![Isabel Celaá, ministra de Educación, y Alejandro Tiana, secretario de Estado de Educación, en la videoconferencia con los consejeros](https://img.lavdg.com/sc/WnKVnCvG-vLLnXGaIEbhvpmnrXM=/480x/2020/05/14/00121589456462245416424/Foto/GY13P28F2_13399.jpg)
La Xunta toma está decisión tras dejar el Ministerio de Educación la última palabra en manos de las autonomías. Además, anuncia que el 25 de mayo podrán volver voluntariamente los alumnos de 2.º de bachillerato y FP media y superior
14 may 2020 . Actualizado a las 21:01 h.Hasta hace unos minutos no estaba claro qué decisión había tomado Galicia con respecto a la vuelta a clase en lo que queda de trimestre escolar. Pero por fin llegó la noticia: las aulas gallegas solo se abrirán este curso a los alumnos de los últimos años de bachillerato y FP media y superior. El resto (infantil de 3 a 6 años, primaria, especial, FP básica y ESO) no regresarán a sus centros educativos antes de septiembre. Esta es la decisión a 14 de mayo, ya que nadie se atreve a garantizar que no haya cambios —de cualquier signo— si la situación sanitaria varía.
El comunicado oficial dice: «O alumnado galego de 2.º curso de bacharelato e de 2.º curso de ciclos medio e superior de formación profesional poderá volver ás aulas de xeito voluntario a partir do vindeiro 25 de maio», y fuentes de la consellería confirmaron que eso eliminaba de la medida al resto de estudiantes.
La postura de la Consellería de Educación se ha tomado tras una conferencia sectorial (ministerio y comunidades) muy compleja y larga. Se contraponían la propuesta del equipo de Isabel Celaá —permitir que los menores de seis años fuesen al colegio si querían a partir de entrar en la fase 2, así como estudiantes que necesitaban refuerzo— con los miedos de las comunidades de no poder cumplir unas condiciones mínimas de seguridad para niños y trabajadores de los centros. En vista de que no hubo unanimidad, el ministerio optó por dar libertad a las consejerías para que decidiesen en sus territorios.
La decisión que todavía está pendiente es qué pasará con los centros de infantil de cero a tres años, que pertenecen a la Consellería de Política Social, y que por el momento no ha tomado ninguna decisión al respecto. Hay que tener en cuenta que muchas de estas escuelas abren en el mes de julio y agosto.
Lo que sí anunció la ministra Isabel Celaá es la redacción de un protocolo con medidas sanitarias que pondrá a disposición de las comunidades posiblemente mañana viernes.
Directrices comunes
Aunque el curso va a terminar cada uno por su lado, ministerio y comunidades tienen vocación de entenderse. En la videoconferencia acordaron formar un grupo de trabajo con técnicos para diseñar un curso 2020/21 adaptado a las circunstancias, que abordará aspectos de la organización escolar, de la programación didáctica de cursos y áreas, de la dotación tecnológica, del refuerzo de la competencia digital, y del seguimiento y apoyo de la actividad lectiva a distancia. Este ha sido el principal acuerdo adoptado hace unos minutos en la tercera conferencia sectorial de Educación desde que se decretó el confinamiento. De esta manera, se da un paso más en la cogobernanza del Gobierno central y las comunidades para compartir normas generales pero adaptándolas a la realidad de cada territorio.
Lo que está claro, es que desde las consejerías y del propio ministerio se barajan muchas posibilidades, fundamentalmente tres: que la evolución de la pandemia permita que la actividad educativa se lleve a cabo de manera presencial en los centros sin la obligación de mantener la distancia interpersonal; que haya presencia en las aulas obligando a mantener la distancia; o que la situación sea tal que impida el desarrollo de la actividad educativa presencial en algún momento del curso 2020-2021 debido a algún rebrote de la enfermedad que obligue de nuevo al confinamiento.
«Será necesario adaptar los currículos y las programaciones de los cursos»
En cualquier caso, «será necesario adaptar los currículos y las programaciones de los cursos», y se prestará especial atención a las competencias clave y a la recuperación de los déficit formativos generados en este último trimestre.
La mayor parte de las comunidades apuestan por la prudencia
«Es una vergüenza que el ministerio actúe con tal dejadez de funciones; para eso no precisamos una ministra. No decide nada ni se encarga de liderar la desescalada educativa en nuestro país». Así de contundente se mostraba ayer el sindicato de profesores ANPE, que en Galicia ya pedía un protocolo claro y el cierre de los centros de Educación en la etapa de infantil.
Lo cierto es que al ser las comunidades las que deciden, hay ahora mismo cierta confusión aunque parece que gana la prudencia.
Andalucía anunció que no abrirá los centros educativos a ningún grupo de edad, una medida que barajan en Castilla y León. En cambio, Asturias, Cantabria y Murcia aceptan una situación parecida a Galicia: el regreso voluntario de los estudiantes que titulan (2.º de bachillerato, FP de grado medio y FP superior); en el caso cántabro no antes del 8 de junio. Por su parte, Aragón apunta una salvedad: se trata de acciones tutoriales, no de clases, y los alumnos tendrán que pedir cita previa. La Comunidad Valenciana incluye en este grupo voluntario a los de 4.º de ESO. Canarias, por su parte, estudia abrir las aulas solo al alumnado de segundo de bachillerato, y siempre a partir de junio.
Madrid tiene muchas dudas sobre abrir los centros a los menores de seis años y a los de educación especial, mientras que en Baleares esos dos grupos prácticamente se descartan del retorno a las aulas. El País Vasco, que tenía prevista una desescalada amplia a partir de este lunes, aplaza el inicio del retorno al día 25.