Todos los hombres del presidente: así prepara Sánchez el cara a cara con Feijoo

Tomás García Morán
Tomás G. Morán REDACCIÓN / LA VOZ

ELECCIONES 23J

Alberto Ortega | EUROPAPRESS

El gabinete de Moncloa, reforzado por varios ministros, apuesta porque ofrezca un perfil institucional, mientras asesores externos le aconsejan más contundencia

09 jul 2023 . Actualizado a las 19:18 h.

Del mismo modo que las grandes estrellas del mundo del fútbol tienen a su disposición, además de los servicios del club, un equipo propio de fisioterapeutas, nutricionistas o psicólogos, Pedro Sánchez también se asesora desde hace años con dos equipos de colaboradores, que no siempre trabajan coordinadamente y que no tienen por qué estar de acuerdo. De la pugna entre ambas corrientes de opinión saldrá la versión del Pedro Sánchez que veremos en el debate del lunes frente a Alberto Núñez Feijoo.

A Sánchez no se le ha visto en público desde la presentación del programa socialista el viernes por la mañana en Madrid. Tras cancelar un mitin previsto para el sábado en Plasencia, el presidente del Gobierno se encerró en La Moncloa. En realidad, lleva días preparando el cara a cara, la principal baza con la que cuenta para darle la vuelta a la campaña y lograr la remontada. El jueves, antes del mitin de inicio de campaña en la Casa de Campo, estuvo toda la mañana reunido con buena parte de su Consejo de Ministros repasando el balance de la legislatura y analizando las propuestas estrella del programa, con vistas al cara a cara de este lunes. A la reunión asistieron las dos vicepresidentas, Nadia Calviño y Teresa Rivera; el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y los titulares de Hacienda, María Jesús Montero, y Seguridad Social, José Luis Escribá. También participaron en la sesión el jefe de Gabinete de Sánchez, Óscar López, el secretario general de Asuntos Económicos, Manuel De la Rocha, y el director de la Oficina de Estrategia, Diego Rubio. El núcleo duro de Moncloa lo completan Francesc Vallés, Secretario de Estado de Comunicación, y Antonio Hernando, director adjunto del Gabinete. López, Hernando y el propio Sánchez son amigos desde las juventudes socialistas y fueron conocidos en el partido como los Blanco Boys, porque los tres iniciaron su carrera política trabajando para José Blanco en el ministerio de Fomento.

 Este es el equipo oficial pero, desde la caída de Iván Redondo hace dos años, el presidente tiene otro gabinete en la sombra que marca buena parte de su estrategia. Este otro equipo está formado por los veteranos expertos en comunicación política Miguel Barroso y José Miguel Contreras, conocidos ambos como los Migueles, y en el mismo también participa el expresidente Zapatero, la gran revelación de la campaña socialista. Los Migueles llevan asesorando a presidentes socialistas desde el histórico debate entre González y Aznar de 1993. Barroso, que fue secretario de Estado de Comunicación con Zapatero, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en la empresa privada y actualmente es consejero de Prisa. Contreras fue consejero delegado de La Sexta, está detrás de programas como El Objetivo o El Intermedio, ha sido consejero de El Diario y es el accionista mayoritario de Infolibre. A esta segunda unidad se le atribuye la decisión de Sánchez de adelantar las elecciones tras la derrota del 28 de julio y de diseñar la gira del candidato socialista por platós de televisión para pinchar la «burbuja del sanchismo».

El trabajo en paralelo de estos dos equipos hace difícil predecir qué versión del presidente veremos este lunes. Mientras el gabinete de Moncloa apuesta por una versión más institucional, rebajando el tono de las últimas semanas, los Migueles creen que es el momento de salir a por todas y mantener una agresividad similar a la que Sánchez tuvo en El Hormiguero, en el que apenas dejó hablar a Pablo Motos. Un veterano ex dirigente socialista con experiencia en debates electorales cree que habrá un equilibrio entre ambas corrientes de opinión. «Está claro que Sánchez le tiene cogida la medida a Feijoo, como se ha visto cada vez que han debatido en el Senado. Pero el voto que hay que buscar en estos debates está en el centro, es ese votante que en las municipales migró de Ciudadanos al PP, y por tanto no creo que Sánchez sea demasiado agresivo. Si se ensaña, el espectador se puede poner del lado del débil». Le ocurrió, recuerda esta misma fuente, en el debate que tuvo con Rajoy en el 2015, cuando lo acusó de no ser una persona decente. «Perdió el debate y perdió las elecciones, y él mismo reconoció después que se había equivocado», explica.

En lo que no hay duda es en los mensajes que el candidato socialista querrá fijar en la mente de los espectadores. «Hará balance de la situación económica y de todos los avances sociales de estos cuatro años, desmontará los bulos que se han ido sembrando y alertará del peligro de que gobierne la ultraderecha», explican desde Ferraz. «Para un espectador que siga la política con regularidad, estos mensajes pueden resultar aburridos, porque los ha oído decenas de veces estas últimas semanas explica el ex dirigente socialista. Pero el debate será visto por entre 9 y 13 millones de espectadores, y está claro que Sánchez ha preparado esta campaña como si fuera el lanzamiento de un nuevo modelo de coche: cuatro o cinco ideas repetidas machaconamente para llegar a la mayor cuota de mercado posible».