Europa refrenda la guerra comercial al coche chino bajo la amenaza de Pekín

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Europa Press

La subida de aranceles sale adelante hasta el 2029 solo con el voto a favor de 10 países

04 oct 2024 . Actualizado a las 20:06 h.

Las marcas chinas tienen que pagar más impuestos si quieren vender sus coches eléctricos en Europa. Es una cuestión de supervivencia para la automoción europea, sobrepasada por la competencia desleal de los vehículos asiáticos, fabricados a golpe de ayudas de Estado y vendidos en occidente a precios sin rival. Pero este argumento de peso defendido por la mismísima presidenta de la Comisión, Von der Leyen, cuando hace un año impulsó una investigación a la automoción china, que culminó el pasado mes de julio con la aprobación provisional de una subida de aranceles a las marcas asiáticas, ya no es unánime. Es más, la ratificación de la subida de tasas a los coches importados de China salió adelante ayer con el voto a favor de solo 10 países: Bulgaria, Dinamarca, Estonia, Francia, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, los Países Bajos y Polonia, que conforman un 45,99 % suficiente para la aprobación. Votaron en contra Alemania, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia y Malta (equivalente al 22,65 %), mientras Austria, Bélgica, Croacia, Chipre, Finlandia, Grecia, Luxemburgo, República Checa, Rumanía, Suecia, además de España y Portugal, que en julio votaron a favor, ayer optaron por abstenerse, «en un intento de reforzar la negociación» con el gigante asiático para encontrar una solución que evite medidas comerciales «que pueden ser perjudiciales para todos», explicó el ministro español de Economía, Carlos Cuerpo.

Dicho de otro modo, el elevado número de abstenciones demuestra las dudas de los 27 sobre el enfoque europeo hacia China. Aunque existe consenso político en que las malas prácticas de Pekín merecen una respuesta contundente, los temores a las represalias de China han pesado en la decisión, y no es para menos.

Nada más conocer la decisión, el portavoz del departamento del Gobierno de Xi Jinping aseguró ayer que Pekín «tomará las medidas que sean necesarias para salvaguardar los intereses» de las empresas chinas y ha llamado a mantener las negociaciones con el bloque comunitario a fin de encontrar una solución favorable al conflicto.

 China se opone «firmemente»

«China se opone firmemente a las prácticas proteccionistas injustas, incompatibles e irrazonables de la UE y se opone firmemente a las medidas compensatorias de la UE contra los vehículos eléctricos de China», añadió.

Por ahora, Pekín ya ha abierto una investigación a las importaciones de carne de cerdo y productos lácteos de la UE, que para España representan una factura de exportaciones de casi 1.900 millones de euros en el primer caso y de 91 millones en el segundo. Bruselas decidió impugnar la semana pasada ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) la investigación china a los productos lácteos exportados por la UE.

En todo caso, la Comisión Europea va a seguir negociando con China. Desde finales de junio, Pekín y Bruselas han llevado a cabo más de diez consultas técnicas a nivel departamental y dos consultas a nivel viceministerial sobre el caso de compensación de vehículos eléctricos aunque no se ha alcanzado un pacto.

La implantación de las tasas aduaneras, hasta ahora provisional, será oficial a partir del 1 de noviembre, y durante los próximos cinco años (es decir, hasta noviembre del 2029), según Bruselas. La medida comunitaria es, sin embargo, mucho menos restrictiva que la subida del 100 % de los aranceles estadounidenses a las marcas chinas decididos por la administración Biden en mayo. Bruselas aclara al respecto que no quiere excluir completamente a los fabricantes chinos del mercado europeo.

Stellantis, Seat, Volkswagen, BMW y Mercedes, en contra: «El enfoque es equivocado»

Los aranceles no han logrado el consenso entre los distintos países y tampoco generan consenso en el sector del automóvil. Es más, tras la decisión aprobada ayer, buena parte de los fabricantes europeos de automóviles se posicionaron en contra.

El grupo Seat advirtió de que la decisión pondrá en peligro su empleo. En un comunicado afirmó que la medida acarreará importantes consecuencias negativas tanto para la empresa como para la industria automovilística europea en general. «El riesgo para el negocio es enorme, ya que los nuevos aranceles sobre el Cupra Tavascan perjudicarán enormemente la estabilidad financiera de la empresa y podrían amenazar también los puestos de trabajo». El nuevo SUV eléctrico de la marca, que se ha puesto a la venta en septiembre, se fabrica en exclusiva en una planta del grupo Volkswagen en China, aunque se comercializará en Europa.

Fuentes de Stellantis, que acaba de poner a la venta en España los modelos fruto de su alianza con Leapmotor fabricados en China, consideran que los aranceles «no son la única solución» y ponen el foco en «la necesidad de políticas que apoyen la demanda y garanticen la estabilidad de las reglas».

«Los aranceles son el enfoque equivocado y no mejorarían la competitividad de la industria automovilística europea», declararon desde el grupo Volkswagen, el mayor fabricante del continente, a Europa Press. Y en la misma línea, «estamos convencidos de que los aranceles punitivos empeorarán la competitividad de una industria a largo plazo», declaró Mercedes-Benz.