
Artur Mas tiene una última opción para salir investido, que dos diputados de la CUP decidan romper la disciplina de grupo y votar a favor de su candidatura
04 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Artur Mas tiene una última opción para salir investido: forzar la votación para su elección y buscar las diferencias internas que hay en la CUP y ver si es posible un nuevo tamayazo, como aquel ejercicio de transfuguismo de dos socialistas en la Asamblea de Madrid, que dio la presidencia a Esperanza Aguirre en el 2003. Es decir, que dos diputados de la formación anticapitalista decidieran romper la disciplina del grupo y votar a favor de Mas. Si ocho se abstienen y dos apoyan al dirigente convergente, el líder de CDC saldría elegido en segunda ronda. Este escenario solo podría darse si la división que hay en la CUP es más profunda aún que la que denotan las votaciones y si hay sectores partidarios de la escisión, aunque está por ver si a Mas, que ya ha salido muy tocado de los tres meses de negociaciones, le interesaría salir investido de una forma tan poco edificante. Si la CUP se rompe, se añadirá a la larga lista de víctimas del proceso. PSC, CiU y Unió también han sufrido rupturas internas.
Cuatro elecciones en 6 años
El escenario más probable, de esta forma, es una repetición de las elecciones. Más de cinco meses después de las elecciones del 27-S, la ciudadanía de Cataluña volverá a ser llamada en de marzo a las urnas para elegir a sus representantes en la cámara catalana. Serán los cuartos comicios autonómicos desde el 2010, lo que da muestra de lo convulsa y lo inestable que está siendo la política catalana desde que el soberanismo puso rumbo hacia la independencia. Si como apuntaron este domingo desde Convergència Democrática, que reunió de urgencia a su comité de dirección, Junts pel Sí decide no convocar el tercer pleno de investidura en la reunión de hoy de la mesa y la junta de portavoces del Parlamento catalán, la undécima legislatura catalana morirá el próximo domingo, 10 de enero (dos meses después de la última votación de investidura). La cámara quedará automáticamente disuelta y el presidente de la Generalitat en funciones tendrá que firmar un nuevo decreto de convocatoria de elecciones de manera «inmediata».
En caso de que Mas firme el decreto el 11 de enero, los comicios tendrían lugar el 6 de marzo, una fecha que suena en los mentideros políticos catalanes casi desde la misma noche electoral del 27-S.