Vox paga el voto útil a Feijoo y encaja la mayor derrota, con 19 escaños menos

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado REDACCIÓN / LA VOZ

ELECCIONES 23J

El líder de Vox, Santiago Abascal, cariacontecido en la comparecencia de este domingo por la noche
El líder de Vox, Santiago Abascal, cariacontecido en la comparecencia de este domingo por la noche VINCENT WEST | REUTERS

Abascal asume el mal resultado, pero culpa al PP por «blanquear» a Sánchez

24 jul 2023 . Actualizado a las 08:41 h.

Vox es, con el permiso de Esquerra Republicana de Cataluña, el partido más castigado por el electorado en esta cita con las urnas. Los de Santiago Abascal, aún sin llegar al descalabro del 8,12 % de los votos que les pronosticaba el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), se dejan por el camino nada menos que 19 diputados y 628.000 papeletas. De los 52 escaños de noviembre del 2019 tras la repetición electoral se quedan en 33 que, con todo, son nueve más de los que habían conseguido en el la primera cita del 2019, la del mes de abril, en la que obtuvieron casi 2,7 millones de votos.

Los ánimos durante la jornada de ayer en la sede de la calle Bambú de Madrid siguieron la misma línea descendente que la campaña: desde el ímpetu inicial con apoyo incluido de otros líderes ultra, como los mandatarios de Polonia, Hungría o Italia, hasta el debate a tres en TVE en el que Santiago Abascal se estrelló contra Yolanda Díaz, alimentando más si cabe el trasvase de apoyos hacia el PP. Del «cambio de rumbo» y un resultado que «va a ser heroico» pronosticado por Abascal por la mañana a pie de urna, hasta los «ataques violentos» y la «campaña de manipulación sin precedentes» denunciada por el secretario general, Ignacio Garriga, antes incluso de que se conociesen los resultados.

Las caras de Buxadé, Espinosa de los Monteros, García Gallardo, el propio Garriga y Reyes Romero secundando a su líder con el escrutinio prácticamente concluido dejaban pocas dudas sobre la intensidad del batacazo. Una debacle electoral que Abascal, aun asumiendo la derrota, le ha achacado al Partido Popular.

«El señor Feijoo ha ganado las elecciones y, además, lo ha hecho sin depender de Vox, como también como quería. Imaginamos, en consecuencia, que mantendrá la oferta al Partido Socialista para ver si le permite gobernar, esa oferta que le ha hecho durante toda la campaña y que está detrás del blanqueamiento de estos cuatro años de Gobierno de Pedro Sánchez», ha incidido el líder de Vox, para quien la apelación al voto útil de los medios conservadores, «de una manera que no ha podido ser más burda», ha acabado por castigar al conjunto. Pagaron, según sus propias palabras, «unas encuestas claramente manipuladas que han llevado a algunos a vender la piel del oso antes de cazarlo y que han tenido una clara consecuencia: la desmovilización». Considera que ver a algunos repartiéndose ministerios, nombrando vicepresidencias, decidiendo que no había que ir a los debates electorales, está claramente detrás de la desmovilización del electorado de una parte de la alternativa».

El resultado final, a juicio de Abascal, «es una mala noticia para todos los españoles. Pedro Sánchez, aun perdiendo las elecciones, puede bloquear una investidura y, peor aún, podría incluso ser investido con el comunismo, el separatismo golpista y el terrorismo, ahora con mucha más capacidad de chantaje que en la anterior legislatura».

«Pedro Sánchez, aun perdiendo, puede bloquear y aún peor, podría incluso ser investido con el comunismo, el separatismo golpista y el terrorismo».