Los desafíos para un país más próspero

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ELECCIONES 2016

Cruce de previsiones para Galicia
La Voz

La comunidad fía gran parte de sus expectativas a la salud de Inditex y de Citroën, y debe trazar un modelo más diversificado sobre la base de la innovación y de las exportaciones

16 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Galicia acumula ya seis trimestres consecutivos con tasas de variación interanual positivas de crecimiento. Sin embargo, existen serias dudas de que se esté aprovechando la salida de la crisis para resolver algunos de los problemas estructurales que arrastra desde hace décadas.

¿Cuál es la foto presente?

La de una economía que avanza, pero a un ritmo todavía insuficiente para acercar posiciones con España. Es la gran paradoja: el país crece, pero diverge. Desde que se inició la recuperación en el 2014, según el último informe del Foro Económico de Galicia, la comunidad ha recuperado 2,5 puntos de PIB de los 9 perdidos durante los años de crisis, mientras que en España ya han sido la mitad. A diferencia del resto del Estado, el ritmo de crecimiento no es todavía lo suficientemente vigoroso para generar más y mejor empleo.

¿Por qué sucede esto?

Más allá de incidencias de variables coyunturales, como el mayor o menor gasto público en época electoral, Galicia tiene un problema de estructura empresarial: el PIB avanza, se trabajan más horas, se cobra menos y, sin embargo, la economía gallega pierde productividad en relación a la española; el grueso del aparato productivo está dominado por pequeñas empresas que operan en mercados eminentemente locales. Esto explica que los salarios sean más bajos respecto a la media española y, en consecuencia, también la capacidad de consumo de las familias.

¿Dónde debe incidirse?

El sector exterior marcará la solidez de la recuperación en el futuro. Y en relación a lo que pesa su economía en el conjunto de España, Galicia presenta un déficit de 1.200 empresas exportadoras. Dicho de otro modo: la economía gallega fía gran parte de sus expectativas al comportamiento de dos sectores, como son el textil y la automoción y, más concretamente, a la salud de dos empresas: la multinacional Inditex y PSA-Peugot Citröen. La menor presencia en los mercados exteriores está también relacionada con una pobre vocación innovadora. Y la crisis económica ha agravado todavía más este problema porque ha adelgazado lo que destinan las empresas a estas partidas.

¿Qué otros problemas hay a corto plazo?

Galicia afronta una grave crisis en su sector primario: produce más de la mitad de la leche del Estado, pero solo tiene el 8 % del empleo industrial. A la débil capacidad transformadora se suma que, después de décadas, el territorio ha sido incapaz de resolver el problema de la estructura minifundista de la propiedad, lo que impide a las granjas aumentar su base territorial. A esto se suman los problemas de la flota pesquera con las capturas.

¿Qué otras prioridades tiene el sector industrial?

El naval gallego debe dirigirse hacia un modelo que integre toda la cadena de valor, con buques más sofisticados, y no con astilleros que ensamblan piezas. Es la manera de generar mayor valor añadido y empleo con una industria auxiliar de componentes que sea capaz de dotar de mayor competitividad a un sector llamado a jugar un papel determinante en la fortaleza futura de Galicia. Por utilizar un ejemplo, sería bueno que el naval gallego copiase el modelo del clúster de la automoción, en el que la especialización productiva es la vía para contrarrestar la competencia de costes a nivel internacional y el antídoto contra la temida deslocalización industrial.

¿Hace falta una estrategia en transporte?

Sí. El modelo portuario y aeroportuario de Galicia, dominado por la dispersión, y una estrategia de infraestructuras ferroviarias más pensada en la conexión de pasajeros con Madrid que en conectar Galicia con la plataforma logística del Ebro (mercancías), deberían repensarse. Sobre todo porque la comunidad gallega tiene un grave problema de captación de inversión extranjera, y el actual mapa no ayuda precisamente a invertir esta tendencia.

¿Qué otros aspectos deben corregirse?

La Comisión Europea sitúa a Galicia en el puesto 193 de entre 262 regiones europeas a la hora de calcular el índice de competitividad. Un estudio en el que se ponderan las infraestructuras, la sanidad y la educación, pero también otras variables determinantes para medir la prosperidad del territorio; según la Unión Europea, Galicia, pese a los avances, todavía saca mala nota en lo relativo a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y en la calidad de su mercado de trabajo. De ahí la necesidad de corregir la precariedad de los empleos que se ofertan para captar también mano de obra cualificada.

El mantra del nuevo modelo productivo

El peso del empleo en la industria española ha caído más de nueve puntos desde el 2007, en lo que supone el mayor descenso de todos los países de la Unión Europea en la salida de la crisis. España tiene ante sí el reto de caminar hacia una estrategia de desarrollo inteligente, que apueste por la formación, la innovación y un mayor protagonismo de la actividad industrial. Es el mantra del nuevo modelo productivo.

PP

Nueva estrategia. Sin especificar exactamente con qué medidas concretas ni con qué recursos, los populares incluyen en su programa un decálogo de principios generales para un nueva estrategia industrial. Esta se basaría «en una política económica sólida, conectada con otros sectores y respaldada por una acción pública coherente; una industria dinámica se asienta en una política transversal con vocación reformista en ámbitos tan variados como la educación y la formación, la fiscalidad, el marco laboral, la energía o el fomento de la unidad de mercado».

PSOE

La España del conocimiento. Así titulan su primer punto del programa; plantean establecer una financiación pública y unos servicios comunes adecuados para todo el sistema educativo hasta alcanzar un suelo común de financiación del 5 % del PIB en dos legislaturas; prestigiar la FP; y duplicar la inversión pública en I+D+i civil, que representaría al menos el 2,5 % del presupuesto al final de la legislatura, de forma que pueda alcanzarse el objetivo europeo de que la inversión en innovación sea del 3 % del PIB.

Ciudadanos

Más innovación. Para resolver este déficit, la formación que lidera Albert Rivera plantea promover la innovación y la competitividad de las empresas españolas creando una red de institutos tecnológicos público-privados con un presupuesto anual de 1.000 millones de euros; un modelo de cooperación público y privado similar al alemán, de forma que pueda haber una transferencia de conocimiento del mundo académico al de los negocios; Ciudadanos propone también un programa para atraer personal cualificado y medidas de apoyo para financiar a las empresas innovadoras.

Podemos

Acuerdo a nivel de Estado. La formación liderada por Pablo Iglesias propone un gran pacto por la economía productiva capaz de impulsar un acuerdo multilateral entre Gobierno, patronal y sindicatos por el desarrollo industrial, que haga pivotar el centro de gravedad de una lógica financiera a una lógica productiva. Las prioridades industriales son la inversión, la generación de valor a medio y largo plazo, frente a la lógica de maximizar el valor accionarial. Podemos plantea apoyar los clúster para mitigar la desindustrialización, modernizar las telecomunicaciones y una apuesta del sector público por la ciencia y la investigación como fuente de riqueza.

Nós Candidatura Galega

Impulsar las potencialidades. Con el foco en Galicia, la candidatura nacionalista propone como medida estratégica favorecer que el ahorro se traduzca en crédito para el tejido productivo y un programa que permita poner en valor todo el potencial industrial. Para Nós, esto pasa por sanear los sectores en crisis, como el conservero, el lácteo, el forestal, el pizarrero o el naval, lo que requiere una política real de reindustrialización basada «no impulso á industria auxiliar, na optimización dos custos loxísticos e no apoio á investigación e o desenvolvemento».