DKV se suma a Adeslas y renuncia a Muface, poniendo en riesgo el futuro del sistema

Sara Cabrero
S. Cabrero REDACCIÓN / EFE

ECONOMÍA

Sandra Alonso

CSIF amenaza al Gobierno con emprender acciones judiciales si no se garantiza la sanidad de los empleados públicos

09 ene 2025 . Actualizado a las 18:45 h.

El futuro de Muface se torna todavía más oscuro. Hace unas semanas, era Adeslas la que decidía negarse a seguir prestando asistencia sanitaria con las nuevas condiciones planteadas por el Gobierno, y este jueves DKV hacía lo propio y confirmaba que tampoco acudiría a la licitación. Alegan que en el último año sus cuentas acumularon unas pérdidas de más de 70 millones de euros antes de impuestos y que, con las condiciones ofrecidas por el Ministerio de Función Pública —que en la última propuesta sobre la mesa incluía una subida de las primas que cobrarán las compañías del 33,5 %, frente al 17,12 % ofrecido inicialmente— la situación económica podría incluso empeorar.

En un comunicado publicado este jueves, DKV asegura que el modelo de Muface «está infrafinanciado, ya que el gasto de prestaciones médicas en el último concierto ha sido sustancialmente superior a la prima que ha recibido». De hecho, el consejero delegado de la aseguradora, Fernando Campos, se mostró categórico al asegurar que la empresa «no puede permitirse continuar con estas condiciones, ya que repercutirían en un empeoramiento de la atención a los mutualistas y en que persista la retribución insuficiente de los profesionales sanitarios».

El plantón de la aseguradora obliga a las casi 200.000 personas que estaban bajo su ala a replantearse su asistencia sanitaria. Lo que parece algo más nítido es el futuro de los casi 8.100 empleados públicos que viven en el extranjero y a los que DKV se encarga de dar cobertura. Y es que, en este caso, la firma no ha querido cerrar la puerta por completo a un posible y mantener los servicios a este colectivo al menos durante un año más.

En manos de Asisa

La salida de Adeslas y de DKV deja ahora el futuro de todo el sistema en manos de un único agente: Asisa. La tercera aseguradora que hasta ahora mantenía el concierto debe decidir antes del próximo miércoles 15 de enero si finalmente acude o no a la licitación.

Y hay algunos escollos que pueden acabar decantando la balanza a favor del no. Asisa se mostró bastante abierta a participar ya en la primera licitación (la lanzada en el mes de octubre, que ofrecía un incremento de las primas de solo el 17 %). Pero por aquel entonces ya puso una única condición al Gobierno que, ahora, se ve claramente en duda. La aseguradora pedía no quedarse como única encargada de prestar el servicio, aunque se desconoce si, con el último incremento aprobado, estaría dispuesta a asumir en solitario la prestación. Por lo pronto, fuentes de la firma aseguran que siguen analizando pormenorizadamente los pliegos y que estudian la posibilidad de presentarse en solitario.

¿Y qué sucederá si también renuncia? El Ministerio de Función Pública deberá mover ficha. Podrá verse obligado a redactar una nueva licitación con el calendario corriendo en su contra o, en caso contrario, dar por perdido el modelo y obligar a más de 1,5 millones de mutualistas y familiares a cambiar de modelo e incorporarse a la sanidad pública, un extremo que podría suponer todo un reto para un servicio que, ya de por sí, arrastra unas importantes listas de espera.

El ministro de la Función Pública, Óscar López, mostraba este jueves todavía algún atisbo de optimismo en sacar adelante el concierto: «Yo tengo esperanzas de verdad todavía, confío, y estamos hablando además con las aseguradoras; y si no recuerdo mal, el plazo termina el 15. Pronto, la semana que viene, pero estamos hablando con las aseguradoras, y espero, confío y deseo que se pueda renovar con toda normalidad el concierto como se ha hecho siempre», apuntó.

En cualquier caso, los funcionarios de Adeslas y DKV no se quedarán sin sanidad de un día para otro. Echando mano de la ley de Contratos del Sector Público, el Gobierno obligó a las tres aseguradoras a extender, al menos hasta abril, el servicio de Muface. Además, en caso de quedar desierto la semana que viene, el Ejecutivo todavía tiene la posibilidad de extender la prórroga hasta finales del mes de septiembre.

CSIF amenaza con denunciar

«El Gobierno está realizando una dejación de funciones y demuestra una absoluta falta de respeto a los trabajadores públicos, con su silencio y falta de transparencia sobre la situación», denunciaban este jueves desde el sindicato CSIF, que advertía al Ejecutivo que van a asesorar a sus afiliados mutualistas para que emprendan acciones judiciales contra Muface «por la falta de asistencia sanitaria, para la defensa de los derechos e intereses de los mutualistas y el resarcimiento de daños y perjuicios que se les produzcan».

La sanidad de 700.000 personas, en la cuerda floja

De las tres aseguradoras que hasta ahora sostenían el sistema de Muface, DKV era la que acumulaba un menor número de mutualistas. Bajo su paraguas, se encontraban 199.619 personas en toda España, a las que habría que sumar otras 8.092 pertenecientes al brazo internacional de la compañía. El mayor roto a las cuentas lo había hecho Adeslas, que prestaba servicio a 508.703 ciudadanos mientras que, hasta la fecha, Asisa se encarga de 363.943. En caso de que sea esta última la que se quede con el concierto, los mutualistas tendrán margen para solicitar un cambio.