La hucha de las pensiones en España es la más vacía de la OCDE, pero la que más rápido se rellena
ECONOMÍA
El organismo recomienda a los jubilados echar mano de su patrimonio inmobiliario para complementar sus pensiones
02 dic 2024 . Actualizado a las 19:43 h.España es el país de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) con el fondo público de reserva del sistema de pensiones peor dotado de los 38 miembros del club. La hucha de la Seguridad Social solo atesoraba, al cierre del 2023, 5.578 millones de euros, el equivalente a un 0,4 % del producto interior bruto (PIB) anual, el mismo porcentaje que México, que se libra del farolillo rojo porque el importe acumulado es superior al español (cerca de 8.000 millones de dólares).
Según el estudio del organismo, Estados Unidos es el país con más reservas para sus pensiones públicas, con 2,46 billones de dólares (2,34 billones de euros), aunque la cifra no alcanza el 10 % de su PIB (un 9,7 %, en concreto), un punto y medio menos de lo que tienen acumulado en Portugal para respaldar sus jubilaciones y a gran distancia de las huchas de países como Luxemburgo, Japón o Corea, donde los sistemas públicos de pensiones atesoran entre un tercio y casi la mitad de lo que generan sus economías en un año para cubrir los pagos de las prestaciones por retiro en un contexto de envejecimiento progresivo de las poblaciones, muy acentuado en esos países.
Pese a tener la hucha de las pensiones más exigua, el informe reconoce que España es el país que más rápido está rellenando su fondo de reserva, con un aumento del capital superior al 160 % el año pasado, muy por delante del 29,7 % de Portugal.
Según el último dato facilitado por el Gobierno, a finales de septiembre el capital atesorado por la Seguridad Social ascendía a 8.356 millones de euros, el nivel más alto desde diciembre del 2017, y está previsto que concluya el año con cerca de 9.300 millones. Una cifra que cuadriplica, de largo, los 2.100 millones que marcó como suelo entre los años 2019 y 2022, tras años de retiradas para afrontar el pago de las extras de las pensiones en un contexto de crisis económica y destrucción de empleo.
Para rellenar esa hucha, el Gobierno puso en marcha el año pasado el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), un recargo en las cotizaciones de empresas y trabajadores (actualmente situado en un 0,7 %, abonando el empleado un 0,12 % y la empresa el resto) que ha inyectado en lo que va de año 2.623 millones de euros para llenar el colchón de las pensiones y afrontar el incremento del gasto por la jubilación de la generación del baby boom, la más numerosa de la historia.
Fondos privados
Si el fondo de reserva público es escaso, los españoles tampoco destacan por ser especialmente ahorradores de cara al retiro. Los planes de pensiones y otros productos de ahorro previsional acumulan solo 180.000 millones de dólares (171.600 millones de euros), un 11,2 % del PIB, un porcentaje idéntico al de los italianos y un punto inferior al de los franceses, pero a muchísima distancia de holandeses y daneses, que tienen ahorrado para la jubilación más de lo que produce su país en un año (un 147 y un 198 % del PIB, respectivamente).
En términos absolutos, de nuevo, son los estadounidenses los que atesoran más patrimonio financiero para el retiro, con 38,98 billones de dólares (unos 37,2 billones de euros), aunque la cifra solo representa un 142,5 % del PIB, lo que los sitúa en el sexto lugar del ránking, por detrás de Dinamarca, Islandia, Suiza, los Países Bajos y Canadá.
Patrimonio inmobiliario
Además, en un contexto en el que el debate sobre la accesibilidad a la vivienda es uno de los más candentes en la sociedad europea, tanto por los elevados precios de los inmuebles como por las dificultades de las generaciones más jóvenes para emanciparse, la OCDE lanza un mensaje a los pensionistas y a los trabajadores más próximos a la edad de retiro en el que les aconseja «aprovechar» el valor de sus viviendas como otro elemento más de ahorro para los futuros jubilados.
Y es que en España el 88 % de los jubilados tienen algún inmueble en propiedad, lo que no solo les supone un ahorro durante los últimos años de su vida (al no tener que abonar un alquiler y, en la inmensa mayoría de los casos, haber amortizado ya su hipoteca) sino que les da una fuente de ingresos potencial para complementar su prestación pública.
El estudio pone en valor figuras como la hipoteca inversa o la venta de la nuda propiedad como fórmulas para obtener liquidez sin tener que abandonar la vivienda, pero advierte de los riesgos de estos productos. Así, señala que están más indicados para «personas de más edad que quieren seguir viviendo en sus casas actuales el resto de su vida», pero no para aquellos pensionistas más jóvenes que se planteen mudarse a una más pequeña en un futuro, ya que «limita la flexibilidad para cambiar de casa y reduce el valor que podrían obtener por la venta de su propiedad» a futuro.