Los pupitres necesitan estabilidad

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

ELECCIONES 2016

R. García | efe

Galicia reduce el abandono escolar, pero la falta de consenso hace que la Lomce se implante a trompicones

13 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Dicen que en todos los hogares hay un profesor y un entrenador de fútbol. Y si tenemos en cuenta que en Galicia conviven más de trescientos mil estudiantes y treinta mil docentes, el debate está servido. El gran punto débil del sector educativo es evidente, y no es exclusivo de esta comunidad. Así como los responsables políticos fueron capaces de sentar unas bases para la sanidad, el pacto educativo ni ha llegado, ni parece que esté cerca. Lo intentó el ministro Gabilondo con ganas, pero no le dejaron.

En estos momentos el principal punto de fricción de las aulas gallegas es la Lomce, la ley Wert. Aunque lo que se aplica en la práctica está a años luz de aquella legislación competitiva y casi privatizadora que anunció el anterior ministro de Educación, se ha encontrado con múltiples detractores. Las reválidas son la principal diana de las críticas. Este año casi 40.000 alumnos deben hacerlas. Se trata de un curso experimental, pero a partir del 2018 serán condición indispensable para tener el título. Preparar al estudiante para una prueba decisoria a los 16 años no es la misión de la educación pública, sostienen muchos. Hasta tal punto que Galicia acaba de pedir al ministerio que reválida en ESO sí, pero sin validez académica.

Los defensores de la Lomce sostienen que elevará la calidad de la enseñanza y retomará la cultura del esfuerzo. Lo cierto es que el sistema educativo gallego presenta unos indicadores mejores que el resto de España. El abandono escolar -jóvenes de entre 18 y 24 que no siguen ningún estudio tras la ESO- alcanzó este 2016 la cifra más baja desde que hay estadísticas, un 15,1 %, logrando el objetivo de la UE. Pero aunque la escolarización es alta, a los 18 años uno de cada cinco jóvenes deja de estudiar.

Otro de los temas recurrentes cuando se habla de la enseñanza son los recortes. Aunque Educación se lleva uno de cada cuatro euros del presupuesto de la Xunta, 2.251 millones en el 2016, las aulas perdieron unos 1.200 profesores en cinco años, y la tasa de interinidad subió del 5 al 10 % en este tiempo. Este año ha vuelto sin embargo a darse un impulso al empleo público con una convocatoria de más de 1.100 plazas docentes. Y aunque Educación defiende los recursos dedicados a la atención a la diversidad, son asiduas las críticas por falta de especialistas para atender a niños con necesidades especiales.

Las confrontaciones educativas también llegan a los servicios complementarios o a los materiales escolares. Desde hace años los libros de texto ya no se prestan a todo el alumnado, sino que primero el PP creó cheques para las familias con rentas más bajas, y ahora los ha sustituido por bancos de materiales en los colegios e institutos, una medida que no ha gustado a muchos. La educación tiene una tarea pendiente irrenunciable: lograr un acuerdo, aunque sea de mínimos, para evitar que las leyes educativas se sucedan con cada cambio de Gobierno. Las aulas deben garantizar los recursos necesarios para que todos los estudiantes tengan acceso a una enseñanza de calidad y en las mismas condiciones.

En su programa

Román Rodríguez (PP)

El impulso definitivo a la FP y reconocer el esfuerzo. El conselleiro de Educación, número 6 del PP por Pontevedra, insiste en incrementar la enseñanza plurilingüe y en seguir apostando por la formación profesional «para poñela no centro do sistema educativo». Los populares quieren premiar la excelencia y el esfuerzo, y en su programa figura un bono para los diez mejores universitarios de cada curso académico y de cada carrera, compatible con cualquier otro tipo de ayuda. Finalmente, crearán una Escola de Pais e Nais para el ámbito educativo.

Luis Álvarez (PSOE)

Retomar de inmediato la gratuidad de los libros. El número 1 por Lugo apunta tres objetivos clave: recuperar de forma progresiva en cuatro años los dos mil empleos de profesores perdidos; retomar de forma inmediata la gratuidad de los libros a través del préstamo; y apostar por la FP dual, creando un contexto solvente y adecuado con las empresas que permita impulsar el empleo.

M. Candedo (En Marea)

Subir la inversión y paralizar la Lomce. Candedo ve prioritario dotar de estabilidad las aulas y paralizar la Lomce, principalmente las reválidas, así como caminar al final de la legislatura hacia una inversión en educación del 7 % del PIB. Retomar la gratuidad de los libros mediante el préstamo, del comedor escolar en el rural y recuperar los puestos de trabajo perdidos son otros de los objetivos.

 Xosé L. Rivas «Mini» (BNG)

Una educación laica, gallega y de calidad. «Son mestre xubilado e teño claro que a educación foi unha das grandes sacrificadas pola política de recortes», dice Mini, quien apuesta por una enseñanza «galega, laica e de calidade». Desde el BNG proponen eliminar la Lomce, devolver la gratuidad de los libros, recuperar los puestos de trabajo perdidos y garantizar una atención específica a los niños con necesidades especiales.

Cristina Losada (C's)

Un gran pacto y más profesorado de apoyo. Ciudadanos quiere un gran pacto nacional, universalizar la educación de 0 a 3 años, la gratuidad de los libros, fomentar la FP dual y más profesorado de apoyo en las aulas, así como un plan para niños con altas capacidades.