La emigración clama por no poder votar: «Nos han privado de un derecho fundamental»

ELECCIONES 2020

PILI PROL

Gallegos residentes en el extranjero relatan a La Voz la imposibilidad que han sufrido para participar en las elecciones autonómicas y su rechazo al voto rogado

16 jul 2020 . Actualizado a las 13:07 h.

Miles de gallegos que residen en el extranjero se han quedado sin poder votar en las elecciones autonómicas del domingo. Muchos ni siquiera pudieron realizar el trámite de rogar poder tomar parte de los comicios. Otros muchos superaron esa fase pero no le llegaron las papeletas. Todos claman contra un sistema que consideran les discrimina cuando su derecho al voto está recogido por la Ley electoral. La Voz ha recibido decenas de mensajes de gallegos emigrados que relatan las dificultades sufridas que han impedido a la mayoría depositar sus papeletas. Estos son sus comentarios.

Liliana Rivas (Argentina). Esta gallega nunca había tenido problema alguno para votar. «Mis hijas y yo siempre hemos votado anteriormente. Esta vez, la documentacion correspondiente llego 20 días después de la fecha de vencimiento para enviarla. Lamentamos mucho lo sucedido».

Domingo Estévez (Uruguay). Me llegaron los papeles de la solicitud de voto una semana antes. «Eso hay que enviarlo a la oficina electoral en España para que después te envíen las listas de votación y después entregar el voto 3 -4 días antes de la elección en el correo o en la embajada. Bajo ningún concepto daban los tiempos. Realmente me quedé con la sensación de que no querían que votara en estas elecciones».

Jesús López (Cuba). Cuba no tiene vuelos. «Nunca llegaron papeletas. Creo hay que cambiar el sistema votación de España para que se pueda hacer en consulados o más fácil por via electrónica».

Guillermo Mario Diaz Sorbello (La Plata, Argentina). «Llegó la papeleta sobre la fecha, lo que obligó mi traslado al consulado de España en Buenos Aires. Llevé en mi viaje los sobres para la votación de mis hijos y de mis hermanos, con los pasaportes originales. No pude realizar la votación porque la empleada me manifestó que deberían estar presentes. Me pregunto: ¿qué diferencia hay entre el envío por correo y el llevar la documentación en persona al consulado con la documentación original de los votantes?.

Gabriel. Wisconsin (EE.UU.) Aún sin papeletas. Resume a la perfección este gallego residente en Estados Unidos cuál es la situación y los problemas de los votantes del exterior para poder participar. «Solicitei o envío das papeletas por fax en tempo e forma. A día de hoxe (14 de xullo) aínda non chegaron. Non era difícil prever que correos ía ter dificultades cos envíos, pero ninguén fixo nada. O voto rogado é unha forma de impedir os galegos (e españois) exerce-lo seu dereito lexítimo a participar nos procesos electorais en España. Desque comezaron a implementar este sistema, o noso voto nin está garantido nin parece interesar. Que lonxe quedan aqueles tempos en que os líderes políticos (sobre todo aqueles no poder) se afanaban en facer roldas por América e Europa para pedi-lo voto!».

María Teresa Regúlez Blázquez. Atlántida Canelones (Uruguay). Reclamación de un derecho. «Solicitei o meu voto por Internet con certificado dixital o 21/05/2020. O 26 de xuño recibín a carta na que se me indicaba que tiña dereito a votar e cómo solicitalo. Había 10 días vencera o prazo. Por sorte eu xa o solicitara por Internet. En Uruguay a empresa Fedex tiña que entrega-los votos. Fixo algunha entregas pero de casi mil solicitudes só puideron votar 400 e pouco. O meu voto non chegou. Só chegaron algúns da capital, Montevideo, eu vivo a 45 quilómetros. O voto ten que deixar de ser rogado. Ese foi un mal invento. Antes chegaban de oficio e chegaban. Agora no século das comunicacións estamos peor que nos anos 80. Hai que busca-la fórmula, pero ten que ser moito máis axeitada á realidade e coas garantías suficientes. En Uruguai ficamos máis de 30.000 galegos. Non se pode conculca-lo dereito a voto de milleiros de galegos!».

