El gobierno en minoría, la encrucijada del BNG en A Coruña

David García A CORUÑA / LA VOZ

ELECCIONES 28M

Marcos Míguez

Los nacionalistas, que ayer se reunieron con los socialistas en María Pita, tendrán que apoyar con su voto al PSOE en los plenos si quieren evitar que su simple abstención deje en mayoría al Partido Popular

09 jun 2023 . Actualizado a las 11:55 h.

El PSOE y el BNG mantuvieron este jueves la primera reunión para la formación del próximo gobierno de María Pita. La cita fue más una conversación que una negociación, ya que las partes no llegaron a profundizar en ningún asunto ni aportaron documentación. El encuentro transcurrió en medio de un ambiente «cordial» según fuentes próximas y quedaron en volver a verse el próximo martes, en una segunda cita en la que se espera que ambos bandos lleguen con los asuntos estratégicos sobre los que pretenden trabajar. Los socialistas estuvieron representados por el portavoz municipal, José Manuel Lage, el secretario de organización, Gonzalo Castro, y la directora de comunicación, Emma Cid. Las números 2 y 3 de la lista del BNG, Avia Veira y Mercedes Queixas, y la número 13, Keina Esipñeira —en sustitución de Ermitas Valencia—, formaron parte de la comitiva nacionalista.

Sin asuntos concretos

La investidura, segura. Aunque no se abordó, la investidura de Inés Rey el 17 de junio se da por garantizada por ambos bandos después de la reunión que mantuvieron las directivas nacionales del PSOE y del BNG en Santiago a principios de esta semana. Entre lo más destacable de la reunión figura el recordatorio del Bloque al gobierno local de la necesidad de un «cambio de rumbo» en determinadas políticas, pero sin detallar cuáles. Los nacionalistas fueron críticos con el PSOE durante los últimos cuatro años en materias como el urbanismo, el patrimonio o la vivienda, además de algunas cuestiones de transporte, y algunas de ellas fueron recordadas al inicio de esta semana por los portavoces de la formación en el Congreso y el Ayuntamiento, Néstor Rego y Francisco Jorquera. «Inés Rey será alcaldesa da Coruña, pero temos moitas máis cousas das que falar, de catro anos de mandato e de que obxectivos e espazo común se poden compartir, debemos poñer por riba de todo os intereses dos coruñeses», explicaba Lage antes de la reunión. Este viernes se pronunció la concejala Avia Veira, quien expuso que «A Coruña espera de nós diálogo e acordos e, desde logo, polo BNG non vai quedar» y añadió que «a nosa intención é, como xa anunciamos, garantir a gobernabilidade do Concello e imprimirlle un cambio de rumbo, tendo sempre en conta que o diálogo se produce entre dúas forzas políticas distintas»,

Reemplazo de la marea

La disyuntiva en las votaciones. El BNG insiste en que tienen que cambiar las cosas en María Pita para contar con su apoyo y que los incumplimientos de estos años no se pueden mantener. Esos son los mensajes que transmiten en las últimas semanas —también en campaña—, pero ahora lo hacen desde la posición que les otorga el ser la tercera fuerza en el pleno y tener en su mano los votos que necesita el PSOE para alcanzar la mayoría, toda vez que desaparecieron otras fuerzas de izquierda como Marea o Podemos. La primera de estas desempeñó en los últimos cuatro años el papel que le tocará al BNG, que hasta ahora no tenía los concejales suficientes para garantizar al PSOE la mayoría en el pleno —eran 2 y el PSOE necesitaba 5, aspecto que cumplía la Marea al inicio al contar con 6—. Ahí es donde el Bloque, si finalmente hay un gobierno en minoría, se enfrentará a la encrucijada de tener que apoyar a los socialistas en las votaciones si no quiere que el PP pueda salir beneficiado, ya que son las tres únicas fuerzas que tendrán presencia en el pleno. Esto confirió a la Marea un papel protagonista por ser la primera a la que el gobierno local llamaba en busca de acuerdos, pero a su vez también se veía en cierta medida obligada a realizar concesiones, debido a que a los socialistas no les tembló el pulso a la hora de llevar asuntos al pleno en los que sabía que contaría con el apoyo del Partido Popular, como pudo ser en algunas cuestiones del Novo Chuac o la estación intermodal.

BAlanza desnivelada

11 frente a 4. El portavoz del BNG, Francisco Jorquera, destacó tras conocerse los resultados electorales que «os coruñeses atribuíronnos un papel determinante na vida política para os vindeiros catro anos», pero su posición también supone una encrucijada para sus intereses. El PSOE sabe que necesita del Bloque, pero también que son 11 concejales frente a 4, lo que les otorga una posición de ventaja en las negociaciones. Ambas formaciones no tienen problemas de entrada en tratar de buscar puntos de encuentro, como ya demostraron puntualmente desde el 2019, pero los nacionalistas tampoco podrán apretar en sus exigencias de manera desmedida.

Línea roja

No favorecer al PP. Esta cuestión se antoja muy improbable ya que su portavoz nacional, Ana Pontón, aseguró que la única «liña vermella» a nivel gallego en las negociaciones con los socialistas es evitar cualquier acuerdo para que gobierne el PP o por el que salga fortalecido. El primer ejemplo es el de la investidura de Inés Rey, sobre el que no hubo dudas desde el primer momento, asegurando que favorecerían una «maioría progresista» frente a la lista más votada. Esto fue confirmado tras la reunión que mantuvieron las direcciones nacionales de ambos bandos en Santiago a comienzos de esta semana. Los representantes socialistas son conscientes de la situación y tienen interés en ir de la mano del Bloque, pero haber revalidado la alcaldía y hacerlo con dos concejales más hace que el balance de fuerzas no sea equitativo. Además, ahora no dependerán de la Marea, con la que llegaron a más acuerdos por su mayor número de ediles, pero también menos feeling negociador. Las conversaciones apuntan a coger velocidad una vez que haya pasado la investidura del día 17 y será a partir de la semana siguiente cuando se empiece a aclarar cómo será el próximo gobierno local y cómo queda la relación entre el Partido Socialista y el Bloque.