Ana Pontón trata de frenar la caída en votos y militancia de los nacionalistas, a quienes intenta reactivar antes de que llegue la cita definitiva de las autonómicas
14 jun 2016 . Actualizado a las 14:09 h.Los portavoces nacionales del BNG siempre han tenido un papel activo en las campañas electorales. Pero nunca hasta ahora el líder de la formación nacionalista había tenido tantos frentes que atender en una carrera hacia las urnas. Ana Pontón, elegida para el puesto hace menos de cuatro meses, tiene ante sí el reto de frenar una caída electoral que se ha hecho sistémica para los nacionalistas desde las elecciones municipales del 2007. Volver a obtener un escaño en Madrid después del paréntesis de los últimos cinco meses, y tras veinte años consiguiendo ligar las menciones a Galicia en la Cámara a las intervenciones de sus diputados, sería un éxito más que notable, por imprevisto. Por ello, conseguir crecer por encima de los 70.464 votos que consiguieron en diciembre y que abocaron a la marcha de Xavier Vence, sería ya un logro para Pontón.
Pero la polarización electoral y un goteo de bajas entre la militancia hace que esta campaña, más allá de las cifras que deparen las urnas, se haya convertido para el Bloque y para Pontón en una nueva oportunidad para tratar de reactivar a la organización antes de que se la juegue definitivamente en las autonómicas de otoño. «O nacionalismo pode ser determinante e condicionar a política do Estado porque non van chegar dúas forzas para formar Goberno», argumenta Pontón para atribuir al Bloque el papel de garante del voto útil.
Además de frenar la caída en votos e intentar volver a contar con representación en Madrid, la portavoz nacional del BNG se está entregando en esta campaña a «reforzar a marca», que en las pasadas generales se diluyó en el experimento de Nós. Para ello, los nacionalistas niegan primero esa condición ideológica a cualquier otra opción, incluida Anova, a la que dibujan inmersa en una versión gallega de Podemos y por tanto de espíritu estatal. Frente a las 1.241 iniciativas de las dos diputadas del Bloque en la legislatura que remató en el 2015, candidatos del frente como Carlos Callón no dudan en llamar «lacazáns» a los diputados elegidos en la fracasada legislatura, con especial crítica hacia los de En Marea, a los que culpa de no haber llevado a Galicia a su acción política en Madrid.
«Non é ouro todo o que reloce», mantiene Pontón, que augura que «a acción dos telepredicadores e o bipartidismo vello e o bipartidismo guay» dará paso a un rearme del nacionalismo, aunque ese espacio en territorios como Cataluña o el País Vasco haya sido también colonizado electoralmente por Podemos.
Pontón participó ayer en Lugo en una parodía del debate que celebraron los líderes políticos estatales. El acto (en la foto) fue ideado por los nacionalistas para evidenciar que los candidatos de las cuatro formaciones mayoritarias no abordaron ningún tema referente a Galicia en sus discursos.