Gonalo Pérez de Lis Castro. Bakersfield. California (EE.UU.) Documentos fuera de plazo y sin papeletas. «Eu son un investigador da Universidade de Santiago de Compostela. Actualmente resido nos USA ao desfrutar dunha bolsa como visitante na California State University, Bakersfield. Estando censado no consulado de Los Angeles, solicitei o voto por correo telematicamente o 24/05/20 pero a carta do censo non me chegou ata varios días despois do final de prazo para solicitar o voto. Non obstante, non puden exercer o meu dereito a voto porque a documentación e as papeletas nunca chegaron ao meu domicilio.

Francisco Ferro. Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos). Doble petición en plazo. «Solicité el voto en tiempo, para las elecciones que se anularon en abril, y nuevamente para las elecciones de julio. No me llegaron las papeletas y por lo tanto, no pude votar».

Andrea Lema. Milán (Italia). Un vuelo para votar. Vivo en Milán desde Enero 2020. A finales de Febrero fui al Consulado Español en Milán e hice todo el papeleo para pedir el voto por correo para las elecciones gallegas. «Nunca recibí la carta. Hace dos semanas llamé al consulado y no me dieron explicación ninguna. Me dijeron que sería por culpa del covid-19. Como soy ciudadana y tengo derecho al voto, me compré el vuelo más barato y me vine a A Coruña a votar a propósito. Nadie en el consulado me dio una explicación o una disculpa. Os podéis imaginar mi cabreo. Me podrían haber enviado un correo advirtiéndome del problema, digo yo. Y aunque pedí el voto por correo en Milán, la carta me llegó a A Coruña, por eso cogí un vuelo y me vine. Parece ser que nunca llegaron a hacer el trámite inicial».

Elisa Alonso Fernández. Sídney. Australia. Un envío que tardó 30 días. «La solicitud del voto me llegó el 29 de junio y, según el matasellos, la fecha de salida ponía 29 de mayo. Lo cierto es que en 11 años de expatriada, solo me llegó a tiempo 3 o 4 veces, viviendo en diferentes países del mundo. Somos ciudadanos de segunda. Una vergüenza que no podamos ejercer nuestro derecho al voto». 

Antonio González Fernández. Luxemburgo. Aún a la espera. «No recibí la documentación para votar pese a que la había solicitado para la convocatoria de abril que se suspendió en su momento».

Roberto Gómez. Caracas. Larga cola y sin votar. Entre los más de siete mil gallegos que se se registraron para rogar el voto y que no pudieron hacerlo destaca el caso de los que residen en Venezuela, país en el que viven casi 29.000 gallegos y del que no salió ni un solo voto para Galicia. Este es uno de los casos. «Pase más de una hora, para poder rogar el voto, lo cual me parece una vergüenza hacia los que queremos votar y tener voz en lo que pasa en Galicia. Y después, ni siquiera buscan la forma de hacerle llegar la papeleta. Como en todo, no pasará nada y el responsable no recibirá ninguna sanción».

Rosa María y María González Lamas. Puerto Rico. Nadie votó en el país. Dos hermanas aseguran que el caso de la colonia gallega en Puerto Rico es igual que el de Venezuela: cero votos en las autonómicas. «En Puerto Rico, un territorio de Estados Unidos y cuyo correo es el mismo que el de ese país, ningún gallego que solicitó el voto, recibió sus papeletas. El consulado nos notificó que ningún gallego en la isla había recibido papeletas y que así se haría constar en las actas que se levantarían del evento electoral. Es la primera vez que nos quedamos sin votar. Fue totalmente ridículo tener que volver a rogar el voto, cuando algunos teníamos a la mano las papeletas que nos habían llegado para la votación suspendida. Lo lógico era que hubiéramos podido usar esas mismas papeletas: ahorro de tiempo, ahorro de dinero.., considerando especialmente las circunstancias de la pandemia y la casi inexistencia de vuelos internacionales con España. La otra alternativa habría podido ser el envío por valija diplomática y que el consulado hubiera hecho los envíos localmente. Si en la repetición de elecciones nacionales no hubo que volver a rogar el voto, en estas, que fueron suspendidas por causa mayor, era mas lógico aun no haberlo tenido que rogar de nuevo. Se perdió innecesariamente un tiempo valiosísimo, si ya breve en circunstancias normales, mucho más en excepcionales. Sentimos que se nos privó de un derecho y ya nos gustaría que se nos reivindicara permitiéndonos votar a pie de urna en los consulados. El voto rogado debe de terminar ya».  

