«El sistema no funciona. Se selecciona a los mejores expedientes, no a los mejores docentes»

EDUCACIÓN

MARISCAL| EFE

El segundo panel del foro sobre profesores asume que las oposiciones como son hoy se convertirán en historia y que no se podrá acceder al aula sin pasar un par de años de prácticas

17 may 2019 . Actualizado a las 13:30 h.

Unanimidad en el segundo panel del foro Educar para el siglo XXI. Desafíos y propuestas sobre la profesión docente, el relativo al acceso al trabajo, ya que todos tenían claro que los profesores deben contar con un período de prácticas supervisadas en el centro de trabajo una vez terminan su formación, período que se daba por sentado que sería de dos años. En lo que no había acuerdo era en si ese modelo sustituiría o no las prácticas (denominadas Practicum) de la carrera de magisterio, o se tenían que hacer al estilo mir o con la plaza ya conseguida. Este panel contó con Francisco López Rupérez, expresidente del Consejo Escolar del Estado; Miguel Soler Gracia, secretario autonómico de Educación e Investigación en la Generalitat Valenciana; Mariano Fernández Enguita, profesor del máster de profesorado en la Complutense; Marta Águeda Maroñas, presidenta de la Asociación Nacional de Estudiantes de Educación y Formación del Profesorado (Cesed). El moderador fue Juan Manuel Moreno, especialista principal del Banco Mundial.

El modelo actual no sirve

Tal y como ocurrió por la mañana, entre los ponentes había un sentimiento de que ya es el momento de actuar. Y que el modelo actual no sirve, ni en la formación ni en la práctica: «El modelo de un profesor, un grupo, un aula se acabó. No va a ningún lado. Eso es el pasado» dijo Mariano Fernández Enguita. y Marta Maroñas recordaba la asociación Cesed se formó precisamente porque «veíamos cómo todo avanzaba pero seguía el concurso oposiciones» y eso significa que «el sistema no funciona. Se selecciona a los mejores expedientes y no a los mejores docentes». Para todos ellos, el sistema actual de oposiciones será historia tarde o temprano y no habrá posibilidad de ejercer de maestro sin un período largo, de dos años, de práctica. Esto último le llevó a Enguita a proponer la eliminación del Practicum durante la carrera de magisterio y el máster. Para el profesor de la Complutense la formación teórica, tan necesaria, se vería reforzada: «Me llegan al máster alumnos que nunca han leído un libro [ensayo de educación] o un artículo completo en toda la carrera, o que no saben interpretar una tabla. Me vendría de perilla recuperar el cuatrimestre de magisterio o del master, y no entiendo la angustia de que no tengan prácticas si van a hacerlas dos años».

Otra de las ideas que más vueltas dio en la tertulia fue cómo se filtra a los aspirantes a profesor: antes, durante o después de la carrera; con un examen tipo mir o después de formarse como especialistas. Mariano Fernández Enguita consideraba que el cuándo es lo de menos, porque «si el portal de entrada está adornado de rosas, el camino tiene que ser duro», y viceversa. Puso como ejemplo dos carreras, Derecho e ingenierías, «que en la cúspide tienen el mismo prestigio y valor»; Derecho se aprueba con facilidad mientras que en ingeniería es difícil terminar la carrera, «pero salen con un contrato bajo el brazo». Marta Maroñas,  Miguel Soler y Rupérez (Consejo de Estado) abogaban claramente por limitar las plazas de acceso al grado y máster, adaptándolas a las necesidades del sistema educativo, como ocurre hoy con Medicina.

En cuanto a quién debe encargarse de esta formación final, parece claro que hay acuerdo en que debe ser la Administración del Estado la que se encargue contando con la colaboración necesaria de las comunidades autónomas, y la ayuda de universidad y centros educativos.