ETA asesina a un magistrado, su chófer y su escolta con un coche bomba en Madrid

I. CORRAL / J.L. GALLEGO MADRID

ESPAÑA

EFE

La potente explosión al paso del vehículo hirió a 66 personas, en el atentado más sanguinario desde el final de la tregua ETA cometió ayer el más sanguinario de sus atentados desde que dio por finalizada su tregua hace diez meses. Los terroristas asesinaron al magistrado del Supremo José Francisco Querol Lombardero, así como a su chófer, Armando Medina Sánchez, y su escolta, Jesús Escudero García, mediante un coche bomba en pleno centro de Madrid. La deflagración, además, dejó muy grave al conductor de un autobús municipal, cuya vida corre peligro, y otras 65 personas fueron heridas, entre ellas una niña de once años y una mujer embarazada de cuatro meses. El bombazo causó importantes destrozos en edificios y automóviles.

30 oct 2000 . Actualizado a las 06:00 h.

ETA tenía controlados al milímetro los movimientos del general consejero togado José Francisco Querol, un magistrado adscrito a la Sala Militar del Tribunal Supremo al que le quedaba un mes para la jubilación. A primera hora de la mañana, el coche del magistrado, un Renault Megane de color verde que no estaba blindado y carecía de inhibidor de frecuencia _lo que hubiera impedido que se activara la bomba_, se puso en marcha calle abajo por el carril de autobuses y taxis, dado que la víctima contaba con el permiso correspondiente para poder hacerlo. Minutos después, los terroristas hicieron estallar, mediante un mando a distancia, un coche bomba cargado con al menos 25 kilos de dinamita, según fuentes policiales. El turismo preparado como arma mortal, un Renault 19 de color rojo, fue robado el pasado 17 de agosto en la zona de Fuencarral-El Pardo y los terroristas habían falsificado las matrículas. Cuatro viajeros La onda expansiva hizo que el turismo en el que viajaban el magistrado, su chófer y su escolta saltara por los aires y cayera a ocho metros de distancia, justo al lado de un autobús municipal adscrito a la línea 53, que cubre el trayecto Puerta del Sol-Parque de San Juan Bautista, que estaba parado en un semáforo y en el que viajaban cuatro pasajeros. El hecho de que el vehículo estuviera a punto de culminar su recorrido _le faltaban dos paradas_ hizo que viajasen en el momento de la explosión pocas personas. Los tres ocupantes del Renault Megane del magistrado fallecieron en el acto y sus cuerpos calcinados tardaron casi tres horas en ser rescatados del amasijo de hierros en que había quedado el turismo tras ordenar el juez Baltasar Garzón el levantamiento de los cadáveres.
HERIDOS: La vida del conductor del autobús corre peligro.
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