Londres. Sin votar, por cuarta vez. Los plazos para que la emigración pueda votar son tan ajustados que al más mínimo problema se quedan sin poder emitir su elección, como cuenta este coruñés radicado en la capital británica. El miércoles día, a cuatro días de las elecciones en Galicia, me llegó la solicitud del voto por correo, no las papeletas, si no la solicitud mediante la cual se solicitan dichas papeletas. Esta es la cuarta vez que sucede esto en las últimas cinco elecciones, y ni la Junta Electoral Provincial de A Coruña se responsabiliza de nada, ni tampoco ofrecen ningún tipo de explicación satisfactoria. O te contestan groseramente cuando los llamas para pedir una explicación o ya ni te contestan al teléfono. Por lo tanto, yo no pude votar.

Jaime González Ocaña. Estados Unidos. «La carta con la solicitud de voto por correo que tenemos que presentar los residentes en el extranjero me llegó al buzón el 27 de junio, cuando el límite de solicitud de registro es el 13 de junio, es decir, dos semanas después del final del plazo».

Patricia Oubiña García. Madre de Dios (Perú). DesprotegidosLa frustración por no poder votar es la punta de los problemas que aducen muchos gallegos que viven en el exterior. Es el caso de Patricia, natural de Meis (Pontevedra) que relata que a causa de la pandemia no hay transportes entre provincias en Perú. «Por lo que parece una falta o un descuido, no podemos ejercer nuestro derecho de voto, muy difícil desde aquí, pero en estas elecciones imposible. El consulado permanece cerrado, con contacto a través de un correo electrónico durante toda la pandemia, dejándonos en total desamparo. La historia se repite, no podemos votar desde nuestra provincia porque no hay una oficina consular, la más cercana está en Cuzco, pero no para ese tipo de trámites. Para votar debemos ir a inscribirnos en una primera fase y solicitar que queremos votar; y en una segunda fase volver para realizar el voto. Dos viajes de 2.600 km desde Puerto Maldonado a Lima, dos mil de ida y dos mil de vuelta. Si normalmente es complicado el poder votar, en estas circunstancias, es imposible. Es una sensación de impotencia y de rabia, sabiendo que en este lado del océano aún estamos limitados en movimientos, realizar unas elecciones. Pero así se las juegan ahora, y al menos nos queda La Voz para desahogar la frustración. En tiempos de crisis, los consulados no sirven, las embajadas mucho menos. Demasiada gente trabajando, alquiler en edificios caros, pero con pésima atención, con total abandono a sus ciudadanos, sin mantenernos informados, ni un contacto para transmitirnos calma». 

Susana. Suiza. Sin papeletas y sin explicaciones. «Recibimos el formulario y lo enviamos de vuelta a dónde se pedía. El siguiente proceso era recibir las papeletas. Me extrañaba que no llegaran y acabé preguntando en el consulado y ellos se lavaron las manos diciendo que sería un fallo mío».

Nueva Jersey (EE.UU.) Documentación recibida fuera de plazo. Un gran número de emigrantes han manifestado con reiteración que la documentación para votar y las papeletas llegan incluso semanas después de los comicios. «Me llegó la documentación para solicitar las papeletas 3 días después de acabarse el plazo, por consiguiente, no pude votar», dice otro gallego desde el estado de la costa este.  

Alberto Rodríguez Antelo. Buenos Aires. Un problema antiguo. «La situación de no poder votar se repite elección a elección. La mayoría de las veces no recibimos la documentación para solicitar el voto y, en particular, esta vez llegó una semana después del límite para hacerlo. No tengo claro de quién es la responsabilidad, pero sí demuestra que hay que buscar una alternativa viable y confiable para aquellos que nos interesa participar en la elección de nuestros gobernantes». 

