El dueño del astillero del Titanic zozobra y revisa el contrato que tiene con Navantia en Reino Unido

Beatriz García Couce
Beatriz Couce REDACCIÓN

ECONOMÍA

Directivos de Navantia y de H&W, en el astillero de Belfast, en foto de archivo
Directivos de Navantia y de H&W, en el astillero de Belfast, en foto de archivo Cedida

El grupo británico Harland and Wolff, en concurso de acreedores, es uno de los subcontratistas principales de la empresa española en la construcción de tres buques logísticos para la Marina Real británica

18 sep 2024 . Actualizado a las 17:32 h.

El constructor naval británico Harland and Wolff (H&W), constructor del Titanic, intenta capear estos días su naufragio, tras declararse en concurso de acreedores. La onda expansiva del hundimiento de la compañía toca de lleno a Navantia, ya que la empresa en apuros es uno de los subcontratistas del grupo público español es el encargo de fabricación de tres buques de aprovisionamiento para la Royal Navy (Marina Real británica). Las dificultades financieras del conglomerado naval -que tiene astilleros en Belfast (Irlanda del Norte) -el principal-; en Appledore (Inglaterra) y Methil y Arnish (Escocia) han obligado a revisar el plan de ejecución de esos barcos, aunque en un comunicado publicado ayer por la empresa, esta insiste en que la obra continúa.

Desde finales de julio, la situación de H&W se complicó tras la negativa del Gobierno británico de prestarle 200 millones de libras, y ante la imposibilidad de presentar sus cuentas. Ello obligó al grupo a acometer «una importante planificación durante las últimas ocho semanas para revisar y modificar sus planes de construcción de los tres buques FSS». Tras relevar a su cúpula directiva -uno de los requisitos impuesto por un fondo acreedor que le prestó más dinero a la empresa- «se suspendieron los plazos de producción de equipos clave, debido a ciertos pagos retrasados», admitió. Sin embargo, fruto de las «conversaciones periódicas con Navantia» y el Gobierno británico, se rediseñó la estrategia para garantizar que ese pedido continúe. «El Ministerio de Defensa ha informado al Consejo de Ministros de sus planes para garantizar que los hitos clave de corte de acero, preparación para la producción y entrega de los buques sigan su curso», explica la compañía. «El plan para la entrega del contrato FSS ha sido probado y ha sido objeto de una revisión importante. Este proyecto implicaría la implementación de más de 6 millones de horas», que serán acometidas en el astillero de Belfast.

En estos momentos los socios de este encargo -además de Navantia UK y la Navantia española, participan el diseñador BMT- se ocupan de la ingeniería de detalle de los barcos, y está previsto que la construcción dé comienzo el próximo año, aunque la incertidumbre arrojada por el concurso de H&W es elevada. En concreto, la matriz de los astilleros es la que pasa a ser administrada, e insiste en que las factorías no corren riesgo de entrar en concurso.

No obstante, diferentes medios de comunicación del país abordan la posibilidad de que los cuatro astilleros sean vendidos por separado o en bloque. Y en ese sentido se apunta a que tanto Navantia como Babcock International -suministrador de referencia para la Defensa británica- podrían estar interesados en la planta de Belfast. Extremo que las empresas no confirman. «Cada uno de los astilleros del grupo es un empleador importante dentro de las comunidades a las que sirve y estamos trabajando para asegurarles un futuro más brillante bajo un nuevo patrocinador fuerte y capaz», añade la compañía. 

Navantia eludió pronunciarse sobre la crisis de su subcontratista, aunque manifestó que seguirá «de cerca la situación».

El contrato para la construcción de los tres buques de aprovisionamiento para la Marina Real británica está valorado en 1.899 millones de euros. 

El jueves, día 19, está convocada una junta de accionistas en la que H&W podría avanzar los próximos pasos a seguir.

Investigación por una posible malversación de 30 millones de euros

Además de sus problemas financieros, Harland & Wolf —que se enfrenta a su segundo concurso de acreedores en los últimos cinco años— deberá hacer frente también a una investigación por posible malversación de 25 millones de libras (30 millones de euros). El exdirector ejecutivo de la compañía, John Woods, aseguró hace unos días al Financial Times que esa acusación era «ridícula», y la adscribió a «un examen de las decisiones de gasto adoptadas por la administración anterior». Insistió, en ese sentido, que no implica que se haya cometido ninguna irregularidad.

La participación de un constructor naval británico en la ejecución de los buques logísticos para la Royal Navy era una condición indispensable en la licitación abierta en el Reino Unido.