La arquitectura y los diseño de espacios influye en el aprendizaje, y los colegios investigan cuál es la mejor opción
18 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.La distribución y organización física del aula es un asunto que cada vez importa más en los centros. Ya no es la temperatura de la clase o la cantidad de luz natural que entra. Hay mucho más y hay opciones para casi todos los gustos. La propuesta rompedora de l os Jesuitas en Cataluña en el año 2014 fue fusionar dos aulas en una (más grande, con tres profesores y un espacio para los maestros en un despacho de paredes de cristal). En Galicia no hay decisiones tan drásticas pero sí muchos pequeños e interesantes cambios.
Una decisión es el tipo de pupitre y cómo se juntan, porque se pueden poner ergonómicos que se unan en cuatro como un puzle o mesas redondas:
Las sillas pueden ser con o sin ruedas:
O incluso grandes bolas de pilates:
Los centros deciden si hay o no sofás en los entornos de la clase (dentro o fuera) para los trabajos en grupo más relajados:
Incluso es cada vez más frecuente ver gradas en el aula para poder seguir explicaciones magistrales:
El aprovechamiento de la luz y del pasillo da como resultado experiencias de aulas fuera del aula:
Por eso no es tan rara la propuesta de Dolores Ojeda Rodríguez, maestra riojana afincada en Elche y una referencia en las redes sociales, donde ha compartido la que denomina «la mejor decisión del curso: mochilas y perchas fuera. Una clase sin estorbos, limpia y funcional»: en su centro dejan las mochilas y chaquetones en el pasillo:
En Galicia hay ejemplos de esta filosofía, pero es en forma de taquilla, un sistema poco usado en España. En el colegio Peleteiro, de Santiago, por ejemplo, los alumnos de secundaria cambian de clase en vez de profesor y no tienen pupitres propios. Por eso usan las taquillas:
El debate no ha hecho más que empezar, y son muchos los foros donde se estudian las posibilidades de repensar la clase.