Elvira Fernández. Milán (Italia). Impotencia. «He pedido el voto, como las otras veces, por fax a finales de junio, pero a diferencia de las anteriores votaciones nacionales, no he recibido la documentación para votar. He votado siempre en el consulado. esta vez me ha dejado una gran sensación de vacío la imposibilidad de votar.

Ramón Pego. Nueva York. Estados Unidos. Reflexión y sin papeletas. «A realidade é que co sistema actual non e doado exercer o voto dende o extranxeiro. «É un sistema complexo onde precisas facer correctamente diferentes pasos para poder emitir o voto e que este non sexa nulo. Nesta ocasión a casuística que aconteceu na nova convocatoria foi que o documento para pedi-lo voto chegou no meu caso fora do prazo establecido no propio documento. Polo que non me foi posible seguir co seguinte paso para poder recibir a documentación electoral que aínda teño da primeira convocatoria. O sello postal do meu documento amosaba que o envio fora realizado desde España duas semanas antes da data límite, polo que era imposible que chegara a tempo na situación actual. Non hai posibilidades de reclamación porque todo este proceso ten que seguer os prazos marcados pola lei eleitoral que pode que non sexan axeitados para épocas de crise». 

Laura Bermejo. Texas. EE.UU. No saben dónde están sus papeletas. «Me di de alta en el consulado en octubre, con tiempo suficiente para poder votar. Las papeletas de la primera fecha de las elecciones me llegó correctamente, pero al aplazarlas, y con todos los problemas del covid, sigo esperando que me lleguen...Unos diez días antes de que fuesen las elecciones les escribí a varios organismos para transmitir mi pesar por la gestión, y prácticamente me dijeron que a ellos les constaba que había salido de España».

Juan. Uruguay. En el limbo electoral. «A mi me llegaron los papeles para pedir el voto después del 25 de junio. Imposible realizar entonces el pedido», señala en otro caso en el que se manifiesta lo ajustado de los plazos para votar. 

José Antonio Castro Álvarez. Guayaquil (Ecuador). Nada recibido. Un ejemplo de los problemas burocráticos del voto rogado. «Nunca me llego la comunicación para solicitar el voto», atestigua.

José López. Zúrich. Suiza. Complicación. He recibido los sobres para votar pero es más complicado que las generales, no mandan sobres franqueados para solicitar el voto, hay que poner dirección y sellos lo encuentro complicado y por ese motivo no votamos

Argentina. No llegaron, pese a rogar el voto. Un emigrante gallego certifica que no le ha servido de nada seguir los trámites burocráticos para poder votar. Rogó el voto, pero sigue esperando que le lleguen las papeletas. «Nunca nos llegaron las papeletas a nuestro domicilio para votar, a pesar de haber solicitado el voto por Internet previamente», relata. 

Estados Unidos. Sin papeletas. Algo similar le ha ocurrido a otra familia gallega radicada en el país norteamericano. «Hemos recibido las papeletas para registrar [rogar el voto]; las hemos enviado certificadas y nunca hemos recibido las papeletas de votación», señalan, añadiendo que «es la primera vez que nos pasa». 

Panamá. Sin envíos internacionales. Las restricciones a la movilidad generadas por la pandemia del coronavirus se han dejado notar en el sistema de correos del país centroamericano. «Ya es complicado votar para el emigrante, teniendo en cuenta el pésimo servicio de correos que tenemos donde vivimos. Además, el país cerró sus fronteras a los correos internacionales por motivos que no conocemos, apunta otro lector de La Voz. 

Londres. Problemas de actualización. Los problemas censales por cambios de domicilio, entre un colectivo proclive a la movilidad residencial, son ya un clásico que aumenta el riesgo de quedarse sin participar en las elecciones. Así lo relata una emigrada gallega en la capital británica. «Mudei de enderezo a principios do mes de abril e así llo comuniquei ao consulado. Con todo, a miña tarxeta censal enviouse a miña antiga dirección, segundo o consulado porque estaban a usar o CERA [censo de residentes ausentes] de marzo de 2020. Tiven que desplazarme ao meu antigo enderezo para recupera-las miñas papeletas e votar in extremis por correo o día 11 pola mañá».

