La decisión del alcalde de A Coruña de ir a Madrid al cierre de campaña de Podemos provoca tensiones en la coalición e incluso que un asesor suyo le afee el «erro político»
23 jun 2016 . Actualizado a las 16:27 h.Resulta muy complicado declinar la asistencia a una fiesta y que nadie se lo tome a mal. Algo así le está ocurriendo al alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, cuyo tirón en la dirección de Unidos Podemos le ha vuelto a poner en un brete tras el frustrado episodio de utilizar su imagen para el cartel electoral de UP.
Solo el don de la ubicuidad, «que non teño», ayudaría en esta ocasión a uno de los regidores referentes del «cambio», ya que mañana tiene dos citas que coinciden en el tiempo: el cierre de campaña que prepara Unidos Podemos en Madrid y el mitin con aires lúdicos y musicales que ha organizado En Marea en Santiago. «A min mándanme de embaixador e o resto queda aquí. Haberá que deixar a alguén en Galicia, digo eu», afirmó ayer con espontaneidad precisamente en Compostela, donde participó en un encuentro con el regidor de la capital gallega, Martiño Noriega; con el ferrolano, Jorge Suárez; y con los principales candidatos de la coalición tripartita.
Ferreiro estará en la fiesta de Madrid porque, básicamente, recibió una invitación personal de la dirección de Podemos para acudir a ella, mientras que En Marea no llegó a contactar formalmente con el alcalde para contar con él en Santiago, aunque era su deseo que estuviese. Y hasta aquí llegó la «salsa rosa», como suele decir el propio Ferreiro, que en presencia de sus «compañeiros» evitó incidir en cualquier interpretación en clave política, lo que no quiere decir que no existan otras lecturas.
El primero que se lo ha recordado ha sido Benedito Álvarez García, cofundador de la Marea Atlántica y uno de los asesores de Ferreiro en el Concello coruñés, que en una red social expresó su «pública discrepancia por esta decisión persoal de Xulio Ferreiro. Un erro político, ademais de innecesario», escribió.
A Yolanda Díaz (EU), en cambio, le parece «moi ben» que Galicia esté representada en Madrid, cuando hace solo unas semanas vetó la presencia de Ferreiro en el dichoso cartel, cuestión en la que sí se entendió con Anova. «Non sei que debates son eses», quiso zanjar Ferreiro.
De fondo están los ecos de las discusiones entre los líderes de En Marea y el hecho de que la Marea Atlántica haya comprometido su apoyo pero que no se haya integrado en la coalición, cuestión que amenaza su complejo equilibrio, ya que después del 26J deberá abordar la elección de un candidato a la Xunta. Pero esa sí que no es la fiesta del alcalde coruñés, que ayer se autodescartó como anfitrión.