Bruselas bendice el plan fiscal de España aunque le recuerda la necesidad de recaudar más
ECONOMÍA
Valida la senda de déficit y deuda pese a no haber Presupuestos
26 nov 2024 . Actualizado a las 19:06 h.Prueba superada. Bruselas acaba de bendecir el plan de ajuste fiscal remitido por España. La Comisión Europea considera «creíble» la senda propuesta por el Gobierno para, con arreglo a las nuevas reglas fiscales europeas, embridar el déficit y el gasto público y reconducirlos a los límites exigidos —del 3 % y del 60 % del PIB respectivamente— en un plazo de siete años. Además, a modo de pirueta «más difícil todavía», el Ejecutivo consigue el respaldo de las autoridades comunitarias a su plan de ajuste pese a no haber enviado aún los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para el 2025, dadas las dificultades existentes para acordarlos debido a la fragmentación política del Parlamento.
Bruselas asume las tesis españolas sobre la evolución del gasto neto primario (el incremento del gasto público sin tener en cuenta algunos costes cíclicos ni los intereses de la deuda pública). En su plan a cuatro años, el Gobierno estima en el 3,4 % del PIB dicho gasto primario neto entre el 2025 y el 2028, mientras que en un período de siete años —que es el de consolidación, con medidas adicionales— estará en el 3 %.
Aunque la recomendación de la Comisión para dicho período era del 2,8 % de media y los cálculos de España la rebasan en dos décimas, Bruselas lo acepta, admitiendo que difieren en la evaluación del conjunto de hipótesis que se abordan, como la posición fiscal inicial de este año, el tipo de interés nominal o el crecimiento potencial o la previsión de ingresos.
Dos décimas de PIB adicionales
En este escenario, el vicepresidente ejecutivo Valdis Dombrovskis quitó importancia a esas diferencias, y recordó que el Ejecutivo se ha comprometido a realizar una reforma fiscal que le generen ingresos «adicionales», que los técnicos europeos cifran en dos décimas del PIB. Cabe recordar, en cualquier caso, que la semana pasada el Gobierno logró sacar adelante un paquete de medidas tributarias —el mantenimiento de los gravámenes extraordinarios a la banca y a las energéticas entre otros— que, sin embargo, distan mucho de la reforma más ambiciosa que tenía prevista, ante la imposibilidad de poner de acuerdo a todos los socios de investidura. Pero para garantizarse esos ingresos extra necesitará aprobar los cambios tributarios a los que renunció la semana pasada.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, se felicitó este martes por la noticia llegada de Bruselas, poniendo de nuevo en valor que España «liderará» el crecimiento entre las grandes economías europeas, «y lo hará de manera equilibrada, protegiendo el Estado del bienestar y las necesarias inversiones a futuro, de manera compatible con nuestro compromiso con la responsabilidad fiscal».
Ajuste suave a siete años
Aunque la exigencia de Bruselas era que los Estados miembro presentasen sendas de ajuste a cuatro años, España lo ha hecho a un horizonte temporal de siete ejercicios. No ha sido el único caso, ya que también han optado por esta fórmula otros cuatro países más: Finlandia, Francia, Italia y Rumanía. «Esto ha reducido significativamente su esfuerzo fiscal anual medio, en torno a medio punto porcentual del PIB», explicó el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, en la presentación del paquete de otoño, la última que hará antes de que hoy el Parlamento Europeo apruebe el nuevo Colegio de Comisarios, entre cuyos miembros ya no figura Gentiloni.
Mientras que en el caso de España, las autoridades europeas sí consideran factible el ajuste de sus finanzas en los próximos siete años, no tienen la misma opinión de otros ocho Estados miembro: Bélgica, Francia, Hungría, Italia, Malta, Polonia, Rumanía y Eslovaquia. Estos países tendrán que articular medidas de reducción del gasto público si no quieren verse sometidos al procedimiento de déficit excesivo, que nuestro país logró evitar el pasado junio, al cuantificar en el 3 % del PIB para este año y en el 2,5 % para el próximo su desajuste entre ingresos y gastos.
Abriendo el foco a la revisión completa de los planes fiscales realizada por la Comisión Europea, de la veintena de países evaluados, únicamente Holanda no ha pasado la criba, al no lograr rebajar el 3 % del déficit en el horizonte del 2029. Por ello, la CE señala que el borrador presupuestario de dicho país «no está en línea» con las recomendaciones europeas.
Volviendo al caso español, aunque Bruselas le ha dado el visto bueno, eso no libra al Gobierno de tener que hacer los deberes, ya que España en el cuarto Estado de la UE con mayor deuda pública: cerró el mes de octubre rebasando ligeramente el 105 % del PIB, mientras que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) marca en el 60 % el límite.
Para regresar a esos niveles, que quedaron olvidados primero tras la crisis financiera del 2008, después con la pandemia y por último con las consecuencias económicas de la invasión rusa de Ucrania, España dispone ahora de siete años, y parte con la ventaja inicial de ser la economía más dinámica del continente, cuyo crecimiento dobla la media comunitaria, como destaca el Ejecutivo.