Canadá. Las papeletas llegaron por servicios de paquetería. Mientras gran cantidad de electores gallegos se quedaron fuera del proceso electoral, en Canadá celebran que esta vez se ha podido optar electoralmente. «Primera vez en 10 años que recibí las papeletas con mucha antelación. Las mandaron por paquetería en lugar de correos. Últimamente estaban llegando después de las elecciones».

Elena Saura Dedde. Roma. Sin votar y pagando 7 euros. «Estoy censada como residente en el  extranjero. Al inicio de la crisis sanitaria me vine para Galicia a casa de mis padres y en cuanto se abrió el plazo solicité el voto por correo. La documentación nunca llegó y por lo tanto no he podido votar. Es la segunda vez que me ocurre. Ya en las europeas me quedé sin votar porque las papeletas llegaron a casa en Roma una semana después de las elecciones. Es ya alucinante que para votar en el extranjero tengamos que anticipar los 7 euros que cuesta enviar el voto. Dinero que viene restituido a medias a través de un cheque. Es indignante y un robo democrático», manifiesta.

Caracas. (Venezuela). Más casos sin papeletas. «Mi hermano y yo enviamos la solicitud para votar las papeletas no llegaron», comenta en un nuevo caso de problemas con los envíos postales, que esta vez se han agravado por el coronavirus, pero que también se han dado reiteradamente en comicios anteriores. 

Juan Alvite. Río de Janeiro. (Brasil). Pese a que la convocatoria de abril ya puso en marcha el ruego de voto, y así hicieron muchos gallegos desde el exterior, el aplazamiento de la cita con las urnas a julio obligó a rogar de nuevo la participación, algo que no se considera lógico como señala este lector. «A mi y a mis hijos nos llegó el voto el sábado día 11 a tiempo de votar en el consolado, pero a muchos conocidos míos no le llegó el voto. Lo que más me sorprendió fue que tuviéramos que pedir para votar dos veces para las mismas elecciones», apunta extrañado. 

Alfonso. Estados Unidos. Abstencionista por desesperación. «Recibimos as solicitudes de voto, pero os requisitos son tantos e a solicitude chega tan tarde que case é mellor deixar pasar a ocasión. Non entendo como o consulado nonos chama para corroborar e mandarnos as papeletas con tempo para exercer o noso voto. Somos tres na casa que podemos votar», reclama.

María. Panamá. Por una empresa de paquetería. Correos ha asegurado que ha utilizado en algunos países empresas de paquetería privados para garantizar que la documentación y papeletas llegaban a su destino. Ese fue el caso de María. «A mí me han traído el voto a casa por Fedex. Mucho mejor que otras veces en las que he dependido de correos panameño. La embajada fijó 5 días para que pudiéramos ir a votar. También podía haberlo remitido [el voto] por correo». 

Manuel Piñeiro. Ahlen. Westfalia del Norte (Alemania)Sin votar por venir a Galicia. «Me cogió de lleno en Galicia y como resido en Alemania, no pude votar».

Luis Álvarez. Palm Beach. Florida (EE.UU). Un caso más sin papeletas y un rumor. «Siempre he votado por correo, Llevo en USA 19 años y esta vez me llegó el aviso de que llegarían las papeletas para mi voto, pero aun hoy 14 de julio, no llegaron. Lei en Facebook que Podemos tenía las listas de los que votamos desde el exterior y que tratarían de hacer algo para dejarnos fuera, porque casualmente los que estamos fuera, ninguno vota por Podemos, si esto es verdad, es una vergüenza».

Manuel Pichel López. Argentina. Fuera de plazo, incluso telemáticamente. «Recibí la clave telemática el martes 7 de julio [sin plazo para pedir el siguiente trámite]. Es una vergüenza, rogar el voto y encima no poder ejercerlo».

Rodrigo Vázquez. Costa Rica. También fuera de plazo. La queja se repite en múltiples casos. «No recibí la comunicación de solicitud del voto, al menos a tiempo». 

