Zapatero sigue la huella de Maragall

ESPAÑA

PSOE y PSC rompen la línea tradicional y buscan nuevos espacios más cercanos a los ciudadanos No es casualidad que el líder del PSC, Pasqual Maragall, al final, apoyara la candidatura de Rodríguez Zapatero a la secretaría general del PSOE. Ambos, considerados representantes del social-liberalismo, definición ideológica que no les agrada, apuestan por un cambio de rumbo de los socialistas. El nuevo líder se planteó una ejecutiva inspirada en la del PSC y asumió los postulados que llevaron al político catalán a ganar _en votos, aunque no en escaños_ las últimas elecciones autonómicas. Zapatero espera que esta receta le permita reeditar los éxitos de Pasqual Maragall en Cataluña.

31 jul 2000 . Actualizado a las 07:00 h.

El cambio tranquilo de Zapatero empezó en Cataluña. Maragall y Rodríguez Zapatero no se conocían hasta que el segundo se apuntó a la carrera por la secretaría general del PSOE. El primero, ganador en otras competiciones, prefirió no concurrir, pero en mayo ya anunció que el leonés le agradaba: «Es el candidato más moderno, más innovador y más liberal», espetó el catalán. No se conocían, pero ya coincidían. Así, el leonés no dudó en asumir los postulados de Maragall. Al final, romance: Zapatero, con el apoyo de Maragall, ganó el 35 congreso federal. Como premio, la delegación catalana fue la primera en negociar su entrada en la ejecutiva, donde Maragall colocó a dos colaboradores: José Montilla y Carmen Chacón. Apertura y federalismo Pero ese romance no surgió en tres días. En su primer discurso como responsable del PSOE, Rodríguez Zapatero esbozó las líneas de su futura actuación, basada en un «proyecto político ambicioso, moderno e integrador». Las mismas cualidades que los catalanes buscan para su proyecto. Maragall, según dijo en el noveno congreso del PSC, quiere hacer de su partido el primero de Cataluña, mientras Zapatero reivindica para el PSOE liderar el proceso de cambio en España. Así, el nuevo secretario general del PSOE asume como suyo el impulso de la España federal de Maragall, no compartido por todos los líderes del PSOE. Por otro lado, comparten la necesidad de una política más próxima a los ciudadanos a través del ámbito local y la devolución a éstos de los poderes. Otra coincidencia es priorizar la educación y la cultura. El PSC cree que sólo «nos abriremos paso en la economía del futuro si figuramos entre los pueblos con mayor nivel educativo del mundo». Esto, unido a un planteamiento económico en el que priman la iniciativa individual _que desata la ira del ala izquierda del partido_ y las nuevas tecnologías, han logrado imponerse tanto en Cataluña como en el resto de España. Conclusión: el cambio tranquilo empezó en Cataluña.