El nacionalismo se quedó a las puertas de obtener un escaño
29 abr 2019 . Actualizado a las 11:09 h.La gran duda en el BNG ayer era si conseguirían algún diputado o si se quedarían, una vez más, sin sillón en el Congreso. En las últimas dos elecciones generales no lo lograron, después de que en diciembre del 2015 perdieran los dos escaños que venían ocupando en las anteriores legislaturas. Las urnas hablaron y el resultado fue «esperanzador» para los nacionalistas, aunque no hubo fumata blanca.
En A Nave de Vidán, local gastronómico y cultural del sur de Compostela donde la ejecutiva nacional se reunió para seguir los resultados, Ana Pontón hizo una lectura en clave positiva. Para la portavoz nacionalista, las más de 93.000 papeletas obtenidas no cayeron en saco roto: «É un voto para que existamos politicamente nun Estado que xa sabemos que trato lle da ao noso país. E tamén sirve para defender os dereitos, as liberdades públicas e frear a esa dereita carca e antigalega que mostrou o seu verdadeiro rostro nestas eleccións».
Pontón habló de «logro», de «remontada» y de «cambio de ciclo electoral» tras el duro batacazo de las pasadas elecciones. «Temos conseguido cousas que non eran sinxelas no contexto no que se produciron», dijo, refiriéndose a una campaña dominada por «un debate claramente presidencialista de ámbito estatal» en el que «Galicia quedou moi diluída».
Efecto de la polarización
La sarriana reconoció que sacar el escaño era «un obxectivo difícil», aunque clave para el partido. En su opinión, «influíu moito a polarización da campaña, ese voto útil e a fragmentación que se produciu no voto en Galicia». Pero, llegados a este punto, el BNG ya pone la vista en la siguiente meta, con ganas de seguir avanzando: «Imos ser determinantes para que nas próximas eleccións galegas poñamos fin a este decenio negro de Alberto Núñez Feijoo e á hexemonía política do PP».
Ana Pontón pudo empezar a respirar un poco más tranquila desde antes de las diez de la noche. En ese momento, ya se habían asegurado más papeletas que hace tres años y estaban escrutados menos de la mitad de los votos, si bien es cierto que la participación fue mucho mayor.
Con esperanzas arrancó el comienzo de la jornada electoral la líder nacionalista, haciendo los deberes. Fue la más madrugadora y ejerció su derecho al voto a las nueve y media de la mañana en la mesa electoral del Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) de Santiago, ciudad donde también lo hizo poco después el candidato al Congreso por A Coruña, Néstor Rego. Ambos hablaron «desde a ilusión e a confianza» para recuperar voz propia. El optimismo se mantuvo durante toda la jornada, hasta prácticamente acabado el escrutinio, cuando, tras comparecer para los medios y congratularse también del resultado obtenido por otras fuerzas nacionalistas de España, se fundió en un abrazo con Carme da Silva, candidata al Congreso por Pontevedra.
Antes de conocer los resultados definitivos, con los primeros escrutinios realizados, Rubén Cela, coordinador político de campaña, celebraba la alta participación en «unha campaña tremendamente meritoria e en condicións moi adversas». «Somos unha forza política á alza, e en clara recuperación», añadía. Y dio en el clavo con el vaticinio.