Eva Prieto Arbor. Londres. Retraso y justificación. «Cuando tuve la carta en mis manos, ya estaba fuera de plazo, por lo tanto fue imposible votar dentro de la fecha establecida. Los retrasos fueron producidos por el covid19», explica esta gallega que vive en Londres.

María Gallardo. Noruega. Queja sobre el peso de la emigración. «La embajada no se molestó en informar de las opciones [para votar]. Sin más, no ha habido ningún tipo de información. Simplemente, no contamos. Pero tampoco es la primera vez. Y siempre que hay elecciones lo hacen súper complicado».

Genaro Bastos Rivero. Nueva York. EE.UU. El peso de España. El 1 de marzo solicité por Internet mi voto de electores residentes en el extranjero ante la delegación provincial del INE de Pontevedra. Tenía un plazo para solicitarlo de no más tarde del 13 de junio. La información llegó por correo a mi domicilio en Nueva York, el 19 de junio. Seis días después de haber caducado el plazo. Teniendo en cuenta las circunstancias sanitarias a nivel mundial, las autoridades del CERA deberían haber contado con más flexibilidad en el tiempo de entrega cuando se hacen envíos por correo. Pero, dejando de lado esa observación, soy de la opinión de que se están haciendo mal las gestiones del voto rogado. Una vez que se hace la gestión por Internet, en ese mismo instante ya debería de quedar registrada la solicitud. No debería ser necesario hacer otra solicitud con la clave de tramitación que mandan por correo. Eso duplica la gestión, es una pérdida de tiempo y un gasto innecesario de mucho dinero. Me pregunto si es que los partidos políticos desean que los ciudadanos participen plenamente en la democracia española, o simplemente se limitan a cumplir con el trámite que marca la Ley. Cuando se hacen mal las cosas e impiden a los ciudadanos ejercer su derecho en la participación democrática electoral, margina a los españoles y también disminuye la estatura de España dentro de la UE y a nivel internacional. Los que vivimos fuera, vemos que piensan de nuestra España los demás. Un hermoso país para ir de vacaciones, pero no esperes mucha responsabilidad o formalidad. ¿No será por eso que España, siendo un país grande, apenas cuenta con personal a la cabeza de los varios organismos europeos?

Sandra Cuquejo. Venezuela. Una propuesta para poder votar. Luego de humillarnos una vez más rogando el voto, los españoles en Venezuela hemos sido víctimas del sector oficialista en el Gobierno central al cercenarnos nuestro derecho a votar ya que no salieron de Correos en Madrid [las papeletas] para ejercer nuestro derecho a votar. Sabe el señor Sánchez y el señor Iglesias que desde acá haremos hasta lo imposible para que no se instale el chavismo en España. Si pudimos rogar el voto de manera virtual, ¿por qué no podemos de esa misma manera solicitar las papeletas, imprimirlas y llevarlas al Consulado a depositarlas en las urnas?

José Luis Vázquez Marino. Miami. EE.UU. Fuera de plazo. «Mi esposa recibió los papeles el día 11 de julio. Los míos llegaron el día 13. Llegaron pero, lo que es peor, fuera de plazo. Una desfeita».

Agustín López. Argentina. Esperando todavía. «No pude votar, nunca llegaron las papeletas. Solicité el voto por segunda vez el 3 de junio y nada. Sigo esperando que lleguen las papeletas. Lo peor es que llegan algunas sí y otras no. ¿Por qué?»

Santiago de León. Caracas. La situación de Venezuela, de fondo. «Fue invalida por parte de la Junta Electoral la primera solicitud de voto por correo realizada, obligatoria gracias al señor Zapatero, aliado de la tiranía de Maduro. Si no te encuentras en la capital de Venezuela es poco probable que encuentres fax [para rogar el voto], ya de por sí, una tecnología obsoleta. Solo la Hermandad Gallega hace gala de la labor comunitaria con la Oficina de Galicia en Venezuela, pero la realidad es que si no va la persona no envían ningún tipo de solicitud, por ejemplo ejemplo, personas mayores o aquellas que se encuentra en el hospital. La publicidad electoral nunca llega desde las elecciones generales de Rajoy. Correos no desea cambiar de proveedor [en Venezuela] y sigue usando Inpostel, una empresa en manos de la tiranía que puede violentar nuestra seguridad como residentes españoles, al tiempo que ineficiente. Se sabe de casos en los que no llega el sobre para ejercer el derecho al voto, sino días después de finalizada las elecciones. No me extenderé sobre los principales culpables: los partidos, Correos y la propia Junta Electoral que no se hace responsable del derecho de los ciudadanos. Correos sigue pagando a una empresa de la tiranía que nunca cumple con el envío. Por lo general lo mejor es votar en el consulado, pero con el covid imposible».

