13 dic 2015 . Actualizado a las 18:24 h.
La Ilustración, la cuna del socialismo, tres estrellas en el uniforme, la casa de los barcos. Lo fue todo Ferrol antes de languidecer. Subyace en esa decrepitud un algo de victimismo endémico. Pero también un bastante de abandono del Estado, como el colono que deja el Sáhara a su suerte. Y un mucho de cachondeo político, en su vertiente demagógica y en la cínica. Así Navantia es hoy una séptima parte de las viejas Astano y Bazán: apenas dos mil empleados. Abramos mercados, rejuvenezcamos plantillas, incidamos en la diversificación, renovemos tecnologías y, sobre todo, preservemos a la dirección de alternancias en el Gobierno. Basta de falsas reconversiones, basta de promesas, basta de haber sido. Y seamos.