Pablo Casado tras la debacle del PP: «Fragmentar el voto de centro derecha solo ha servido para darle el Gobierno a Pedro Sánchez»

ELECCIONES 2020

JUAN MEDINA

El líder del PP, con semblante serio, elude hablar de dimisiones y reconoce que deben trabajar duro para recuperar los votantes perdidos de cara a las elecciones municipales

29 abr 2019 . Actualizado a las 01:16 h.

El «valor seguro» que primetía ser Pablo Casado no ha sido tal a ojos de los españoles. Con 66 diputados, frente a los 137 que consiguió en las generales del 2016, la caída es histórica: más de cuatro millones de votantes le han dado la espalda. Finalmente la irrupción de Vox en el arco parlamentario con 24 escaños (eso sí, menos de lo que pronosticaban muchas encuestas pero pisando fuerte) y la consolidación de Ciudadanos como tercera fuerza política, con 57 diputados, supone el batacazo de la derecha de la «vieja política». Tanto es así que acaba como segunda fuerza política con una distancia abismal con respecto al PSOE: el gran ganador con 122 escaños.

El PP guardó silencio hasta que su líder salió a dar la cara coincidiendo con el momento en el que lo hizo su principal contrincante, Pedro Sánchez. Mientras en Ferraz la exultación era total, Génova estaba vacía y Pablo Casado, desolado. Aunque no lo suficiente para hablar de dimisiones; como mantienen las fuentes del partido, sigue siendo un «líder indiscutible». Pese a esto, es cierto que hizo autocrítica en su declaración. Aunque también echó balones fuera. De lo positivo que pueden sacar sus votantes es que el líder popular admitió que «al Partido Popular le gusta ganar, y es cierto que en las ultimas elecciones hemos perdido nuestro apoyo electoral. Pero vamos a ponernos a trabajar, y vamos a liderar el espacio de centro-derecha, que al fracturarse es difícil que sea ganadora». Hasta ahí hizo hincapié en la necesidad de «trabajar de cara al mes que viene, que volvemos a las urnas» para que «nuestro votante de centro derecha se dé cuenta de que esta fragmentación solo ha servido para darle el gobierno a Pedro Sánchez».

Las excusas llegaron a continuación. Porque en los escasos minutos en los que se dirigió a su electorado no le faltó tiempo para mencionar, como hizo en anteriores ocasiones, la mala decisión de convocar elecciones después de Semana Santa. Una decisión que, afirmó, «ha estado meditada por la fuerza que está en el Gobierno». En la misma línea que mantuvo en los debates, no mencionó abiertamente a la formación de extrema derecha de Santiago Abascal. Sí lo hicieron antes fuentes del partido, que dijeron que parte de la culpa de los resultados electorales la tiene «el efecto Vox». 

En Galicia tampoco están para celebraciones. En un feudo tradicionalmente popular, los colores han dado la vuelta. El PSdeG se alza también como primera fuerza con 10 diputados y el PP cae de manera estrepitosa al ceder 3 escaños. De los 12 pasa a los 9. Por provincias, en A Coruña las fuerzan del antiguo bipartidismo empatan con 3 diputados cada partido. Pierde uno la derecha. En Lugo y en Pontevedra, también empatan PPdeG y los socialistas, pero en este caso con dos diputados. Cede un escaño la formación azula los socialistas: si en el 2016 consiguieron 3 diputados, ahora se conforman con dos; pero el PSdeG pasa de los 2 diputados a los 3. Justo a la inversa.  En Ourense el PP también pierde un diputado pasando de los 3 que obtuvo en el 2016 a conseguir ahora 2. Núñez Feijoo salió al paso de la situación pasada la medianoche. Y menos tibio que otros dirigentes del partido se atrevió a mencionar la palabra «decepción» y manifestó que el partido «no está orgulloso del resultado de esta noche».

Frente a un mapa teñido de azul, como fue el que dejaron los últimos comicios generales, a excepción tan solo de las provincias de Jaén, Huelva y Sevilla (votantes del PSOE), los resultados dejan una marea roja (sin contar las provincias tradicionalmente nacionalistas) que Pedro Sánchez no imaginó ni en sus mejores sueños. Los reductos populares son dos gallegos: Lugo y Ourense, que aunque empatan en escaños con los socialistas, ganan en votos. Se suman Salamanca y Ávila.

Réplica en el Senado

En el Senado sucede lo mismo que en el Congreso. Vuelco electoral. Los 130 senadores que tenían los populares en el 2016 se quedan ahora en 64; mientras que el repunte del PSOE en la cámara alta es abrumador: de los 43 de hace tres años a los 102 con prácticamente la totalidad de los votos escrutados.

Ante este desastre con el que pocos contaban, el comité de dirección del PP se reunirá mañana para analizar qué ha sucedido. Estará Casado, pero también sus más estrechos colaboradores. El martes se reunirá el Comité Ejecutivo Nacional, del que forman parte los presidentes autonómicos y que cuenta con más de 90 miembros encabezados por el propio Casado y el secretario general, Teodoro García Egea, que suelen tener una intervención en estas reuniones. Hora de hacer autocrítica.