3 de cada 10 viajeros se plantearían hacer uso de una forma de financiación para disfrutar de su período vacacional.
Ajustar el presupuesto
El Banco de España destaca la importancia de planificar con anticipación y ajustar el presupuesto de cada uno para poder disfrutar de las vacaciones sin comprometer la estabilidad financiera de la familia.
En el portal del cliente bancario, el supervisor ofrece una serie de recomendaciones para controlar el gasto, entre ellas, como parte de los preparativos de las vacaciones, planificar cuánto dinero se necesitará para afrontar los gastos a realizar en el destino.
Una de las opciones a disposición de los usuarios es el uso de una tarjeta prepago, también denominada tarjeta monedero, que además de ser un aliado para las compras en internet, puede ser un acompañante útil en las vacaciones si se carga con un importe que se ajuste al presupuesto fijado.
Así se controlará el gasto y será más difícil dejarse llevar por las compras compulsivas asociadas a las vacaciones. Además, el uso de tarjetas recargables durante esos días también permite limitar las pérdidas en caso de robo o extravío.
No obstante, antes de contratar una tarjeta recargable, el Banco de España sugiere comprobar las condiciones y servicios asociados, para evaluar si se adaptan a las necesidades de cada uno, la misma recomendación que hace en el caso de que se quieran financiar las compras.
También recomienda a los usuarios que vayan a utilizar sus tarjetas para sacar efectivo o pagar compras en el extranjero, que no olviden revisar antes las condiciones establecidas para estos servicios, porque quizás les convenga buscar un producto más adecuado.
La vuelta a la rutina
Por otro lado, los expertos coinciden en que «es normal y sano» que cuando una persona está de vacaciones y descansando de la rutina diaria se desconecte de asuntos de los que está pendiente todo el año, por lo que sugieren hacer una serie de comprobaciones antes de iniciar esos días libres.
Entre ellas, con el fin de evitar sorpresas desagradables a la vuelta, piden que cada uno se asegure de tener dinero suficiente en cuenta, de consultar movimientos y de que no haya cargos indebidos, aunque haya que recurrir a la banca en línea en los días de descanso.
Además, se pueden dejar programadas transferencias para seguir cumpliendo con los compromisos o hacer traspasos entre cuentas que eviten, por ejemplo, que alguna de ellas entre en descubierto, con el coste que ello conlleva.