Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

El valle del hidrógeno verde de A Coruña recibirá ayudas de 170 millones de euros

Beatriz Couce, Cristina Porteiro REDACCIÓN

ECONOMÍA

Vista aérea de Langosteira y de la parcela (en violeta) en donde se ubicará la planta de Armonia Green Galicia
Vista aérea de Langosteira y de la parcela (en violeta) en donde se ubicará la planta de Armonia Green Galicia Cedida

El Gobierno respalda el proyecto de Armonía Green y Repsol y deja sin fondos el de H2Pole y Forestal del Atlántico en As Pontes

21 feb 2025 . Actualizado a las 19:21 h.

Galicia aspiraba a captar fondos europeos para la creación de dos valles del hidrógeno, pero solo un proyecto, el impulsado por Armonia Green Galicia y Repsol en A Coruña ha recibido el espaldarazo del Ministerio para la Transición Ecológica. El liderado por Reganosa y Forestal del Atlántico en As Pontes y Mugardos, respectivamente, se ha quedado sin recursos. Así consta en la resolución provisional publicada por el departamento de Sara Aagesen, quien ayer desgranó algunos detalles de la convocatoria.

Los valles del hidrógeno se erigen como grandes centros de producción y consumo de esta química renovable, que está llamada a jugar un papel destacado en la transición energética. Un total de 16 proyectos habían concurrido a esta primera convocatoria, de la que ayer se publicó el listado provisional de beneficiarios. En concreto, han sido repartidos un total de 1.214 millones de euros de fondos NextGenEU a siete proyectos ubicados en Aragón, Andalucía, Castilla y León, Cataluña y Galicia.

La propuesta gallega beneficiada es la bautizada como Valle del Hidrógeno en A Coruña, en el que participa Armonia Green Galicia —a través de su filial Ignis—, que percibirá una subvención de 129,4 millones de euros para levantar dos plantas en A Coruña: una dedicada a la producción de amoníaco verde en el puerto exterior, y otra que fabricará hidrógeno renovable en el polígono de A Grela. Repsol, que recibe 40,8 millones de euros —de un coste total subvencionable de 116,5— completa el valle.

La previsión que maneja Armonia Green Galicia —que había anunciado una inversión de 380 millones de euros— es la de materializar su proyecto en tres fases, hasta alcanzar las 725.000 toneladas de amoníaco producido a través de hidrógeno renovable.

El proyecto de Repsol tiene por finalidad producir hidrógeno verde por electrólisis —proceso que separa las moléculas de hidrógeno y oxígeno del agua mediante electricidad—, y se encuentra todavía en fase de ingeniería conceptual. Utilizará un electrolizador y electricidad renovable para obtener ese elemento químico verde, que utilizará para descarbonizar sus procesos industriales en Galicia. De hecho, la compañía energética insiste en que, actualmente, ya es el mayor productor y consumidor de hidrógeno del país, por cuanto le resulta imprescindible para acometer sus procesos industriales. A futuro, el renovable será su herramienta principal para acometer su propia transición energética.

Repsol apela a la prudencia porque la adjudicación de los fondos aún es provisional y está abierta la fase de presentación de alegaciones, por lo que aún se conocen pocos detalles sobre su futura inversión. Sin embargo, la planta de hidrógeno verde podría despejar las expectativas industriales surgidas en torno a las 28 hectáreas de las que dispone en el puerto exterior coruñés.

Pero si en las filas de Armonia Green Galicia y de Repsol reinó ayer la felicidad, el jarro de agua fría se lo llevó la otra propuesta gallega, bautizada como ValdoEume. Compendia los proyectos H2Pole, impulsado por Reganosa, y Triskelion, de Forestal del Atlántico. Preveían una inversión superior a los 300 millones de euros para construir una planta de metanol verde en Mugardos, otra de hidrógeno renovable en As Pontes, y una infraestructura para vehicular ese elemento químico hasta la ría de Ferrol. El plan se quedó sin financiación por no alcanzar la puntuación mínima.

Análisis del rechazo

Fuentes de ValdoEume explicaron que, «como cualquier gran proyecto transformador de la economía, y como cualquier otro proyecto de producción de hidrógeno y metanol verde, la viabilidad de este valle requiere de la implicación de todos. De nada sirve que sus promotores lo impulsemos con la mayor de las decisiones si el resto de los actores no terminan de sumar». Además, anunciaron que analizarán «los fundamentos de la resolución cuando los tengamos y determinaremos qué posibilidades brinda el futuro antes de tomar decisiones firmes».

No obstante, defendieron el trabajo presentado a la convocatoria. «La solvencia técnica del proyecto es incuestionable. Tanto, que el propio IDAE avaló la de H2 Pole en el 2023 en la resolución de su programa de ayudas a proyectos pioneros de hidrógeno verde, y la Comisión Europea hizo lo propio en el 2024 con Triskelion en el programa Innovation Fund», reseñaron al respecto.

Unos complejos industriales que generarán unos 9.000 empleos directos

La ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, apuntó ayer que la convocatoria de los valles de hidrógeno era «muy esperada». Tras la adjudicación provisional, se abre un plazo de alegaciones y ha detallado que prevé generar 4 gigavatios (GW) de capacidad, lo que supone un 33 % del objetivo marcado por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, de 12 gigavatios.

Respecto al impacto en el empleo, Aagesen ha calculado que podría implicar unos 9.000 puestos de trabajo directos y 11.000 indirectos.

«Creo que van a generar ecosistemas que se van a consolidar. Hablamos de un sector de presente y de futuro. No estamos hablando de una tecnología que llega para irse, sino que llega para quedarse en esta senda de descarbonización», aseveró, añadiendo que, asimismo, el 90% de los electrolizadores de los siete proyectos serán fabricados en Europa.

Y es que Aagesen apuntó que el hidrógeno renovable es una «historia de éxito» en el país y para España es «un proyecto país». «Somos un país especialmente atractivo básicamente porque somos más competitivos en esas energías renovables», añadió. 

Los siete proyectos de la propuesta de resolución provisional cuentan con una potencia de electrólisis para la producción de hidrógeno renovable que supera ampliamente el umbral mínimo de 100 megavatios fijado en las bases de la convocatoria. Además, incorpora el compromiso de adquisición del 60 % de la fabricación por distintos consumidores.