Lewandowski cuenta cómo es su relación con Lamine Yamal tras su discusión

J.A.G

FÚTBOL

Robert Lewandowski.Robert Lewandowski con el Barcelona
Robert Lewandowski con el Barcelona Europa Press

Robert Lewandowski ha sido muy criticado por negarse a dar la mano a Lamine Yamal durante el partido frente al Alavés

14 nov 2023 . Actualizado a las 10:56 h.

El delantero del Barcelona Robert Lewandowski quitó importancia a su incidente con Lamine Yamal durante el partido del domingo contra el Alavés, tras no devolverle el saludo en una acción, y califico la situación de «algo normal», una circunstancia del juego.

Durante el partido del pasado domingo, en el que el polaco marcó los dos goles de la remontada ante el Alavés, se pudieron ver unas imágenes en las que el '9' azulgrana pedía a Lamine Yamal con insistencia el balón dentro del área y al no recibirlo no aceptó la disculpa del joven canterano.

Curiosamente, después, el canal televisivo DAZN ofreció otras imágenes en las que se les veía a ambos hablando sobre la citada acción.

Para Lewandowski lo que sucedió con Lamine Yamal es algo normal

Desde la convocatoria de la selección polaca, Robert Lewandowski aseguró que «no hay nada a comentar» y calificó la situación de «accidente total». Además recordó que en ocasiones, durante los partidos, él suele gritar, algo que calificó de «normal».

«¿Si tengo algún problema con Lamine Yamal? Le he ayudado algunas veces, le ha dado consejos, incluso en ese partido se los di. Es normal decir o gritar alguna cosa cuando juegas. Todo esto no tiene ningún significado. No hay que buscarle segundas lecturas», concluyó.

Lewandowski fue el salvador del Barcelona frente al Alavés

Un doblete de Robert Lewandowski evitó otro susto al Barcelona, esta vez contra el Alavés, que se avanzó en el marcador con un tanto a los 18 segundos de Samu Omorodion, que en el primer tiempo gozó de otras tres ocasiones francas para ampliar la ventaja de su equipo, y que en el segundo acto, cuando los azulgranas culminaron la remontada, se desinfló.

El Alavés perdonó en el primer acto a un rival sin rumbo, que en la reanudación, con más corazón que juego, reaccionó gracias a Robert Lewandowski, que con un cabezazo de delantero centro y desde los once metros dio oxígeno al Barcelona.

Tras este triunfo sin brillo, ganan tiempo los de Xavi Hernández, que no pierden la estela del Girona, líder de LaLiga EA Sports con cuatro puntos más que los azulgranas, ni del Real Madrid, segundo clasificado a dos puntos. Aunque parece difícil que el Barcelona pueda revalidar el título si no mejora su juego previsible y plano.

Aseguraba Xavi Hernández en la previa que era «el momento del entrenador» para revertir la situación del equipo. Cumplió el de Terrassa, que introdujo hasta seis cambios con respecto al último naufragio europeo vivido en Hamburgo ante el Shakhtar (1-0).

Regresó Pedri a la titularidad 84 días después. El canario había jugado ratitos en los dos últimos encuentros tras recibir el alta médica. A la tercera fue la vencida. Su equipo jugó con tres centrales y Cancelo, que dejó el lateral derecho para cubrir el carril izquierdo en lugar de Balde, muy gris en este inicio de temporada. Arriba, Xavi apostó por el talento de Lamine Yamal y Joao Félix en las bandas para potenciar a Robert Lewandowski.

Pero el Barcelona seguía en Hamburgo. Dieciocho segundos tardó el Alavés en anotar el primer tanto. Se repitió el escenario de hace un mes ante el Granada, que también se avanzó a los pocos segundos del partido. Esta vez el balón lo perdió GündoganGuridi trazó una transición, abrió el balón a la izquierda, donde se situaba Javi López, que centró al área pequeña. La pelota la cazó Samu Omorodion, que no falló.

Fue un jarro de agua fría para el Barcelona, un equipo desnortado, falto de confianza, sin alma, ni juego, que si no acabó el primer cuarto de hora con una desventaja mayor fue porque a Samu Omorodion se le mojó la pólvora. El delantero propiedad del Atlético de Madrid tuvo dos ocasiones clarísimas. La primera en un remate franco en el área; la segunda en un mano a mano con Ter Stegen. Ambas no encontraron portería.

Parecía despertar de la siesta el Barcelona, siendo previsible en el juego y a expensas de engancharse al partido con algún fogonazo. Lo intentaron Robert Lewandowski y Joao Félix con sendos disparos rechazados por Sivera.

Pero el Alavés nadaba a placer cuando defendía en su área y disfrutaba surfeando la laxa presión azulgrana con su hombre referencia en ataque esperando su momento. Y así fue como a la media hora de juego, Samu Omorodion volvió a rozar el tanto. Cazó un balón largo, se zafó a Jules Koundé en el uno contra uno y se sacó de la chistera un zapatazo que impactó el travesaño. Tras esa acción, Koundé pasó a jugar de lateral derecho y Araujo ocupó el eje central.

El cambio surgió efecto. En el último cuarto de hora antes del descanso, el gigantón de Melilla apenas recibió balones, mientras que el Barcelona intentaba, a trompicones, amenazar la portería de Sivera.

En la reanudación, los pupilos de Xavi Hernández, mejor colocados en el césped, encerraron al conjunto vitoriano en su área. Cancelo fue más incisivo en el carril izquierdo, pero el gol del empate local llegó de un centro de Jules Koundé que remató con un cabezazo portentoso Robert Lewandowski. Sexto gol en LaLiga del polaco, que puso fin a seis encuentros consecutivos sin ver portería.

Acusó en el segundo tiempo la fatiga el Alavés, que se resguardó en su área a la espera de encontrar a Samu Omorodion, bien vigilado por Araujo, amenazar a balón parado o en algún contraataque.

El Barcelona jugaba con más orden, pero seguía sin intimidar a Sivera. Xavi buscó más pegada dando entrada a Raphinha, Ferran Torres y Balde, pero la ocasión más clara la tuvo Lamine Yamal con un chut rechazado por el portero.

El jugador de 16 años animó el partido en el último cuarto de hora con su desequilibrio, pero el tanto del triunfo azulgrana llegó, de nuevo, de las botas de Robert Lewandowski. Ferran forzó un penalti, al ser zancadilleado por Aqbar, y el polaco no falló desde los once metros.

El segundo tanto no tranquilizó a los locales. El Alavés se adueñó del balón y amenazó la portería de Ter Stegen con dos ocasiones claras de Kike Marín y de Tenaglia, que no vieron portería por poco. Los de Luis García se quedaron con la miel en los labios, pero demostraron que a este nivel la permanencia no peligra.