El político que no quiso parecerlo y que buscó ser alternativa al bipartidismo
ELECCIONES 2016
A Rivera le vino bien la dureza y el sarcasmo mutuo entre Sánchez e Iglesias
08 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.En un escenario de llegada más propio de una fan zone resulta complejo distinguirse. Ahí todos son recibidos como celebridades. Y entre los empeños del líder de Ciudadanos sobresale uno por encima de los demás: huir siempre de cualquier parecido a un político. Al menos de la imagen tradicional que el pueblo tiene de ellos. Quizás por eso llegó en minibús, con más asesores que nadie, después de haberse motivado con vídeos del ex seleccionador de fútbol ya fallecido Luis Aragonés.
En el carril del centro, pero empujado desde la izquierda y la derecha, Rivera quiso como siempre construir su propio relato de seducción, marcando los tiempos y el discurso. Y, sobre todo, desembarazándose de la vieja derecha, por el PP, y la vieja izquierda, por el PSOE.
Al líder de Ciudadanos, en una buena parte del debate, se le vio algo nervioso, sobre todo cuando no tenía el uso de la palabra: fue quien más gesticuló en el plató, y cuando hablaban sus oponentes asentía o negaba con la cabeza. También se frotaba las manos. Y se movía como quien estaba calentando en la banda. Pero fue relajándose a medida que avanzaba el debate y repartiendo culpas entre el PP y el PSOE, como marcaba el primer mandamiento de su tabla.
Suelto en el relato de su reforma fiscal y en los temas económicos, punto fuerte de Ciudadanos, a Rivera le vino bien la dureza y el sarcasmo mutuo entre Sánchez e Iglesias, como el chico ejemplar que en el patio del recreo no se mete en líos. Por eso fue el primero en hacer una llamada a arrinconar el debate entre lo malo y lo peor, en alusión al bipartidismo. Y en pedir que se hagan propuestas. Con la excepción de la cuestión territorial, Rivera eludió el cuerpo a cuerpo con el líder de Podemos para erigirse en la alternativa, estrategia favorecida por el formato del debate. Uno de sus momentos más cómodos fue cuando se habló de corrupción, donde fue muy duro con el PP, partido con el que coincidió en la cuestión nacional.