Los populares llenaron la plaza de toros de Pontevedra con la «demostración de forza» que querían
11 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El secretario general del PPdeG, Miguel Tellado, pidió por la mañana «unha demostración de forza» y una «festa de cumpleanos» para Feijoo, que cumplía 55. Lograron ambas cosas. El público, llegado en decenas de autobuses, inundó el paseo del Lérez y luego la plaza de toros. Hubo cortes de tráfico y atascos. Había tanta gente que fue preciso retrasar el inicio del mitin 37 minutos. Amenizó la espera el grupo A Roda, que hizo bises del Miudiño para ganar tiempo. La gente siguió entrando hasta más de 30 minutos después de que empezase a hablar Jacobo Moreira, quien, tras el minuto de silencio en memoria de las víctimas de O Porriño, ante la avalancha de público, confesó: «Se nos ha ido de las manos», y pidió disculpas a las «más de mil personas», que esperaban a entrar en la plaza.
Feijoo y Rajoy -aplaudidísimo en su ciudad natal, la que le declaró non grato y en la que le agredieron hace unos meses- entraron por la puerta grande en plan estrellas de rock, en un ambiente eléctrico, muy alejado del pesimismo que se respiraba en los mítines de las municipales.
Esa fue la parte de la fiesta. A falta de Marilyn, A Roda cantó el «cumpleaños feliz» al candidato popular. Se sumó toda la plaza. Alberto Núñez Feijoo, al que según su entorno y él mismo atestiguó en directo, no le hacen mucho chiste los cumpleaños, agradeció emocionado la canción. «Vale por todos os que me quedan».
Rajoy se sumó, deseándole «que cumplas muchísimos más y que si es posible yo esté a tu lado». El presidente en funciones le quiso decir «algo» con motivo de la ocasión: que su decisión de presentarse «es buena para Galicia, para España, para el PP y para ti». Antes Feijoo había confesado que tuvo algunas dudas para optar a un tercer mandato. Rajoy se mostró comprensivo: «Es normal, todos las tenemos porque la política es muy dura, pero también muy reconfortante». Añadió que «en tiempos de dificultad, lo que se tienen que quedar son los buenos, que se vayan los malos». Iba para Feijoo, pero tras sus dos derrotas en la investidura de la semana pasada, la frase tenía un toque de autoconsuelo.
Terminado el mitin, la multitud se disolvió por los bares próximos para comentar la faena. «Eu por este vou, por Feijoo vou votar», decía en una terraza una señora que todavía llevaba el banderín blanco y azul del PP en la mano, «pero por Rajoy non ía».