Las mareas se revuelven contra el PSOE

ELECCIONES 2020

Noriega, Ferreiro y Suárez lograron en 2015 hacerse con las alcaldías de Santiago, A Coruña y Ferrol para las mareas
Noriega, Ferreiro y Suárez lograron en 2015 hacerse con las alcaldías de Santiago, A Coruña y Ferrol para las mareas Álvaro Ballesteros

Los llamados alcaldes del cambio (Ferreiro, Noriega y Suárez) reorientan su estrategia a atacar a los rivales socialistas que pueden relevarlos

20 may 2019 . Actualizado a las 00:38 h.

Entre los gobiernos locales de las mareas y el PSOE «houbo moi pouco amor». La expresión la acuñó Martiño Noriega cuando ni siquiera llevaba un año de alcalde de Santiago, desconociendo que esa relación lo único que haría es empeorar. Poco después saltó por los aires el pacto de gobierno de Ferrol y Xulio Ferreiro perdía aquella cuestión de confianza con la que exigía amor a los socialistas con un palo en la mano. «PSOE, PP, a mesma merda é», corearon como venganza los acólitos de Marea Atlántica en aquel pleno coruñés de febrero del 2017. La consigna la acaba de recuperar en esta campaña un miembro de la lista de Ferreiro para situar en la diana al PSOE, que es también hacia donde más apunta Noriega.

Los socialistas se están convirtiendo en el gran rival político de las mareas, el que puede impedir que revaliden su poder en las ciudades, de ahí que los alcaldes rebeldes intensifiquen sus ataques hacia los candidatos del PSOE mucho más que hacia los del PP.

Las bases electorales de Compostela Aberta, la Marea Atlántica y Ferrol en Común se construyeron en el 2015 sobre la debilidad de un PSOE relegado a tercera fuerza y sobre el préstamo coyuntural de sus votantes, justo cuando Podemos amenazaba en el horizonte con un sorpasso al PSOE. No obstante, la mareas municipales también generaron decepción con una gestión ineficiente, que coinciden en censurar desde el BNG hasta el PP, a la vez que tuvieron sus deserciones internas, por no mentar la demolición programada de la casa común que daba cobijo a todos: En Marea.

El caso es que los socialistas que votaron a Noriega en el 2015, entre los que había muchos militantes y cargos intermedios laminados en las primarias, están ahora batiéndose el cobre con la candidatura de Sánchez Bugallo. Y algo parecido ocurre en A Coruña y en Ferrol.

Los alcaldes de las mareas parecen haber detectado que hay una bolsa de electores que, de acuerdo con los datos de trasvase de voto de los sondeos, se están desconectando de un proyecto híbrido -que presume de ser a un tiempo rupturista, federal, nacionalista y cantonal- para emprender el camino de regreso a casa. Y reaccionan desplegando una estrategia a la desesperada para alertar sobre el PSOE, con el pretexto de que tiene «moitas cousas en común» con el PP o incluso un pacto implícito para desbancar a las mareas.

Los de Compostela Aberta van más allá y arguyen sin rubor que el electorado que se identificó en las generales con Pedro Sánchez estaría en las locales más próximo a Noriega que a Bugallo. El objetivo está claro y consiste en taponar la fuga de electores hacia el PSOE pidiendo un nuevo mandato. Falta una semana para saber si obtienen una segunda oportunidad o si, por contra, se produce un cambio de papeles en el liderazgo de la izquierda.