Consumidores adictos a las ofertas, la segunda mano y el pago a plazos

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

J P GANDUL | EFE

La necesidad de economizar y la tecnología se alían para acelerar el cambio en los hábitos de consumo

15 sep 2024 . Actualizado a las 11:00 h.

Días sin IVA, cupones descuento, campañas especiales, ventas privadas, semana fantástica, descuentos por fidelidad, días de oro... ¿Cuándo fue la última vez que pagó el precio completo, sin ningún porcentaje de descuento, por unos zapatos, una chaqueta o un bolso? Dicho de otro modo: ¿Entraría a comprar en alguna tienda —física o online— si no tiene ofertas? La respuesta la saben bien los comerciantes o distribuidores, grandes y pequeños, obligados a romper con los calendarios oficiales ante un consumo que se ha vuelto adicto a las rebajas permanentes, y que ya solo se activa a base descuentos. Cualquier excusa vale para que el consumidor sepa que está ahorrando en lo que compra. No hay otro modo de vender dicen desde el sector de la distribución, que considera que se trata ya de un hábito instalado en todos los estratos sociales, no solo en quienes tienen dificultades para llegar a fin de mes.

«En el año 2003, entre el 15 y el 20 % del inventario de los retailers, se vendía con alguna forma de promoción. En el 2013, el porcentaje ya era de entre el 40 y 45 %. Hoy, el inventario con ofertas pasa del 60 %», afirma Laureano Turienzo, consultor y presidente de la Asociación Española de Retail. «Hemos entrado en la guerra de la dopamina del descuento: los compradores hace tiempo solían estar contentos con descuentos del 20 %. Hoy un descuento de un 20 % es percibido como un nanodescuento», añade el experto, que justifica la necesidad del sector de entrar de forma recurrente en campañas de promoción para obtener ventas. «En la mayoría de los países sucede lo mismo. Hace dos décadas, los calendarios de rebajas eran mucho más concentrados, hoy es una mancha de aceite que se desplaza por los días del calendario», explica el consultor.

Otro de los hábitos de consumo que tiende a extenderse consiste en reciclar, reutilizar dar una segunda vida a las cosas... Son conceptos ligados también a un modo de entender el mundo desde un punto de vista sostenible. Pero una cosa es adquirir artículos usados por convicción, y otra muy distinta hacerlo por necesidad.

Los expertos en hábitos de compra hablan de una edad de oro de la segunda mano, pero, ¿cuánto hay de preocupación por el futuro del planeta y la escasez de recursos, y cuánto de no tener dinero para lo que es nuevo? En el mercado gallego, la segunda mano ya lo abarca prácticamente todo, desde los sectores más necesarios como la vivienda, hasta el segmento del lujo, relojes, joyas o embarcaciones de recreo; pasando por el mundo del motor, la ropa, los muebles, la electrónica, la informática o los artículos de ocio como los juegos o libros. «La segunda mano ya no es una cosa de la que avergonzarse. Hoy es algo que está de moda, y no solo entre los jóvenes, porque, está bien visto conseguir cosas con descuentos», explican desde la compañía lituana Vinted, una de las mayores plataformas de venta de segunda mano en Europa.

Compra ahora, paga después

Los cambios en el modo de consumir llegan acompañados de nuevas formas de pago, impulsadas por el comercio electrónico, que buscan captar a diferentes perfiles de consumidores con necesidades diversas, entre las que se encuentra el pago en diferido. Según BBVA Research, el 60 % de los españoles ya ha usado la opción BNPL (Buy Now, Pay Later o compra ahora, paga después) para alguna de sus compras, ya sea como pago aplazado o pago fraccionado sin intereses. Mastercard estima que la mitad de los consumidores aumenta sus compras entre un 20 % y un 40 % con esta modalidad, más usada en billetes de viaje, prendas de ropa o calzado, cosmética, accesorios para el hogar o dispositivos electrónicos, que son los principales productos que se adquieren a través de plataformas de ecommerce.

Aunque el Banco de España ya ha advertido que comprar ahora y pagar luego es muy tentador, pero puede fomentar la compra impulsiva: «Por lo que hay que poner sensatez para no terminar endeudándose en exceso: tarde o temprano tendrás que pagar esas pequeñas deudas y se pueden acumular».

Comparar precios «online» y compra en tienda física

Asedas, la patronal española de supermercados ha elaborado un estudio para testar cómo han cambiado los hábitos de consumo. Casi un 73 % de la población compra en establecimiento físico, mientras que un 4,8 % prefiere las compras «online» y un 22 % optan por combinar ambos formatos. Otro dato interesante: el 60 % de la población visita varios establecimientos para comparar precios y economizar.