Dolleen Logan: «Es un orgullo dejar un parque eólico como legado de nuestro pueblo indígena a las generaciones futuras»

Beatriz García Couce
Beatriz Couce REDACCIÓN

ECONOMÍA

Dolleen Logan, jefa de la Primera Nación Lheidli T'enneh, comunidad indígena de Canadá que promueve en sus tierras un parque eólico en alianza con la empresa coruñesa Ecoener
Dolleen Logan, jefa de la Primera Nación Lheidli T'enneh, comunidad indígena de Canadá que promueve en sus tierras un parque eólico en alianza con la empresa coruñesa Ecoener ANGEL MANSO

La canadiense Primera Nación Lheidli T'enneh se alió con la empresa coruñesa Ecoener en un proyecto energético en el país

21 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La confianza, la defensa de su idioma, de la cultura, del territorio y de su recursos naturales y el desarrollo económico de su pueblo. Son los principios sobre los que se asienta la Primera Nación Lheidli T'enneh, uno de los pueblos indígenas de Canadá. Dolleen Logan, jefa de esta comunidad, visitó en los últimos días A Coruña, en donde fue recibida por Luis de Valdivia, presidente de la empresa energética Ecoener, con quien habían firmado una alianza para construir un parque eólico de 140 megavatios en su territorio.

Recuerda que cuando el portavoz de la compañía gallega se reunió con el consejo de su pueblo para presentarles el proyecto para promover en común esa instalación energética, salió del encuentro con el sí debajo del brazo. Y ahora, con los trabajos preliminares ya comenzados, en la provincia canadiense de la Columbia Británica, admite con una amplia sonrisa que «es un motivo de orgullo que este consejo vaya a dejar el parque eólico como legado para generaciones futuras».

Los Lheidli T'enneh aglutinan a alrededor de 800 personas, con un gran cuidado y respeto por la naturaleza. Atesoran cuatro millones de hectáreas, en las que, principalmente, gestionan actividades forestales, aunque bajo la premisa de una explotación sostenible. «Hemos reintroducido animales autóctonos, como los renos y los alces», afirma.

Los integrantes del pueblo valoran especialmente el apoyo que Ecoener les presta desde el primer momento, tanto en el aspecto energético como en otras muchas cuestiones, como la «sostenibilidad alimentaria».

Actualmente, se abastecen de electricidad procedente de plantas hidroeléctricas, pero también con combustibles fósiles, como propano y gas natural. Avanzar en la descarbonización, a través de la promoción conjunta del parque —en el que Ecoener ostenta la mayoría de la participación— es un objetivo logrado con este proyecto.

Además de los beneficios ambientales de una instalación que requerirá de una inyección de 290 millones de euros, Dolleen Logan subraya que el proyecto «nos trasciende como comunidad, es una inversión para las futuras generaciones». Con el rendimiento del parque, el pueblo indígena obtendrá recursos económicos —lo llaman «ingresos sociales»— para mejorar sus viviendas, realizar todo tipo de cuidados a sus mayores, la atención educativa y sanitaria y posibilitará llevar a cabo actividades que les permitan mantener sus costumbres y tradiciones.

El acuerdo con Ecoener es el primero de este tipo que firman con una empresa para explotar conjuntamente una actividad económica. El compromiso de Ecoener con sus socios en el país se extiende también a la construcción del propio recinto. La jefa de la Primera Nación Lheidli T'enneh explica que el impacto de la ejecución de la obra beneficiará al entramado empresarial local, ya que serán firmas de su territorio las que se ocuparán de preparar los terrenos y hacer el talado de los árboles de la zona, entre otros.

Este pueblo indígena y la compañía coruñesa ya caminan juntos en el proyecto del parque eólico —bautizado como Nihlts'i Ecoener—, pero su colaboración podría extenderse a nuevos negocios. En su territorio disfrutan de 186 días y medio de sol al año, por lo que también podrían beneficiarse de esa fuente natural para generar electricidad, a través de instalaciones fotovoltaicas. Además, sopesan la posibilidad de impulsar una planta hidroeléctrica, ya que cuentan con un río con fuerte corrientes. Ambas tecnologías —junto con la eólica— se encuentran en el catálogo de Ecoener. 

Sin huella de carbono

Dollen Logan se muestra satisfecha de que el futuro parque eólico tenga «una huella de carbono cero o prácticamente cero». Incide que, como en España, los proyectos de este tipo tienen que lograr una evaluación ambiental positiva. «El parque no tiene ningún impacto negativo, excepto en una pequeñísima área por donde pasan las aves migratorias, en donde no se colocará ninguna turbina», explica.

Con períodos de gobernanza de dos años, y pese a que cuentan con una gestión en equipo, la jefa del pueblo indígena se siente feliz de poder haber sellado este acuerdo para su comunidad durante su mandato.