Ana Pontón se vuelca en el carnaval de Verín y de Xinzo a la captura del voto juvenil
ELECCIONES GALLEGAS 18F
La candidata, disfrazada, se muestra convencida de que habrá cambio de ciclo
13 feb 2024 . Actualizado a las 21:09 h.Nada como Ourense para el carnaval. Y especialmente Verín, en martes de entroido, un pueblo enteramente disfrazado y visiblemente resacoso tras varios días de desenfreno. Pasadas las cuatro de la tarde, Ana Pontón apareció disfrazada en la plaza del Concello, ataviada con un extraño atuendo rojo y estampado y a cara descubierta; los forasteros pensaron que era algo oriental, como de geisha, pero se trataba de un capuchón, una prenda típica de carnaval propia de las clases populares de Verín. A su lado, Noa Presas, candidata número uno del BNG en Ourense, que iba de médico, con bata blanca, y un cartel a la espalda que decía: «Mandoume Comesaña pola campaña», en referencia al conselleiro de Sanidade.
A la hora de la sobremesa, en una villa que olía a grelos, lacón y orejas, la gente empezó a llenar la calle principal para el tradicional desfile, con los cigarrones a la carrera y el incesante tintineo de sus cencerros de música de fondo. «Eh, presidenta, unha foto», le pidió a la candidata un joven disfrazado de árbitro. Muchos vecinos le profesaban su afecto por la defensa que hizo el Bloque del paritorio de Verín, que intentó cerrar la Xunta en el 2019, decisión que se vio obligada a retirar por las protestas populares y el coste electoral que podría tener para el PP dada la proximidad de las autonómicas. Un miembro del equipo de su campaña, entre risas, le advirtió a la candidata que había visto dos personas disfrazadas de Ana Pontón y le enseñó una foto. No se parecían demasiado, la verdad. También pudo verse por las calles a un tipo que iba de Jácome. Mucho ingenio, mucha fiesta.
Un alcalde en un Cadillac
Pontón aguantó buena parte del desfile celebrado en Verín. Tras los cigarrones, en plena calle, apareció un hermoso Cadillac descapotable rojo, como si alguien fuese en el asiento trasero disfrazado de JFK justo antes de su fatídico asesinato en Dallas, pero era la reina del Carnaval, una señora de 90 años, la reina de siempre, pero solo conocida para los del pueblo. Al volante, también disfrazado, Rafael Pérez, el alcalde del BNG de A Mezquita, que es conductor de autobús. Pontón se metió en medio de la calle para darle un abrazo. Una tarde de fiesta que sustituía a los mítines, dado que la campaña ha coincidido con el entroido. «A desfrutar a tope do Entroido e o domingo a votar ao BNG para facer historia coa primeira presidenta de Galiza», recetó la candidata.
A media tarde, la comitiva nacionalista puso rumbo a otro de los puntos de referencia del triángulo mágico del carnaval en otra comarca próxima: A Limia. Pontón, bien asesorada por los oriundos, se quitó el capuchón, que solo es propio de Verín, y se puso en Xinzo un gorro de vaquera y unas gafas. Allí la agrupación local del Bloque había organizado el Pontón Fest, con una pinchadiscos en plena calle, con decenas de jóvenes bailado y bebiendo en la calle. Una bola de luces y unos altavoces de los que salía una música atronadora adornaban la calle peatonal. La candidata fue recibida con la canción de la campaña (Fábrica de luz, de A Banda da Loba) e invitó a todos a divertirse y a participar en la fiesta, pero les recordó que no se olviden de votar, que el cambio está al alcance y que se necesita el respaldo de todos.
Pontón estuvo de fiesta e hizo un alto en el camino tras el maratón de mítines (por la mañana había estado en Burela), justo en la víspera del debate entre candidatos de TVE. Una tarde de encuentros, de pocos mensajes políticos, de saludar a decenas de jóvenes, de una candidata que se disfrazó dos veces, pero sin careta. Malamente se puede salir a pedir el voto sin que a uno le vean la cara.