José Manuel. Buenos Aires. Olvidados. «Para esta elección no he recibido ninguna papeleta a diferencia de las veces anteriores. Lamento que olviden a la emigración».

José Antonio Álvarez Raña. Venezuela. Una familia entera sin poder votar. «Solicite el voto al igual que mis dos hermanas y mi madre, y a ninguno de los cuatro nos llegó nunca ni el voto ni una comunicación de que no llegaría. Para las elecciones generales tampoco me llegó. Espero que para la próxima sí envíen el sobre para poder votar».

Francisco Arman Castiñeira. Buenos Aires. Retraso, una vez más. «Recibí la clave para votar el día posterior al de vencimiento para poder solicitar las boletas de candidatura».

Gian Luca Ventura. Caracas. Insinuación política. «Soy un joven español de 19 años que cumplí con lo establecido para rogar el voto y que me fuera enviado, pero nunca llegó. No llegó por qué Correos de España, dependiente del Gobierno central, no los envío, no salieron de Madrid. No le convenía a Iglesias y a Sánchez quedar más hundidos de lo que quedaron».

Ricardo Rodríguez. Argentina. El enésimo retraso. «El correo llegó demasiado tarde para poder anotarme».

Hernán Lorenzo Morales Barja. Santiago de Chile. Sin más. «Simplemente no llegó la papeleta».

Alejandro López. Argentina. Apenado. «Desde el 2005 no me pasaba. No llegó la documentación para ejercer el voto. Soy del Deza y esta vez no pude votar. Una pena. ¡Viva Galicia!»

Nelson Lois Arman. Río de Janeiro. Envío tardío. «El correo entregó el sobre dos días después de la fecha límite para asistir al consulado. Le pasó a mi hermana e hijo también».

José Luis Biurnasell. Buenos Aires. Notable demora. «Recibí el formulario para inscribirme (rogación de voto) seis días luego del vencimiento para enviarlo».

Jose. Suiza. A favor del voto rogado. «Todo ha ido perfecto, como cada año. El voto rogado es necesario para evitar el fraude. La participación es baja porque los hijos y nietos de emigrantes no votan. Antes votaban por ellos».

Plácido Álvarez. Caracas. Por un cambio de sistema electoral. «Simplemente no me llegó el sobre con las papeletas de votación, y cuando llegan, siempre lo hacen después de que hayan pasado las votaciones. Tiene que cambiar el sistema de votación actual, como, por ejemplo, poder votar por Internet». 

Daría. Argentina. Apuesta por el voto electrónico. «Primero, me hacen rogar un voto que por derecho me corresponde. Luego las papeletas o llegan tarde, o no llegan. Cada vez es peor. ¿Por qué no permiten ir a votar a sedes consulares presencialmente o implementan la opción del voto electrónico? Soy de Lugo y hace 72 años que vivo en la Argentina. Siempre he votado menos está última vez porque no me lo han permitido».

Nicolás. Oxfordshire. Inglaterra. Recepción tardía. «Moi brevemente, a solicitude para pedir o voto chegoume despois da data limite para presentala polo que xa nin tiven a posibilidade de solicitalo xa que o prazo estaba pechado. ¡Triste!».

Ramiro L. Calvo Porto. La Plata. Argentina. Ciudadanos de primera. Remito en tiempo y forma para recibir los sobres para poder votar y a día de hoy (día 14) nunca recibí dichos sobres. Terminemos con eso de pedir el voto rogado, no somos ciudadanos de segunda». 

Isabel. Alemania. Tampoco en Europa. «Escribo desde Alemania y a mi, igual que a mucha gente, tampoco me llegaron las papeletas para votar. El caso es que no es la primera vez».

