Una actividad puntera lastrada por la escasez de tierra y los contratos abusivos
ELECCIONES 2016
El acuerdo de sostenibilidad sigue sin cumplirse por falta de medidas coercitivas y de voluntad de las partes
17 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Cada minuto se producen en Galicia más de 4.800 litros de leche, cantidad lo suficientemente importante como para situar a la comunidad como la primera productora a nivel estatal y la novena de toda Europa. Esta evidente posición de dominio no tiene, sin embargo, un reflejo en la situación por la que atraviesan los escasos 8.700 ganaderos que permanecen en activo y que acumulan más de una década ostentando el dudoso honor de ser los que menos cobran por su materia prima de todo el país.
Por si esto no fuese suficiente, el sector arrastra otros problemas que, dada su persistencia en el tiempo, bien podrían calificarse de históricos, son los casos de la exigua formación de buena parte de su sector productor, la escasez de base territorial de las granjas o la falta de relevo generacional. Todo ello sin olvidar la debilidad de la industria transformadora de capital autóctono o la poca capacidad de generar valor añadido de las lácteas foráneas establecidas aquí -ya controlan el 70 % de la leche gallega-, más centradas en el simple envasado en cartones, mayoritariamente de las llamadas marcas blancas.
¿Cuál es el grado de responsabilidad de una Administración autonómica en problemas de tanto calado? Y, lo que todavía es más importante, ¿qué capacidad tiene la Xunta para dar solución a asuntos tan condicionados por un mercado lácteo cada vez más globalizado? La respuesta pasa por analizar el carácter estructural o coyuntural de la actual situación de crisis, probablemente la más grave que ha padecido el sector en toda su historia.
Si los bajos precios son fruto del aumento desproporcionado de la producción, motivado por la desaparición de las cuotas lácteas en el conjunto de la Unión Europea, poco o nada pudo y puede hacer el Gobierno gallego para ponerle freno. Por el contrario, si las granjas autóctonas no encuentran comprador para su leche, son obligadas a firmar contratos abusivos o resultan menos eficientes por la escasa capacidad de producir alimento propio derivado de la carencia de base territorial, la mirada sí debe dirigirse a la Consellería do Medio Rural y a su incapacidad, en este último caso, para poner en marcha medidas normativas que permitan acceder a miles de hectáreas de terreno que permanecen en desuso.
Tractores en la calle
Sea como fuere, los ganaderos parecían tener claro quiénes eran los culpables y no dudaron en volver a sacar los tractores a la calle. Realizaron actos en las principales comarcas lecheras de Galicia trasladándose posteriormente hasta ciudades como Santiago, A Coruña o Lugo y finalizando con el bloqueo de todas las industrias y una forzada huelga de entregas que obligó a las granjas a tirar miles de litros de leche y propició la firma del Acuerdo para la Sostenibilidad del Sector Lácteo.
El documento, promovido por el Ministerio de Agricultura y refrendado por industrias y distribución, que hace justamente un año fue calificado como histórico, apenas ha tenido, de momento, repercusión sobre la grave crisis que padece el sector. La falta de voluntad de las partes, la inexistencia de mecanismos coercitivos y, probablemente, el hecho de llevar casi un año con un Gobierno en funciones no ha ayudado a que se cumpliese lo firmado.
Ante este escenario, y con los recelos lógicos de todo cuanto se anuncia en plena campaña electoral, los ganaderos acogieron con optimismo el anuncio de la Xunta de que, en el plazo de dos años, una industria láctea con capacidad para procesar 400.000 toneladas anuales se instalará en Galicia con la intención de elaborar productos de gran valor añadido. Además, los precios de los productos industriales en el mercado parecen recuperarse, lo que invita a pensar en mejoras de las cotizaciones de la leche en origen a corto plazo.
En su programa
Ángeles Vázquez (PP)
Apuesta por aumentar la base territorial. Para la conselleira de Medio Rural, número 3 del PP por A Coruña, la apuesta debe dirigirse a que las explotaciones consigan mayor base territorial. En su opinión, esto debe conseguirse con una reestructuración de la propiedad. También insiste en la necesidad de apostar por la transformación, el valor añadido y la internacionalización.
Iván Castro (PSOE)
Priorizar las industrias que paguen precios justos. El candidato socialista por Lugo considera primordial trabajar en la mejora del precio de la leche. Propone para ello un paquete de medidas entre las que se incluye priorizar las ayudas a aquellas cooperativas e industrias que paguen precios justos a los ganaderos. Igualmente, cree necesario impulsar cambios en los contratos lácteos.
Xosé L. Rivas «Mini» (BNG)
Garantizar los precios. Para el BNG resulta esencial garantizar un precio justo para los ganaderos, «pois non se producen alimentos, senón que tamén preservan o territorio e frean o despoboamento». Los nacionalistas apuestan por una transformación láctea que genere valor añadido y por la creación de un grupo lácteo gallego.
Antón Sánchez (En Marea)
Acabar con el cierre de explotaciones ganaderas. La prioridad pasa por terminar con el cierre de explotaciones que viene sufriendo el campo gallego en los últimos años. Para ello considera necesario hacer cumplir la actual legislación y poner en marcha un marco normativo que impida los abusos de la industria y la distribución sobre los productores. También aboga por la ordenación del territorio y la movilidad de tierras.
Cristina Losada (C's)
Una organización única de productores. Ciudadanos quiere fomentar con las partes implicadas un pacto regional para potenciar el sector lácteo, y la creación de una única organización de productores para que negocie con la industria y la distribución. También propone la creación de grupos agrarios de explotación en común, constituidos como sociedades agrícolas, que compartirían los medios de producción, las instalaciones y los forrajes.