Ciudadanos, un partido al borde de la extinción

M. E. alonso MADRID / COLPISA

ELECCIONES 2020

Inés Arrimadas, tras conocerse el domingo los resultados de Ciudadanos en las elecciones generales
Inés Arrimadas, tras conocerse el domingo los resultados de Ciudadanos en las elecciones generales Mariscal

15 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Ciudadanos vio esfumarse el domingo 2,5 millones de votos y pasó de 57 escaños a diez. Una hecatombe solo equiparable a la de la UCD, que ha dejado al partido hundido en la irrelevancia y a Albert Rivera fuera de Ciudadanos. Tras su adiós, los liberales intentan recomponerse con las esperanzas puestas en Inés Arrimadas y a la espera de analizar por qué se produjo la estampida de sus votantes.

Según el secretario general, José Manuel Villegas, eso solo lo podrán hacer cuando sepan adónde se fue el electorado que les apoyó el 28A para hacer un estudio «mínimamente científico». Los primeros datos coinciden en que fueron el partido más penalizado por la abstención, casi un millón de personas que en abril optó por la papeleta naranja, decidió quedarse esta vez en casa. El resto de sus apoyos fueron a parar al PP y a Vox y, en menor medida, al PSOE.

 Los bandazos

En tan solo un año y medio, Ciudadanos ha pasado de liderar las encuestas a estar al borde la extinción. «Su discurso ha sido errático», reconoce Eduardo Pascual, profesor de Ciencias Políticas de la Universitat Oberta de Catalunya. Los análisis del comportamiento de sus votantes apuntan a varios errores fatales para llegar a esta situación. El primero fue el cordón sanitario a Pedro Sánchez tras el 28A, porque, aunque aparentemente ese veto recibió el aplauso de sus simpatizantes, la repetición electoral se le volvió en contra, puesto que los votantes sintieron que Rivera había contribuido al bloqueo.

La imagen de la plaza de Colón y su política de pactos con el PP, primero en Andalucía, y después en Murcia, Madrid y Castilla y León, con el inevitable acercamiento a Vox marcaron el devenir de Ciudadanos. «Su posición liberal de centro se desdibujó», arguye Ana Cardenal, profesora de la Universitat Oberta. El bandazo a la desesperada cuando ya expiraba el tiempo para investir a Sánchez, levantando el veto al socialista tampoco fue entendido por sus votantes. Los liberales intentaron ya en campaña recuperar el papel de bisagra planteando al PSOE futuros votos de investidura a cambio de pactos de Estado. Pero ya era demasiado tarde.