El nuevo grupo de En Marea: Algunos no se conocen, otros ni se hablan
ELECCIONES 2016
Luís Villares tiene ante sí un complejo reto: entre los que serán sus compañeros de escaño han cundido ya todo tipo de líos previos
28 sep 2016 . Actualizado a las 17:02 h.Luís Villares tiene ante sí un complejo reto que nunca reconocerá en público. El líder de En Marea deberá enfrentarse a partir del 21 de octubre en el Parlamento a un Feijoo cargado de argumentos en las urnas, a un Leiceaga tocado pero con experiencia acumulada y a una Ana Pontón al alza. A todos ellos ya los conoce. Más, incluso, que a los que van a ser sus propios compañeros en O Hórreo. La compleja configuración del partido instrumental en un convulso verano, con unas primarias en las que se fueron alterando las normas para dar cabida a los militantes de Podemos, ha provocado que el exmagistrado haya vivido una campaña en la que compaginaba su aprendizaje como mitinero y el conocimiento, a veces fugaz, de los que serán sus compañeros de escaño, entre los que cundieron los líos previos.
Los precedentes parlamentarios no son buenos: Alternativa Galega de Esquerda (AGE), formación de la que En Marea se declara heredera, acabó como el rosario de la aurora. Empezaron nueve la legislatura y la acabaron seis por distintas desavenencias que incomodaron a Anova y Esquerda Unida, sus dos partidos fuertes. Pero estas disputas fueron una broma ante la guerra en abierto que ofrecieron sus dos líderes, Xosé Manuel Beiras y Yolanda Díaz, una vez la segunda se fue, sin despedirse, al Congreso. La tensión entre ambos fue notable en esta campaña, y ni se dirigieron la palabra cuando no había micrófonos delante, pero al menos pudieron coincidir en dos mítines sin que saltaran chispas.
Líos heredados de Podemos
Con una en Madrid y el otro retirado en Brión, el hervidero está ahora en Podemos Galicia, la formación que los alcaldes «do cambio» se empeñaron en integrar y diluir y que finalmente copó siete de los catorce escaños, por tres del entorno de Anova, dos de EU y otros dos independientes. La cuestión es que de los siete parlamentarios procedentes de la formación morada tres eran partidarios de la confluencia sin condiciones, y otros tres de ir a las urnas juntos pero en coalición. La séptima en discordia ya se había desmarcado incluso antes de las primarias, y su enfrentamiento con la dirección del partido es notoria.
Las relaciones con los diputados en Madrid tampoco son buenas. El congresista Antón Gómez-Reino ni asomó por la campaña y Ángela Rodríguez, tampoco. Todavía colea su insulto en un chat a Carmen Santos.