Sabemos que el PP promete dos millones de empleos, que el PSOE intentará liquidar la reforma laboral, que Nós (BNG) pretende rebajar el IVA cultural, que Ciudadanos aspira a reducir de cinco a cuatro los tramos del IRPF y que la coalición En Marea quiere paralizar la A-57. Entre otras, conocemos esas cosas porque figuran en los programas. Ignoramos, en cambio, la estrategia poselectoral de los partidos, a cuánto están dispuestos a renunciar para llegar a qué. En un Congreso hiperfragmentado, de alianzas imprescindibles, no nos aclaran con quién pactarían a cambio de cuáles condiciones. Solo nos previenen contra supuestos acuerdos entre sus adversarios, todos perniciosos para España. Nos infunden el miedo al tiempo que nos hurtan información clave para decidir el voto. O sea, nos están tomando el pelo. Otra vez.