El debate de esta noche debe darles respuesta, porque las fórmulas posibles de Gobierno serán las mismas independientemente del resultado
13 jun 2016 . Actualizado a las 22:05 h.La campaña electoral acaba de comenzar y tiene todavía largo recorrido. Pero, a la luz de los sondeos publicados, incluido el del CIS, el más completo por la amplitud de la muestra, hay tres cuestiones que parecen ya decididas. La primera es que el PP será el partido más votado. La segunda, que Unidos Podemos quedará por delante del PSOE. Y la tercera, que una mayoría absoluta está totalmente descartada y tampoco habrá fórmula de derechas o de izquierdas para alcanzar la cifra mágica de 176 diputados con una combinación de solo dos fuerzas políticas. Con esas tres premisas, y sin pretender desmotivar a nadie, lo cierto es que las diferencias que se establezcan finalmente entre los cuatro principales partidos son irrelevantes, porque las fórmulas posibles de Gobierno serán las mismas, independientemente de que los márgenes entre cada uno sean mayores o menores. Y, por tanto, la clave de la composición del futuro Ejecutivo se encuentra exclusivamente en que la respuesta a una de estas tres preguntas sea afirmativa. De ahí la importancia capital del debate a cuatro que se celebra esta noche, el único en el que los candidatos tendrán la oportunidad de formulárselas cara a cara.
1.- ¿Va a apoyar Pedro Sánchez la investidura de Pablo Iglesias si el PSOE queda por detrás de Unidos Podemos?
La respuesta a esta pregunta es decisiva para saber lo que ocurrirá en España a partir del 26J, porque es obvio que si el PSOE vota a favor de la investidura del candidato de Unidos Podemos como presidente del Gobierno, este acabará sumando en la segunda votación, en la que solo se necesita mayoría simple, más síes que noes, dado que la abstención o el voto afirmativo si fuera necesario de las fuerzas nacionalistas e independentistas a Pablo Iglesias está garantizada. Por tanto, el respaldo del PSOE sería decisivo. Sánchez ha anunciado ya solemnemente que jamás apoyará a Rajoy o a otro candidato del PP, pero de momento se resiste a afirmar algo igual de tajante respecto a Pablo Iglesias. El debate de esta noche es un buen momento para que tanto Rajoy como Albert Rivera exijan al líder socialista que responda a esa incógnita. ¿Hará presidente a Pablo Iglesias si el PSOE queda tercero?
2.- ¿Está dispuesto Mariano Rajoy a renunciar a la presidencia del Gobierno si es necesario para que gobierne el PP?
Mariano Rajoy no tiene ninguna posibilidad de ser presidente del Gobierno exclusivamente con los votos del PP, a no ser que se diera el caso absolutamente improbable de que tanto Ciudadanos con el PSOE se abstuvieran para permitirle gobernar en solitario. De ahí que todas las posibilidades de que los populares alcancen el Gobierno pasen por una negociación política. Y ni siquiera le bastaría con asegurarse el voto a favor de Ciudadanos.
Por tanto, el PP tendrá que negociar con el PSOE para asegurarse la presidencia. En esas circunstancias, incluso en el caso más que probable de que Pedro Sánchez acabara dimitiendo ante los malos resultados, es evidente que el PSOE exigiría como mínimo la cabeza de Rajoy a cambio de su apoyo o su abstención a otro candidato popular. De no ceder Rajoy en esta cuestión, el acuerdo se antoja imposible, porque el PSOE no podría justificar nunca ante sus bases el hacer presidente al actual líder del PP. Por tanto, esta noche es una buena oportunidad para que Rajoy aclare si pone su interés personal en ser presidente por encima de que gobiernen o no los populares.
3.- ¿Renunciaría Pablo Iglesias a la presidencia para que haya un Gobierno de izquierdas?
Si, como todo parece indicar, Unidos Podemos queda en segunda posición, es evidente que Pablo Iglesias se postularía como la única alternativa a Mariano Rajoy y presionaría al PSOE con ese argumento para que le apoyara en la investidura. Pero, en relación con la primera de las preguntas aquí planteadas, que el PSOE hiciera presidente a Pablo Iglesias sería un suicidio político histórico para los socialistas de consecuencias tan graves que podrían llevar a su propia desaparición como fuerza de izquierdas con vocación mayoritaria en España. Es por tanto algo muy improbable. En esas circunstancias, la única salida que quedaría para que se alcanzara un acuerdo entre las fuerzas de izquierda sin que se diera la imagen de que el PSOE se arrastra ante Unidos Podemos sería que Pablo Iglesias renunciara a que él mismo u otro candidato de la coalición sean presidentes del Gobierno. Y que los dos partidos pactaran un candidato de consenso a la investidura que fuera una figura independiente de izquierdas cuyo prestigio no pueda ser puesto en cuestión. Solo así podría el PSOE justificar el acuerdo ante sus bases. Pablo Iglesias también debería aclarar esta noche, por tanto, si el hecho de que él sea el presidente del Gobierno es o no una línea roja inamovible para que haya un Gobierno de izquierdas.
Si la respuesta a estas tres preguntas es un no, España se encamina sin remedio hacia la catástrofe de unas terceras elecciones.