La ventilación de las aulas será convencional y los filtros, excepcionales y complementarios

S. C. REDACCIÓN / LA VOZ

EDUCACIÓN

Profesora abriendo las ventanas de un aula en el IES Vilar Ponte de Viveiro en imagen de archivo
Profesora abriendo las ventanas de un aula en el IES Vilar Ponte de Viveiro en imagen de archivo PEPA LOSADA

Para instalar un purificador de aire se debe contar con un informe técnico y autorización del Sergas

30 oct 2020 . Actualizado a las 13:36 h.

El Comité Educativo de Galicia ha aprobado las recomendaciones para la ventilación de la aulas, en el que se prioriza el sistema tradicional, dejando los filtros HEPA para casos excepcionales y como un complemento a abrir puertas y ventanas. Antes de instalar los filtros es obligatorio contar con un informe técnico especializado y su autorización en coordinación con las directrices de la autoridad sanitaria.

El documento optimiza los tiempos en los que se deben airear las aulas (no es necesario mantener las ventanas abiertas todo el tiempo de clase), para garantizar el confort interior a la vez que el aire está limpio. Y anuncia un estudio con expertos de la USC que evaluará las dinámicas que hay en los centros según cada tipología.

El dictamen del Comité Educativo es claro: la ventilación tradicional abriendo ventanas (y puertas, para que haya corriente) es imprescindible. 

El documento, que en breve se enviará a los centros, recoge entre otras las orientaciones ofrecidas en la guía del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Entre otras cosas, recoge la necesidad de abrir puertas y ventanas 15 minutos al inicio y finalización de la jornada, y 5 minutos entre clase y clase; además, aconseja apertura de puertas y ventanas durante todo el recreo. La ventilación cruzada es la mejor garantía de que el aire está en movimiento.

En algunos centros, como el IES Eusebio da Guarda de A Coruña -que utiliza mamparas como alternativa a las clases semipresenciales- se han adquirido medidores de CO2 que avisan cuando el ambiente supera un umbral determinado para que se abran puertas y ventanas.