
El IEL Giner de los Ríos consiguió empezar las clases en línea a las pocas horas de decretarse el segundo confinamiento de Portugal
19 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La enseñanza remota ha llegado para quedarse en Portugal, mientras dure el segundo confinamiento, al menos hasta Semana Santa. Todos los centros educativos lusos, desde preescolar hasta los ciclos universitarios, cerraron sus puertas el pasado 21 de enero aunque solo consiguieron reanudar las clases de manera digital el 8 de febrero.
Durante más de dos semanas los escolares portugueses tuvieron unas forzadas vacaciones en casa, mientras sus padres teletrabajaban, por la falta de previsión del Ministerio de Educación, los problemas de conexión a Internet en algunas zonas del país, por la descoordinación entre los colegios y el ministerio, y por la carencia de ordenadores y tabletas en las familias con pocos recursos. Tras la primera semana de enseñanza a distancia en Portugal el balance es malo, ya que siguen faltando ordenadores, a pesar de que el Gobierno de António Costa ha comprado 15.000, que no llegan para cubrir las necesidades mínimas educativas telemáticamente.
Con clases organizadas desde el primer día
Frente a este escenario hay un ejemplo de éxito en Lisboa que demuestra que la formación digital y remota es posible, desde preescolar hasta bachillerato. El Instituto Español Giner de los Ríos (IEL) es uno de los centros educativos más antiguos que el Ministerio de Educación español tiene en el exterior. Fue creado en 1932 y en él estudian más de 1.100 alumnos españoles, latinoamericanos, hijos de matrimonios mixtos y portugueses. «Si contamos al alumnado, al profesorado y al personal no docente somos más de 1.300 personas que ha habido que coordinar para impartir clases on line si se cerraban los colegios en Portugal», confiesa a La Voz el director del centro, José Ignacio Ruiz de la Concha. «El 22 de enero a las 8.30 de la mañana, doce horas después de anunciarse el cierre de los centros educativos en Portugal, ya estaban nuestros alumnos delante del ordenador asistiendo a clase», explica. Para Ruiz de la Concha, el éxito de la formación digital durante este confinamiento en el IEL radica «en el trabajo en equipo que hemos hecho los profesores y el personal administrativo desde el verano pasado, cuando acabó el anterior confinamiento, para elaborar el plan de contingencia que se ha puesto en marcha, punto, por punto ahora».
Los profesores del IEL han recibido formación los últimos meses para impartir clases en las plataformas digitales escogidas y adaptar los métodos curriculares. El centro ha optado por dos: Google Classroom y Moodle, utilizadas desde septiembre como forma de comunicación entre alumnos, profesores y familias. «Cuando el Gobierno portugués decretó el cierre de los colegios todos estábamos familiarizados con estas plataformas y las herramientas digitales, por eso todo ha sido tan fácil», dice el responsable educativo.
«Los niños de hasta los 10 años no pueden estar mucho tiempo atentos delante de una pantalla»
Para Ignacio Garau Lefter, tutor de uno de los grupos de cuarto de primaria, «ha sido fundamental planificar el calendario semanal de las clases remotas con los profesores de cada grupo, con las sesiones más reducidas y dejando descansos entre ellas», afirma. Y es que, añade, «los niños de hasta los 10 años no pueden estar mucho tiempo atentos delante de una pantalla». También «en este éxito tienen mucho que ver los padres que se involucran y están pendientes de que sus hijos se conecten, estén atentos, y envíen puntualmente los deberes que se publican después en Classroom».
«Hay una diferencia abismal entre el primer confinamiento y este»
Carmen Santana es madre de dos alumnos del centro, de cuarto y de sexto de primaria, y está satisfecha con estas semanas de enseñanza en línea. «Soy crítica cuando lo tengo que ser, pero en este caso tengo que felicitar al colegio, y así pensamos la mayor parte de las madres y padres, ya que las clases remotas están funcionando bien y nuestros hijos contentos y motivados». Para Santana «hay una diferencia abismal entre el primer confinamiento, entre marzo y junio pasado, donde hubo mucha improvisación a ahora, con todo coordinado», explica.
Para el gallego Carlos Callón, profesor de Historia y tutor de uno de los tres grupos de 4.º de secundaria del IEL, «o mellor son as clases presenciais, e máis na adolescencia, pero intentamos motivalos para que segan aprendendo a través das ferramentas dixitais coas que están tan familiarizados», indica. «Os meus alumnos teñen un perfil socioeducativo axeitado para iso, xa que todos teñen ordenadores, boa conexión a Internet, e poucos conflitos no seu entorno, o que facilita este tipo de aprendizaxe remoto», reconoce. Callón ha tenido que adaptar las unidades didácticas a la enseñanza telemática «evaluando por traballos e empregando películas e medios dixitais para incentivalos», explica. Tiago Barcia, alumno de cuarto de ESO, confiesa que una de las cosas que más le gusta de las clases remotas es «tener un horario previamente definido para toda la semana y lo involucrados que están los profesores». Y aunque echa de menos a sus amigos, siente que no están perdiendo el tiempo: «Seguimos aprendiendo».