María de los Ángeles Castro Carballeda. Buenos Aires. Deber de votar y no de rogar. «No he podido votar en las elecciones del 12 de julio porque no he recibido el sobre con las papeletas. De más está decir que el voto rogado es un despropósito Los gallegos de la emigración tenemos el derecho y el deber de votar y no rogar para hacerlo. Para las generales tampoco pude votar, no sé si es suma de problemas de correo de allí y de aquí, pero lo cierto es que a hoy (14 de julio) aún no llegó aquí la documentación. A esto hay que sumarle una injusticia que es que mis padres que ya tienen vencido el pasaporte y que no lo renuevan porque no van a viajar y no tiene sentido gastar euros para renovarlo. La delegación de la Junta Electoral de Pontevedra no acepta rogar el voto cuando el pasaporte tiene dos años de vencido, cosa que no pasa en A Coruña, por ejemplo. Se sabe que la pandemia del covid-19 complica todo, porque aquí correos está trabajando mal porque no tienen a todo el personal, y tardan lo inimaginable en llegar las cartas nacionales, más aún las internacionales. !Os galegos (quizáis tiña que dicir os españois) de alí e os de aquí temos os mesmos dereitos, pero semella que isto non é tan así».

Manuel Ramos. Londres. Proceso repetido. «Solicite el voto para mis padres por Internet en febrero para las elecciones de abril. Mis padres luego recibieron un aviso de que tenían que pedir el voto de nuevo. El problema fue que esta carta con las instrucciones llego el 20 de junio, unos días después de que cerrase el plazo para pedir el voto. No entiendo porque mis padres tuvieron que pedir el voto dos veces para la misma elección. Cuando se repitieron las últimas generales no hizo falta. En resumen, un fraude democrático. 

Luis Sánchez Carballude. Francia. Dos días antes de las elecciones. «El sobre de los votos llegó el día diez, o sea muy tarde».

María. Dublín. Sin margen. «La carta del censo para solicitar el voto por correo nos llegó el mismo día que terminaba el plazo para solicitarlo».

Carmen García. New York. Sin respuesta. «No recibimos las papeletas para poder votar. Mi marido las pidió con antelación y nunca nos llegaron».

Bernardo Rey. Argentina. Sin plazo. «El sobre con los datos para pedir el voto por correo, llego fuera de la fecha límite para pedirlo». 

Natalia Caamaño. Caracas. Aviones disponibles no utilizados. «Hice todo el proceso de registro para poder votar en abril, las elecciones fueron pospuestas y nunca llegaron los sobres para poder votar. Ha habido varios vuelos, en junio y en julio de la línea Plus Ultra pero no los usaron para enviar las papeletas de votación a los gallegos residentes en Venezuela. No se justifica que pueda comprar atún o aceite de oliva porque si llega a Venezuela, pero los sobres de votación no».

Carlos. Portugal. Carencia básica. «No me llegaron las papeletas».

Roberto Carollo Baluja. Buenos Aires. Sin papeletas. «No he recibido las papeletas de los diversos partidos, pese a haber manifestado correctamente mi voluntad de votar».  

Montse. A Coruña. Problemas en el voto interior. «No es voto emigrante, pero sí voto por correo. Lo solicité el 27 de junio y la documentación nunca me llegó. Tras enterrar a mi abuela el día 10 de julio regresé a A Coruña para votar el 12, pero no pude hacerlo. A pesar de que no había depositado mi voto, al solicitarlo previamente para enviarlo por correo, la Administración considera que he votado, y si no lo he hecho será porque no quise, no porque Correos no me entregase los papeles. Así que no pude votar, y ante la queja que presenté a la Junta Electoral la respuesta fue que era una situación irreversible y que le pasaban la reclamación a Correos. Conclusión: si en la mesa me contaron como voto, tiene que haber un sobre menos que el recuento de personas. Si coincide el número de personas que tachan en la lista con el número de sobres en urna y de correo, entonces alguien votó por mí. Está claro que no hace falta vivir en Venezuela para que el sistema electoral y Correos te ignoren».