Manuel Murillo Carrasco: «Lo que se necesita es un gran pacto de Estado»
ELECCIONES 2016
El abogado y exdirigente del PSOE en los albores de la transición es uno de los españoles que mejor conoce las interioridades del proceso que condujo a la recuperación de la democracia
17 dic 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Manuel Murillo Carrasco, abogado, secretario general del PSOE (H) en los albores de la transición, es uno de los españoles que mejor conoce las interioridades de aquel proceso que condujo a la recuperación de la democracia. Hoy observa con esperanza el fin de las mayorías absolutas, con la confianza de que por fin se podrán lograr pactos de Estado para los asuntos claves.
-¿Cómo ve la campaña? ¿Cree que ha cambiado la forma de hacer política desde la transición?
-Ha cambiado mucho. En primer lugar asistimos al fin del bipartidismo y se abre una nueva época como consecuencia de la crisis económica y de las nuevas relaciones internacionales. Los cambios son positivos siempre que haya la cordura necesaria para llevarlos a cabo. En la campaña, las nuevas formaciones han demostrado que conocen los problemas del país y presentan, por lo menos, intenciones buenas. Después, llevarlas a la práctica ya es más complicado, porque muchas veces no es el querer, sino el poder. Hay factores exógenos muy poderosos; nuestros Gobiernos finalmente son funcionarios de la Unión Europea, a la que hemos cedido parte importante de nuestra soberanía, de modo que políticas como defensa, economía y política exterior tienen que estar acordes con las decisiones europeas, y eso es un condicionamiento importante.
-¿Qué espera del futuro Gobierno? ¿Cuál cree que debe ser su trabajo prioritario?
-Me gustaría que fuese un Gobierno tripartito, y que oscilase hacia la izquierda, pero, en cualquier caso, lo que se necesita es un pacto de Estado, bien procedente del centro derecha o de un tripartito. Yo incluso entendería un Gobierno de concentración para salir de la crisis y solucionar los graves problemas que ha traído. Habría que ser generosos por todas las partes, olvidarse de todas las rencillas, aparcar los personalismos y llegar a un gran acuerdo en las cuestiones fundamentales, que son la corrupción, el desempleo, la sanidad y la educación. Una vez llegado a un acuerdo, por lo menos de mínimos, empezar a trabajar conjuntamente con una idea de salvación del país. Pensando en el pueblo, olvidándose incluso de la propia ideología para priorizar el bien común y el bienestar de todos los españoles.