Pontón sin siglas, Lois y Besteiro no despegan y Vox se entrega

ELECCIONES GALLEGAS 18F

Diez días en política dan tanto de sí como los mil años de vida que supera un tejo. Mejor nos iría si aprendiésemos de los árboles. En la campaña gallega aún puede pasar de todo. Una semana y media es una inmensidad. Al ritmo de vértigo que va la actualidad, ahora con los tractores en Ourense y Lugo, la campaña se calienta. Pero hay señales que van quedando claras para que el votante elija.
Más transversal que nunca. Ana Pontón lo dejó claro desde el segundo uno. Va a por todas. Se llama a sí misma presidenta y así reza en sus carteles, donde, como hicieron y hacen otros partidos, resulta difícil encontrar el símbolo y las siglas del BNG. Pontón apuesta por recaudar el mayor número de papeletas, vengan de donde vengan. Lo que desde el PP llaman blanqueamiento de la política nacionalista. Pontón saltó cuando Rueda le tocó dos puntos en el debate que sabe que le pueden estrechar de golpe el ensanchamiento que aspira a protagonizar. Fue con el gallego y con la ideología que está detrás del conglomerado de partidos que forman el Bloque. Una ideología que les lleva a asumir pactos con ERC y Bildu, como sucederá en las elecciones europeas de junio, para aspirar a un euroescaño compartido de la mano de los independentistas vascos y catalanes. Del idioma gallego como imposición tampoco quiere hablar la aspirante. Ya le pasó factura en su día a Anxo Quintana. Las matemáticas en galego en los colegios son algo que dará mucho que hablar, según dónde y cómo se aplique. Al final, la política va de estas cuestiones prácticas. Son las aristas de una campaña que hasta entonces estaba yendo como la seda. Se presenta Ana Pontón por el Bloque, donde la UPG no existe. O, por lo menos, no asoma.
Las otras dos patas del tripartito. No terminan de arrancar las otras dos patas de un posible tripartito. Pontón sola no suma. Necesita un PSOE muy fuerte o un PSOE revitalizado y que entren también en el Parlamento los de Marta Lois y Sumar. Sin esos apoyos, no salen los números y no habrá cambio. A Marta Lois se le ve luchadora, pero no despega. Besteiro volverá a tener el apoyo de Sánchez el viernes en A Coruña, pero necesita mucho más para calar y movilizar el voto urbano y femenino, con el objetivo de activar la pinza.
Abascal se entrega. Mi compañero Tomás G. Morán firmó una crónica en La Voz con Santiago Abascal en Ribeira que no deja lugar a dudas. Abascal confesó en su paseo que no espera demasiado de las gallegas y hasta terminó por pedir el voto, pero para las próximas europeas en junio, cuando sabe que la circunscripción electoral es única y podrá rascar algo. Ahora toca mirar.