El ex-diplomático español inició ayer en la Audiencia Nacional las declaraciones del juicio por el genocidio Los campesinos de etnia maya que tomaron la Embajada española de Guatemala el 31 de enero de 1980, y que fueron masacrados por el Ejército guatemalteco, ya habían pactado con el embajador Máximo Cajal su entrega pacífica. Así lo desveló ayer el diplomático ante el juez de la Audiencia Nacional Guillermo Ruiz Polanco, que investiga el genocidio.
24 may 2000 . Actualizado a las 07:00 h.Todos los esfuerzos del Gobierno español por evitar la matanza fueron nulos. El único superviviente de la masacre de la Embajada española, en la que murieron 37 personas _entre ellas dos españoles_ desveló ayer, en la primera declaración practicada en este sumario, que él mismo había pactado con los campesinos quiché su entrega pacífica cuando, al filo de las 15.00 horas de aquel día, los militares guatemaltecos irrumpieron por la fuerza en la legación e incendiaron con lanzallamas el edificio. Cajal, según detalló en su declaración, había garantizado a los ocupantes _que, subrayó, iban «desarmados»_ que les acompañaría hasta la Universidad de Guatemala para que la Cruz Roja se hiciera cargo de su seguridad ante las «amenazas de muerte» del Ejército. El diplomático explicó al magistrado Ruiz Polanco que, «en nigún momento», ni el entonces presidente de la República, Lucas García, ni el ministro del Interior, Donaldo Álvarez, respondieron a sus llamadas telefónicas en las que suplicaba que no interviniese el Ejército. Tampoco, según las palabras de Cajal, el ministro de Exteriores español, Marcelino Oreja, pudo contactar con algún responsable del Gobierno de Guatemala que pudiera parar la masacre. El ex-embajador, que ha escrito un libro sobre el asalto llamado «Saber quién puso fuego ahí», rechazó apuntar a los responsables directos de la matanza, aunque no ahorró detalles sobre los sucedido aquella mañana de enero. Cajal explicó que en el momento de la toma militar, empleados y campesinos se encontraban refugiados en su despacho.