
Un grupo de alumnos del CIFP Coroso trabaja ya en la firma Sálica, en la parte práctica del ciclo formativo
14 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Doce del mediodía, polígono industrial de A Tomada, A Pobra. Tras unos minuciosos y exhaustivos controles, entramos en el corazón de las instalaciones de la empresa pobrense de congelados Sálica. En su interior, el sonido de la moderna maquinaria se funde con el de la actividad de los trabajadores, que recuerda a la precisión de los engranajes de un reloj suizo. Nadie diría que entre los empleados se entremezclan los rostros de un grupo de jóvenes que, hace solo cerca de dos meses, ocupaban las aulas del CIFP Coroso de Ribeira.
Se trata de la que será la primera promoción de la única titulación de formación profesional de Industrias Alimentarias de toda Galicia, y que ya ha entrado en la fase de aplicación práctica de los contenidos teóricos adquiridos en el citado centro educativo. En estos momentos ya trabajan como cualquier profesional más, con sus respectivos salarios cotizables y horarios laborales fijos.
Los estudiantes
Al pie de la cadena de producción se encuentra un atareado José Manuel Oubiña, que responde sin perder de vista la tarea que ejecuta: «En Sálica aprendí la importancia del orden, porque si cometes un error te perjudicas a ti y a tus compañeros». A este joven de 18 años no le hizo falta tener un problema para entender la gravedad que supondría, directamente aprendió a evitarlos.
No muy lejos de allí, pero en otra sección totalmente distinta, conocemos a Adrián Tizón y a José Manuel Cameán. Ellos están asignados a la parte logística, comprobando el etiquetado y el correcto embalaje de los lotes, pero ya han pasado por casi todas las áreas de la empresa. «Me estoy planteando intentar entrar en el mercado laboral cuando termine este ciclo formativo», explicó Tizón, que reconoció haberse sorprendido al conocer sus capacidades laborales. Los dos coinciden en que la FP dual les está capacitando en mayor medida para incorporarse inmediatamente a un trabajo. «Fixen outra titulación, pero o certo é que nesta prepáranche moito máis para atopar un traballo no futuro», expresó Cameán.
Inmediatamente después, nos presentan a Yaiza Vilariño, la delegada y portavoz, que nos recibe con una sonrisa, a modo de muestra del estado de ánimo que, nos asegura, comparten todos sus compañeros en Sálica. «Estamos ganando experiencia en todas las áreas, además estudiar y trabajar, hoy en día, es una gran oportunidad», indicó la ribeirense.
Los tutores
«Todo lo que realmente le explicamos aquí, ya les suena a ellos de clase», el que habla ahora es José Manuel Tarrío, encargado de almacén. Este profesional y tutor indicó que los estudiantes llegaron con la lección aprendida, por ejemplo, de conocimientos como los extendidos métodos contables FIFO y LIFO.
David Otero, el tutor de producción, concuerda con Tarrío y añade que está encantado con el trabajo de los jóvenes y que le gustaría que algunos se quedasen tras terminar los estudios: «Ao principio pensei que isto sería doutra forma, pero hai traballadores moi válidos entre eles».
En la despedida, y al ver juntos a alumnos y empleados, fuimos los periodistas los que entendimos el valor de una FP dual para empresa y centro educativo.
La rotación por los puestos se combina con una tutorización constante
Cuando los estudiantes llegan se forman grupos de trabajo que ellos mismos eligen. Tras pasar una fase inicial en la que se familiarizan con el producto en la planta de producción, todos los equipos formados rotarán por las distintas secciones de la empresa: cadena de producción, logística, control de calidad... etc. Además, los jóvenes reciben un manual específico de cada área y se les asigna un tutor individual de la empresa. Cada quince días los grupos acuden a otras tutorías en el CIFP Coroso. A mayores, Sálica les imparte los cursos de higiene alimentaria, prevención de riesgos laborales y de sensibilización medioambiental.