Besteiro, ante la tarea de reparar las grietas en su fortín político

Lo que menos necesitaba Besteiro, ahora que pone un pie fuera del pazo de San Marcos para jugar de titular en la liga gallega, era descubrir que en su propio fortín podría tener algunas grietas. Lugo es la provincia más pacificada del PSdeG, pero la unidad también es difícil de gestionar. Para mantener bajo el paraguas del PSOE la alcaldía de Lugo, Besteiro diseñó una jugada de manual, apostando por el candidato que podría sacar el mejor resultado (Orozco), pero colocando banquillo en su lista por si no reunía apoyos para gobernar.

Estaba cantado desde el inicio de la campaña que si Orozco debía marcharse, se marcharía. Pero también es sabido que el carismático alcalde en funciones exigió que el propio Besteiro tuviera que entrar en escena en las horas finales.

Lo que ya no estaba tan cantado es que, salvada la alcaldía, el líder del PSdeG se tuviera que merendar un pulso enconado por la Diputación. Es evidente que en esas jugadas de manual, el diputado autonómico González Santín, a quien Besteiro le cedió el mando provincial del partido, era el elegido para San Marcos. Pero eso está ahora por ver, porque el alcalde de Becerreá y portavoz socialista en la Diputación, Manuel Martínez, está decidido a disputarle el puesto, y no le falta la ayuda de algunos fieles colaboradores del secretario general.

Besteiro, de momento, permanece quieto ante este pulso político del que deberá salir su sucesor en el ente provincial. Pero más pronto que tarde está llamado a sofocar el incendio si quiere que Lugo se mantenga como tierra pacificada.

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