Escotet advierte de que el riesgo geopolítico va a minar la competitividad de las empresas

Domingos Sampedro
d. sampedro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

CEDIDA

El presidente de Abanca previene contra el exceso de regulación de la UE y censura el impuesto a la banca

20 nov 2024 . Actualizado a las 17:12 h.

«El riesgo geopolítico es el más acentuado» que va tener que encarar la empresa que juega en la liga del mercado global. «Tenemos más de 50 guerras en este momento en el mundo y el riesgo que conllevan es lo más difícil de gestionar». Quien habla es Juan Carlos Escotet, presidente de Abanca, que este miércoles participó en el congreso anual de la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), que se celebra en Santiago, donde también señaló que la victoria de Donald Trump en las elecciones norteamericanas «cambia el tablero de juego» y vaticina que mutará incluso la forma de entender la globalización, haciéndola «más híbrida» y con un enfoque «local-to-local», en el que la producción y la venta de bienes ya no se hace a escala mundial, sino de manera descentralizada.

Escotet intervino junto a Adolfo Zunzunegui, letrado de Ernst & Young, en la primera mesa de trabajo del congreso de la ADP, centrada en analizar la hoja de ruta para la nueva empresa global. Si este último previno que el contexto geopolítico y la llegada de Trump obligará a la Unión Europea «a tomar decisiones con paso firme», dándole mayor protagonismo a la política de seguridad y defensa, el presidente de Abanca señaló que las tensiones geopolíticas «nos tienen que tener muy alerta porque los brotes inflacionistas no están dominados». Invocó el covid, «que tenemos olvidado», dijo, pero que supuso una quiebra mundial en las cadenas de suministros, el transporte y la resiliencia de las empresas. Y ese contexto —añadió— es en el que hay que seguir moviéndose.

Otro de los asuntos tocados en la mesa fue la transición energética. La conselleira de Economía e Industria, María Jesús Lorenzana, presente en la inauguración del congreso, llamó a generar una regulación adecuada para ser más competitivos en el marco de la descarbonización. Y eso exige, en su opinión, trabajar más en el desarrollo de las energías renovables, así como en la autosuficiencia y el abaratamiento del suministro, apostando por la innovación empresarial. «Porque la empresa que no innove, y a la que no apoyemos para que innove, no va a superar el proceso de competitividad global», esgrimió.

Por su parte, Escotet remarcó que con la descarbonización hay un aproximación diferente en la UE frente a Estados Unidos y China. Y eso es algo que «preocupa» y que «empieza a generar tensiones», en tanto puede restarle competitividad a Europa y aumentar la inflación. Con todo, Zunzunegui convino que antes los riesgos que representa el cambio climático, con las temperaturas más extremas y el aumento de la pobreza, «no queda más que ir a la transición energética, y en la eólica y la biomasa tenemos mucho que decir».

Impuesto a la banca

Por último, en la mesa también se tocó el marco regulatorio en el que ha de moverse la empresa. Y en este punto Escotet se mostró contundente, al trasladar su preocupación ante la «hiperregulación» europea que atañe, dijo, a todos los sectores, así como el impuesto a la banca que «claramente nos hace perder competitividad», en tanto que «nos drena recursos» para poder competir en igualdad de condiciones con otras empresas en la escena mundial.

En cuando a la regulación, advirtió de que «la máxima de que Estados Unidos innova, China produce y Europa regula hay que cambiarla», tras apuntar que los informes Letta y Draghi son «sumamente claros» e indican el camino a seguir, que consiste en profundizar en la unión bancaria y del mercado de capitales, integración que sigue siendo una «quimera», señaló Escotet, pues en la UE ni siquiera existen reglas fiscales comunes para facilitarlo.