Luigi Mangione, trasladado a Nueva York «al estilo de Hannibal Lecter», podría ser juzgado por terrorismo

P. V. LA VOZ

ECONOMÍA

Luigi Mangione, escoltado en su traslado a Nueva York
Luigi Mangione, escoltado en su traslado a Nueva York Eduardo Munoz | REUTERS

El acusado del crimen, que fue escoltado por un fuerte operativo policial, ha sido imputado de asesinato en primer grado, un cargo que suele estar reservado para el asesinato de policías o asesinos en serie

20 dic 2024 . Actualizado a las 22:21 h.

Luigi Mangione, el detenido como principal sospechoso de asesinar a tiros a Brian Thompson, el CEO de UnitedHealthCare, ha sido imputado de asesinato en primer grado, un cargo que suele estar reservado para el asesinato de policías o para asesinos en serie, y que podría llegar a tener la consideración «de acto terrorista». Además el cargo federal, el joven ha sido imputado también por la FIscalía de Manhattan por un total de once cargos, que podrían acarrearle una pena máxima de cadena perpetua.

Según la denuncia, el joven planeó concienzudamente durante meses el asesinato de Thompson en un intento por iniciar un debate público sobre la industria sanitaria, seleccionando a la víctima y su paradero. Para ello, habría viajado a Nueva York Más de una semana antes del asesinato, tiempo que aprovechó para realizar un reconocimiento de la zona.

Mangione está acusado de un cargo de uso de un arma de fuego para cometer asesinato, que conlleva pena máxima de muerte —muy poco probable— o cadena perpetua; acoso interestatal con resultado de muerte, que conlleva pena máxima de cadena perpetua; acoso mediante el uso de instalaciones interestatales con resultado de muerte, que conlleva pena máxima de cadena perpetua; y un cargo de disparo de arma de fuego equipada con silenciador para promover delito violento, que conlleva pena máxima de cadena perpetua.

También se enfrenta a cargos en el estado de Pensilvania en relación con el arma de fuego y la identificación falsa que supuestamente tenía en su posesión cuando fue arrestado. Por el momento, el sospechoso no se ha declarado culpable de los cargos.

Un traslado «al estilo de Hannibal Lecter»

El sospechoso del asesinato, que estaba interno en la cárcel de Hundington, en Pensilvania, aceptó ser trasladado este jueves a Manhattan para escuchar las graves acusaciones en su contra. Llegó a la ciudad estodounidense, con su llamativo mono naranja, escoltado por un fuerte operativo policial que sus abogados han criticado por su excesiva teatralidad. «El traslado fue casi al estilo de Hannibal Lecter», comentó Jeremy Saland, uno de sus defensores, ante el casi cinematográfico dispositivo de seguridad desplegado para conducirlo hasta el edificio de la Fiscalía de Manhatttan, en lo que parecía un «paseo de la vergüenza».

En los alrededores del edificio se congregaron decenas de curiosos y también un puñado de simpatizantes del supuesto criminal. Alguno de ellos con pancartas de «Free Luigi» («Liberad a Luigi»), «Las prácticas de las aseguradoras aterrorizan a la gente» o «Matar por beneficios es terrorismo». Porque este es otro de los ingredientes de este particular caso: la fascinación que Luigi Mangione despierta entre las masas populares.

Simpatizantes de Luigi Mangione se congregaron en los alrededores de la Fiscalía de Manhattan
Simpatizantes de Luigi Mangione se congregaron en los alrededores de la Fiscalía de Manhattan JUSTIN LANE | EFE

Fascinación popular por un supuesto criminal

A pesar de los fuertes indicios de su participación y planificación del crimen del CEO de UnitedHealthCare, el italoamericano ha despertado la simpatía de muchos sectores de la sociedad. Su nombre se ha colado en todas las tertulias, ha copado las redes sociales y hasta ha sido referenciado en monólogos de humor, como el del cómico Chris Rock en Saturday Night Live, que llegó a ironizar con el asesinato de Brian Thompson aludiendo a que «a veces, a los narcotraficantes los tirotean».

El asesinato del consejero delegado de una de las compañías aseguradoras más importantes —y rentables— de Estados Unidos y las motivaciones declaradas por el propio Mangione han conseguido en parte lo que él quería: abrir un debate sobre el funcionamiento del muy polémico sistema sanitario del país. Hasta el punto de que muchos tildan al supuesto asesino de héroe popular y usan su imagen como símbolo contra las injusticias.

Sus fotografías en redes sociales y los vídeos, previos al asesinato, compartidos por algunos de sus colegas, en los que se muestra constantemente sonriente y con actitud afable y amistosa, no han hecho más que apuntalar la simpatía por parte, sobre todo, de chicas y chicos jóvenes. Acompañan sus imágenes de canciones como el I'm in love with a criminal («Estoy enamorada de un criminal»), de Britney Spears; o He could be the one («Él podría ser el indicado»), de Hanna Montana. Esta última llegó a ser pinchada en una fiesta temática de Disney en una discoteca de Boston mientras en las pantallas aparecían fotos de Mangione.