El PP cree que el fichaje de Garrido es para ocultar que el líder del PP ganó los debates
25 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Cuando parecía que estaba todo el pescado vendido tras la celebración de los dos debates televisivos que han enredado toda la campaña electoral y los partidos se disponían ya a pulir los detalles de los mítines de cierre, Ciudadanos sorprendió ayer al asestar un golpe en la línea de flotación del PP con el anuncio de la incorporación de Ángel Garrido.
El expresidente de la Comunidad de Madrid, en el cargo hasta hace tan solo dos semanas, momento en el que renunció debido a la incompatibilidad con la inclusión de su nombre en las listas para las elecciones europeas del 26 de mayo, se desprendió de la chaqueta azul que tanto le apretaba desde que Casado ganó las primarias para enfundarse una de color naranja.
El movimiento fue entendido en Génova como una vendetta tras la decisión de la nueva ejecutiva del PP de no confiar en él como candidato para intentar renovar la presidencia de la Comunidad de Madrid en las elecciones autonómicas que se celebrarán el mismo domingo que las europeas. Casado prefirió optar por Isabel Díaz Ayuso, que además de ser una de las personas de su máxima confianza dentro del partido, tiene un mensaje mucho más duro para luchar contra la fuga de votantes que se están marchando a Vox. En el PP le encontraron salida en la cuarta posición para el Parlamento Europeo, garantizándole un escaño que conlleva un desorbitado sueldo y unas jugosas dietas; según cuentan, cumpliendo con su petición, al preferir Bruselas antes de engordar las listas del Congreso o del Senado. Fue este mismo lunes cuando estampó su firma en una declaración jurada conforme se comprometía a seguir las directrices de voto impuestas por la dirección del grupo popular. Pero tres días más tarde anunciaba en directo por la televisión desde la sede de Ciudadanos su incorporación a la lista que presenta la formación naranja a la Asamblea de Madrid en el puesto número 13. «He decidido dar el paso para seguir trabajando por los madrileños desde el centrismo», justificó.
El PP habla de transfuguismo
Según fuentes de la dirección del PP se trata de un claro ejercicio de transfuguismo del que tuvieron la primera noticia a través de la prensa. «Nadie en el PP sabía de los planes de Garrido, ni siquiera su círculo más cercano», apuntaron fuentes cercanas a la dirección, que lamentaron que en los últimos días se había borrado de todos los actos de campaña alegando «motivos de salud».
Casado, que no se enteró de la jugada hasta ayer al mediodía cuando se encontraba en pleno mitin en Sevilla, su gran trofeo hasta la fecha gracias a un gobierno de coalición con C’s, prefirió restarle importancia al asunto. El PP está plenamente convencido que este movimiento no le pasará factura en las urnas el próximo domingo, y que, en caso de que pudiera tener algún efecto, sería perjudicial para Ciudadanos. El secretario general de los populares, Teodoro García Egea, compareció en La Sexta para sugerir que el anuncio es una respuesta de Rivera tras su decepcionante papel en el debate de este martes. «Muy mal tuvo que ir para que hoy (por ayer) no se hable de las propuestas y lo bien que le fue a alguno».
PP y C's, condenados a pactar
Aunque el salto con doble pirueta mortal de Garrido solo afecta directamente a los comicios autonómicos y europeos, a nadie se le escapa que Rivera buscaba un golpe de efecto para las generales a costa de una formación con la que está condenado a pactar si les salen las cuentas para desalojar a Sánchez. A solo cuatro días de que se abran las urnas, vuelve a pescar en Génova, caladero que ha alternado con el socialista en un intento de reforzar esa posición central del tablero desde la que pretende el voto más moderado de ambas formaciones. Además de Garrido, en las últimas semanas ha logrado vestir de naranja a los socialistas Soraya Rodríguez y Joan Mesquida, y a los populares José Ramón Bauzá y Silvia Clemente. «Este proyecto ganador que une a los españoles sigue creciendo sin parar», publicó en Twitter en su única intervención en la jornada de resaca del debate.
El candidato de Podemos, Pablo Iglesias, participó ayer en una entrevista en Onda Cero en la que fue cuestionado por este asunto. «El síndrome de la vida de Brian nosotros lo hemos padecido particularmente», comentó, en clara referencia a la reciente marcha de Errejón de Podemos para liderar Más Madrid.
Los aspirantes vuelven a la carretera y lanzan las mismas ideas que en la tele
Tras haber estado desde el fin de semana dedicados en cuerpo y alma a la preparación de los dos debates televisivos, los candidatos regresaron a la carretera en una jornada en la que, al menos de puertas para afuera, todos se sienten reforzados tras sus intervenciones en los platós de TVE y Atresmedia.
Sánchez repitió desde Badajoz uno de los principales mensajes con los que insistió a los telespectadores en los últimos días: la movilización, que la gente acuda a votar. «La derecha tiene un clavo al que agarrarse, la abstención. Si el próximo domingo nos movilizamos todos, España mirará al futuro», dijo.
El voto útil
Por su parte, Casado acudió a mitinear a Sevilla, que tras la conquista de la Junta de Andalucía en las elecciones del pasado diciembre se ha convertido en su gran trofeo. Allí fue sorprendido por la noticia de la fuga del expresidente de la Comunidad de Madrid Ángel Garrido por Ciudadanos. Desde el Guadalquivir pregonó una de sus ideas fuerza de los debates: apelar al voto útil como la única posibilidad de desbancar a Sánchez de La Moncloa y exportar a nivel estatal la llamada «vía andaluza».
Pablo Iglesias participó en un acto en Barcelona desde el que pidió el apoyo a antiguos votantes del PSC, CUP o ERC. Defendió a Podemos como la única formación capaz de encauzar el «diálogo».Hoy estará en Galicia.
Rivera mantuvo su agenda liberada durante todo el día.