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Trump asesta un golpe a la automoción europea al imponer un arancel del 25 %

G. L. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Evelyn Hockstein | REUTERS

El gravamen se aplicará el 2 de abril, pero solo a coches terminados, no a componentes

27 mar 2025 . Actualizado a las 11:26 h.

Nuevo paso adelante en la guerra comercial. El presidente estadounidense, Donald Trump, firmó ayer una orden ejecutiva para imponer un arancel del 25 % a los vehículos importados desde terceros países a Estados Unidos, lo que supone multiplicar por diez el gravamen que soportan actualmente los fabricantes de coches para introducir sus productos en el país, del 2,5 % en el caso de los productores europeos.

El mandatario anunció que la medida entrará en vigor el próximo 2 de abril, junto al resto del paquete arancelario que anunciará en el que ha bautizado como «día de la liberación». La recaudación comenzará al día siguiente, y su estimación es que en solo dos años los ingresos se moverán en una horquilla de entre 600.000 y un billón de dólares, ya que cerca de la mitad de los coches que se venden en el país son importados.

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Pero, más allá del afán recaudatorio (que impactará en el bolsillo de los consumidores, que verán subir el precio de los coches en una proporción similar), Trump justificó su decisión como un aldabonazo para forzar a las grandes industrias a relocalizar la producción en Estados Unidos, ya que solo los coches que se manufacturen en el país quedarán exentos del arancel.

«Vamos a cobrar a los países por hacer negocios en nuestro país y por quitarnos nuestros empleos, nuestra riqueza y muchas cosas que nos han estado quitando a lo largo de los años», destacó durante su comparecencia en la Casa Blanca. En ella, el presidente aseguró que el gravamen no se aplicará a los componentes, sino solo a los coches y camiones ligeros que se introduzcan ya terminados en el país.

Los más castigados

La medida supone un serio revés para los grandes fabricantes europeos, que exportan anualmente a Estados Unidos vehículos por valor de 41.000 millones de dólares, y también para las grandes marcas japonesas y surcoreanas, que tienen en Estados Unidos su principal mercado. Pero el golpe es especialmente acusado en los dos países fronterizos, tanto México (que es el principal origen de las importaciones automovilísticas de EE.UU. y en donde esta industria supone un 5 % del PIB y da empleo a un millón de personas) como Canadá, cuya fábricas del motor mantienen son interdependientes de las estadounidenses, pues los componentes cruzan entre ambos lados de la frontera para completar los procesos de producción.

¿Y España? Si el anuncio de ayer se confirma en sus términos (los vaivenes de Trump con sus anuncios arancelarios son ya conocidos), la industria española salvaría los muebles, ya que la mayoría de las exportaciones son de componentes, con un volumen de ventas de entorno a mil millones de euros anuales, lo que convierte a EE.UU. en el tercer mayor mercado extracomunitario, tras el Reino Unido y Marruecos.

En el caso de Galicia, de acuerdo a la plataforma estadística de comercio exterior del Ministerio de Economía, las empresas de la automoción exportaron el año pasado mercancías a Estados Unidos por valor de 53,39 millones. De ese importe, más del 99,8 % correspondió a componentes para automóviles (53,3 millones), mientras que solo 91.510 euros correspondieron a vehículos terminados.

Temor en los mercados

Donde el anuncio tuvo un impacto inmediato fue en los mercados. Si los grandes índices bursátiles del país cerraron con números rojos ya antes de que Trump detallara la medida, tras conocerse la misma los futuros de las acciones de General Motors caían un 5 %.

Canadá anuncia represalias y la UE se da tiempo hasta conocer el paquete completo

La nueva amenaza arancelaria de Trump puso ayer más presión sobre la Comisión Europea, que hace solo dos semanas tuvo que reaccionar a los gravámenes sobre el acero y el aluminio con un primer paquete de castigo que afecta a importaciones procedente de EE.UU. por valor de 8.000 millones de euros, pero que todavía tiene pendiente determinar otra segunda ronda de represalia por importe de 18.000 millones.

Aunque todo hace prever que Bruselas no moverá ficha hasta conocer el paquete global de aranceles de Trump, que se presentará el próximo miércoles. Bruselas anunció ayer por la noche que evaluará la decisión anunciada por el presidente estadounidense y seguirá buscando «soluciones negociadas» al tiempo que protege sus «intereses económicos», dijo la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen.

«Evaluaremos este anuncio, junto con otras medidas que Estados Unidos prevé implementar en los próximos días», anunció en un comunicado en el que lamentó «profundamente» la decisión de Trump.

Más contundente se mostró el primer ministro canadiense, Mark Carney, que calificó los aranceles al sector del automóvil como un «ataque directo» contra el país, y que anunció que Canadá responderá de forma unificada y que aunque los gravámenes «dañarán» la economía canadiense va a considerar medidas no arancelarias contra Estados Unidos.